Si integramos chile, limón, sal y algunos otros ingredientes a una refrescante cerveza, surge la michelada. A propósito del Día mundial de la cerveza, que se celebra este primer viernes de agosto, resulta muy interesante conocer más sobre esta, bebida que ya se consolidó como una tradición mexicana.
México es un país tan eminentemente cervecero y poseedor de una imaginación culinaria tan profunda que no era de extrañar que surgiera la michelada como una manera de enriquecer la oferta de bebidas preparadas.
La michelada combina perfecto en las mejores ocasiones, por ejemplo, mientras se vive la gloria de los juegos olímpicos con amigos o la familia o cuando se disfruta de un reality show por televisión o streaming. Es una bebida que suma al consumo de cerveza en México, que según cifras del Inegi, ocupaba en 2023 el lugar 30 a nivel mundial, con una ingesta per cápita anual de 68 litros, lo que representa alrededor de 1.3 litros a la semana.
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¿Dónde y cuándo surgió la michelada?
Aunque existen diferentes versiones acerca del origen de la michelada, una de las más aceptadas se remonta a la década de 1970, en San Luis Potosí, cuando Michel Ésper, socio del Club Deportivo Potosino, pidió que a su cerveza le añadieran jugo de limón, sal, hielo y una pajilla.
La naciente bebida se sirvió en una copa especial y el resultado fue tan bueno que rápido se popularizó y permeó a otros lugares, donde han agregado más ingredientes, como el chile, para hacerla famosa con sus variantes en prácticamente todo el país.
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Con lo popular que se ha hecho, no sería de extrañar que la michelada comience a darle la vuelta al mundo, del mismo modo que lo han hecho las marcas fabricantes mexicanas de cerveza que, según cifras de Statista, se colocaron en el liderato mundial con exportaciones por 5 mil 800 millones de dólares en 2023.
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Las micheladas se pueden maridar con todo
Hoy las micheladas se preparan con frutas, salsas y hasta mariscos; están disponibles en bares, restaurantes y hasta tianguis; se han convertido en un reflejo de la cultura gastronómica mexicana y su vocación para mezclar múltiples ingredientes, enriquecer sabores y encontrar el toque de originalidad.
Una buena michelada se puede maridar con botanas, alitas, costillas, tacos, nachos, mariscos y muchas otras propuestas culinarias. Otra de sus ventajas consiste en que la gran mayoría de sus componentes (incluyendo el principal, cerveza) además de que se pueden encontrar a un bajo costo.
Es por estas razones que las micheladas se pueden integrar perfectamente a los grandes momentos, celebraciones y ocasiones especiales. Estos juegos olímpicos, por ejemplo, se convierten en un buen acompañante para disfrutar el talento deportivo, esperar por más medallas y esperar los mejores resultados.