CRISIS MIGRATORIA

“Belegui”, proyecto para combatir violencia sexual contra mujeres migrantes

Con talleres, pruebas rápidas de VIH y sífilis, pruebas de embarazo y pastillas del “día siguiente”, se intenta concientizar a las mujeres sobre la violencia sexual en Oaxaca y Chiapas

Con talleres, pruebas rápidas de VIH y sífilis, pruebas de embarazo y pastillas del “día siguiente”, se intenta concientizar a las mujeres sobre la violencia sexual en Oaxaca y Chiapas
Mujeres migrantes.Con talleres, pruebas rápidas de VIH y sífilis, pruebas de embarazo y pastillas del “día siguiente”, se intenta concientizar a las mujeres sobre la violencia sexual en Oaxaca y ChiapasCréditos: Educa Oaxaca
Escrito en ESTADOS el

OAXACA.- Para la mayoría de las mujeres migrantes, la búsqueda del sueño americano las “obliga” a “soportar” violencia sexual, en su trayecto hacia Estados Unidos. En México, este tipo de violencia se ha “normalizado” y se ha hecho “invisible”.

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Integrantes del Grupo de Estudios sobre derechos, géneros y diversidades (DEGEDI) implementaron talleres sobre violencia sexual para mujeres en tránsito, refugiadas en albergues de Oaxaca y Chiapas.

“Intentamos hacer del tránsito un espacio en donde la violencia sexual sea menor para mujeres y personas migrantes”, explica Anadshieli Celaya, subdirectora de la agrupación a la reportera Diana Manzo, de la Agencia de Noticias IstmoPress.

Informó que a través de la iniciativa “Belegui”, resultado de una beca obtenida, dieron acompañamiento a mujeres migrantes de refugios ubicados en Arriaga, Chiapas, e Ixtepec, Oaxaca.

DEGEDI nació hace siete años y tiene como finalidad el respeto a los derechos humanos de las mujeres y diversidades, por lo que, en esta ocasión, a través de talleres, conferencias y también la creación de un manual, intentan visibilizar y reconocer la violencia sexual contra las mujeres en tránsito.

 

 

Además de los talleres, donde las mujeres migrantes pudieron darse cuenta que muchas de ellas son víctimas de violencia sexual, también implementaron pruebas rápidas de VIH y sífilis. También se realizaron pruebas de embarazo y se otorgaron pastillas del “día siguiente”.

Llegar a los refugios y escuchar a las mujeres compartir sus experiencias de tránsito fue algo enriquecedor para las activistas, quienes reafirmaron que México sigue siendo un país peligroso para la migración.

“Ellas nos decían que creían que cruzando la selva habían vivido lo peor, eso no es verdad, lo peor lo vivido en México, eso nos lo dijeron mujeres de Venezuela, quienes denunciaron violencia y acoso sexual, además de criminalización por su paso en las garitas migratorias de la frontera sur”, contó Xóchitl Celaya Enríquez, directora de DEGEDI.

Xóchitl y Anadshieli informaron que, además de conferencias, talleres y pruebas a la comunidad migrante en tránsito, también entregaron manuales educativos de fácil acceso y consulta para personal del albergue, de tal forma que haya más concientización del tema.

Reconocieron que hace falta mucho romper tabúes, pero también concientizar, y lamentaron que las autoridades migratorias e inclusive la de Derechos Humanos sigan invisibilizando este tema, que para las mujeres es importante, porque no es posible transitar en medio de una violencia sexual.

“Nos dimos cuenta que muchas de las mujeres migrantes creen que por tener una pareja ya no pueden infectarse, otras decían que usan métodos como la inyección para no embarazarse; lo cierto es que viven mucha violación al cruzar el territorio mexicano, al igual que acoso, y lo naturalizan”, explicaron.

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Testimonios de mujeres en tránsito tomados de forma confidencial explican que con estos talleres pudieron entender que su cuerpo es suyo, y que son las dueñas de decidir cuándo y con quién tener una relación sexual.

“Normalizamos tener relaciones con nuestra pareja, aunque a veces no queramos, además, no todos les gusta la protección, entonces corremos el riesgo de quedar embarazadas o infectarnos, hicimos conciencia para seguir con nuestro transito”, indicaron.

Las mujeres entrevistadas de origen venezolano y hondureñas reafirmaron que llegar a México es peligroso para ser mujer migrante, porque las autoridades las cosifican, creen que ellas no sienten y las tratan como objetos sexuales.

“En México no nos pretendemos quedar, vamos de tránsito, pero parece ser que las autoridades no lo ven así, cuando cruzamos una garita y aunque traigamos el permiso que nos dan por un mes de estancia, nos quitan las cosas y cuando ven los condones, nos dicen que para qué, si no lo vamos a usar, más bien nos insultan, parece ser un pecado usar protección, y eso nos vulnera mucho”.

 

 

 

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