Para muchas personas la vejez no es un tiempo de descanso ni de reconocimiento, sino una etapa de abandono, invisibilidad y vulnerabilidad, -lamentablemente- un gran número de adultos mayores enfrenta violencia, exclusión y un sistema que no siempre está diseñado para escucharles.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 15% de los adultos mayores en el mundo sufren algún tipo de abuso, ya sea físico, psicológico o financiero[1]. En México, datos del INEGI revelan que casi el 20% de las personas mayores de 60 años viven en condiciones de pobreza extrema[2].
La relevancia de una protección reforzada de las personas adultas mayores ha sido reconocida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en varios de sus precedentes, al destacar su situación vulnerabilidad y la necesidad de adoptar medidas específicas para garantizar el respeto a sus derechos humanos, incluso, su jurisprudencia permite que, en ciertos contextos, las y los jueces les suplan la decificiencia de la queja.
Te podría interesar
Esto se detalla, además, en el Manual para Juzgar con Perspectiva de Derechos Humanos de las Personas Mayores, emitido también por la SCJN, el cual establece directrices claras para que las y los juzgadores consideren el contexto de las personas mayores en todos los procesos judiciales. Este Manual subraya la importancia de valorar la intersección de factores como la edad, el género, la discapacidad y la pobreza al momento de impartir justicia, es decir, de una justicia con perspectiva de derechos humanos e interseccional, de lo cual ya hablamos en la pasada columna.
Es importante hacer un llamado para que la justicia proteja a las personas mayores prioritariamente, en atención a su especial situación de vulnerabilidad, ellos deben encontrar en los tribunales empatía y un sistema legal que resuelva su conflicto con un enfoque de derechos humanos. Sin embargo, los sistemas judiciales a menudo no están diseñados para atender sus necesidades. Los procesos son largos, complejos y poco accesibles.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Al respecto, resulta necesario, al menos, garantizarles lo siguiente: A. Acceso efectivo a la justicia: Tribunales accesibles, procesos más cortos y asistencia jurídica gratuita; B Protección contra el abuso: Mecanismos de denuncia confidenciales y efectivos, con sanciones claras para los responsables; y C Políticas públicas integrales: Servicios de salud, vivienda digna y seguridad social que garanticen una vejez tranquila.
En Los Ojos de Temis, insisto: la justicia no puede ser indiferente hacia quienes construyeron los cimientos de nuestra sociedad, a quienes, en muchos casos, se ocuparon de la crianza no sólo de sus hijos, sino también de sus nietos, y ahora enfrentan la vulnerabilidad en silencio y en abandono.
Las personas adultas mayores no deberían enfrentarse al abandono en los últimos años de sus vidas. La justicia debe ser su aliada, no un obstáculo. Debemos construir una balanza que, pese a su favor, porque si no protegemos a quienes más lo necesitan, ¿qué tipo de sociedad somos?
Que Temis abra los ojos y mire a los adultos mayores como beneficiarios de derechos y portadores de dignidad. Porque la justicia, al final, no es solo un acto legal; es un acto de humanidad. Y en un mundo que tiende a olvidar a los más frágiles, recordarlos puede ser el mayor acto de justicia.
[1] (World Health Organization, 2021).
[2] (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ENIGH 2022).
mb