OPINIÓN

El Regional sigue muriendo

Zoomlítica: Haciendo zoom a la política

Créditos: LSR Veracruz
Escrito en VERACRUZ el

Hace poco más de un mes escribí una columna titulada "Veracruz en terapia intensiva"; urgencias colapsadas, pacientes muertos”, donde relaté el caos, la falta de insumos y la tragedia silenciosa que se vivía en el Hospital Regional de Veracruz, hoy lamento decir que nada ha cambiado; al contrario, todo apunta a que la situación empeora con cada día que pasa.

Fuentes internas del hospital ubicado en la avenida 20 de Noviembre confirman que el desabasto sigue siendo el pan de cada día, no hay materiales, no hay mantenimiento, no hay rumbo. Uno de los ejemplos más alarmantes es la constante falla en el suministro de energía eléctrica, una situación recurrente que compromete directamente la vida de pacientes y la operatividad del hospital, a ello se suma un hecho insólito, la sala de rayos X lleva más de un mes sin funcionar.

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Y si eso no bastara, el panorama dentro del quirófano es todavía más grave, pues fuentes internas aseguran que las cirugías han tenido que ser canceladas porque no existen los insumos mínimos para realizarlas, entre ellos algo tan básico, pero tan esencial como las botas quirúrgicas. Quienes conocen de procedimientos hospitalarios mencionan que estas botas son cruciales, los zapatos comunes pueden portar una cantidad enorme de bacterias, y en un entorno quirúrgico, eso puede traducirse en infecciones graves… o en la muerte de un paciente.

¿La “solución” del hospital? Mandar a hacer botas de tela reutilizables; el protocolo es casi irreal, el personal deja su identificación para que se le entregue un uniforme quirúrgico de tela; al terminar, debe devolverlo para lavarlo y recuperar su credencial, en otras palabras, la salud de los pacientes está dependiendo de un ciclo improvisado de lavado y esterilización que pretende sustituir equipo estéril.

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Pero el horror no termina ahí...

Dentro de las paredes del Regional, se comenta que la morgue está completamente rebasada. El espacio es insuficiente y los cadáveres se acumulan; algunos cuerpos permanecen en camillas, en pasillos, tapados apenas con una sábana, mientras a unos metros de distancia los vivos siguen esperando atención y sufriendo psicológicamente por el entorno en el que se encuentran, pues en el mismo edificio, la vida y la muerte conviven, literalmente, en el mismo pasillo y siendo vecinos de camilla.

Y lo más preocupante es que el Hospital Regional no es un caso aislado, las mismas fuentes apuntan al ISSSTE de Veracruz, donde las carencias son similares, aire acondicionado descompuesto, falta de equipo básico, personal exhausto. En ambos hospitales, los pacientes deben comprar por su cuenta insumos elementales, desde jeringas hasta el líquido de contraste utilizado en estudios de imagen como tomografías o resonancias, porque el sistema no puede proveerlos.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo permitimos que un derecho constitucional como lo es el acceso a la salud se convierta en una ruleta donde el que sobrevive lo hace por suerte o dinero?

Haciendo zoom…

El sistema de salud de Veracruz está colapsando, y mientras tanto, el silencio institucional se vuelve cómplice. Las muertes evitables se acumulan, las familias se endeudan y el personal médico, que aún sostiene lo poco que queda, trabaja sin recursos, sin voz y sin esperanza. Esta columna no busca el amarillismo ni el escándalo, es un llamado urgente al Gobierno del Estado; no se trata de cifras ni de estadísticas, se trata de vidas humanas, si así están los hospitales del municipio de Veracruz, ¿en qué condiciones estarán los del resto del estado? Veracruz no solo está en terapia intensiva; hoy, el sistema de salud está al borde del paro cardíaco

vtr