VERACRUZ, VER. - Este 28 de mayo se cumplen 160 años de la llegada de Maximiliano de Habsburgo y su esposa Amalia Carlota de Bélgica a México. El puerto de Veracruz fue testigo de este hecho histórico que marcó al país, ya que al siguiente día desembarcaron en el Muelle de la T, según datos históricos.
Maximiliano de Habsburgo fue el segundo Emperador de México, y único monarca del denominado Segundo Imperio Mexicano. El matrimonió llegó el 28 de mayo de 1864 a bordo de la fragata Novara y fueron recibidos con aplausos y flores por los habitantes jarochos.
No obstante, ya transitando el zócalo y la avenida Independencia toda esa alegría se desvaneció, pues las personas mantenían sus puertas y ventanas cerradas. La estancia de Maximiliano y Carlota en el puerto de Veracruz duró poco, ya que por el sofocante calor que hacía no se hospedaron en la ciudad.
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“Ellos van hacia el sur por Independencia, pasan la puerta de la Merced que estaba en la intersección de Independencia por la calle de Rayón y de ahí abordan el ferrocarril, me parece que nada más se había construido en Paso del Macho y ellos continuaron”, cuenta Ricardo Cañas Montalvo, historiador de la ciudad.
El imperio de Maximiliano duró solo tres años, pues en 1867 fue fusilado, pero en ese cortó tiempo en el que el emperador estuvo al frente del país, dejó a su paso herencias que aún se conservan en la actualidad.
Una de estas herencias que se ha ido contando de generación en generación es la creación del tradicional pambazo. De acuerdo con la leyenda, se dice que la emperatriz Carlota quedó maravillada con la belleza natural del Pico de Orizaba, por lo que pidió al cocinero Josef Tüdös que realizara un pan que representara a este volcán.
El resultado fue este platillo. La punta del pan simula el pico del volcán y la harina simboliza la nieve. El nombre que se le dio en la época virreinal fue “pan basso” o “pan bajo virreinal”, es así como surgió la palabra “pambazo”.
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Ricardo Cañas mencionó que no hay una fuente oficial que pueda confirmar que esta historia pasó; no obstante, lo que sí aseguró es que hay más legados que dejó el matrimonio de emperadores en Veracruz y México, que aún se conservan. Una de ellas fue el auge de las artes como la creación de sinfónicas, la vestimenta de charro y la palabra mariachi.
“Estaba un francés en una boda y estaba tocando un grupo musical y como boda en francés se le dice mariage, les gritaba que bonito el mariage, pero se refería a la música de la boda y de ahí fue que nació la palabra mariachi”, explicó.
El historiador también mencionó que fue en el imperio de Maximiliano donde se redactó el primer reglamento para el Carnaval de Veracruz, en 1866, por lo que vino a hacer un cambio para la fiesta carnestolenda.
Otra de las cosas que se popularizó en esos tres años fueron los valses. Así como el tradicional árbol de navidad. Según el historiador, el primero fue instalado por el matrimonio en el Castillo de Chapultepec, donde la gente lo pudo observar y quedó sorprendida, por lo que comenzaron a imitar esta acción en los siguientes años y hasta la actualidad.
mb