Todo empezó con una pregunta: "¿Cómo podré darle alegria a mis amigos?". Apolinar Sila de la Barrera era apenas un adolescente cuando descubrió su vocación y comenzó con "una de esas consolas que eran muebles enormes".
PolyMarchs tuvo una primera etapa de auge y éxito masivo a principios de los años 80, cuando el rock estaba prohibido en México y los conciertos eran cosa casi clandestina. Apolinar y tres de sus amigos comenzaron a recorrer fiestas a las que llegaban cargando la enomre consola.
Apolinar consiguió dos cosas durante esa época prestigio para él y diversión para sus amigos... pero lo que no ganaba era dinero.
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"Mi mamá me veía cuando regresaba a la casa con la consola y me decía: Pero, Poli, ¿cobraste algo?. Y yo le le decía "pues no mamá, yo lo que quiero es darle diversión a mis amigos"".
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PolyMarchs hizo tocadas cada vez más grandes hasta que llegó el punto de cada evento que hacían se convertía en un peligro en términos de Protección Civil: siempre había portazos, sobrecupo y locuras jjuveniles
"En ese tiempo no habia nada de reglas de Protección Civil", contó Apolinar en una entrevista con Jesse Cervantes en su programa de radio.
El punto de quiebre fue una tocada en el segindo piso del Deportivo Antonio Caso, que desapareció junto con el edificio Nuevo León en el terremoto del 85. PolyMarchs ya había tenido advertencias de muchas autoridades de la Ciudad de México que alertaban sobre los riesgos que representaban sus tocadas.
¿Cuál fue el concierto oculto de PolyMarchs?
Apolinar asegura, sin embargo, que Polymarchs nunca se trató de hacer dinero:
"Yo nunca lo he visto como negocio, esto es un amor eterno".
Eso cambió de manera radical con aquella tocada en el Antonio Caso, cuando se repitió el caos usual pero multiplicado por cien. PolyMarchs comenzó a tocar a las 12 de la noche y en cuestión de minutos el público estaba en un éxtasis tan apteósico que tuvo que detener la música.
"En el primer piso, abajo de nosotros, había un evento social y la gente salió huyendo porque el tirol del techo se les caía encima, La gente del segundo piso comenzó a salir corriendo, se cayeron las escaleras, otros se deslizaban hacia el pasto, los policías se jalaban los pelos, hubo unos que se aventaban a la alberca... eran como 4 mil 500 personas".
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Polymarchs comenzó a organizar tocadas cada vez más profesionales y de acuerdo con Apolinar, a partir de ese momento se dio cuenta de que ya no era simplemente un joven ue cargaba su consola para llevar diversión a sus amigos.
De aquel concierto en el desaparecido Deportivo Antonio Caso, Apolinar recuerda que quedó oculta para evitar mayores problemas.
"En las noticias nos se dijo nada porque me habían dicho que la mitad (de las ganancias) era para la delegación y la mitad para mí pero pues al final no hubo nada. Y nadie protestó ni habló para que no se hiciera más escándalo"
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