IMSS-BIENESTAR

En IMSS-Bienestar, derechos laborales y seguridad social de fantasía

Los creadores de IMSS-Bienestar están obligados a entregar y dar a conocer las condiciones generales de trabajo que se elaboraron debajo de la mesa. | Manuel Fuentes

Escrito en OPINIÓN el

Parece que quienes redactaron el decreto de creación del IMSS-Bienestar estaban leyendo cuentos de fantasía y de novelas policiacas al mismo tiempo; los primeros, para crear la ilusión de que este organismo prestará acciones de salud a toda la población no derechohabiente del IMSS; las segundas, para maquinar cómo arrinconar los derechos de los trabajadores.

El decreto de creación de este singular organismo descentralizado, publicado el 31 de agosto de 2022, seguro en una de esas locomotoras de vapor, se escribió a toda prisa cosas como las previstas en la fracción III de su artículo 4, que prevé como atribución:

“Realizar acciones…” (no dice cuántas ni cómo) “…de salud pública” (no dice de quiénes o en dónde) “…y otorgar asistencia médica” (no dice en qué medida), “…servicios de salud ambulatorios” (de corres y te vas) “…y hospitalarios” (¿en dónde, si ya no caben en el IMSS?), “…medicamentos y otros insumos asociados a la población objetivo…” (que pregunten en el IMSS cómo sufren los pacientes para conseguirlos).

Para crear mundos de fantasía basta publicarlos en el Diario Oficial, como este decreto en el que se asignó como por arte de magia el programa IMSS-Bienestar, que en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2023 le otorgaron las siguientes cantidades:

Para entender lo que significa debemos comparar el presupuesto asignado como gasto programable para 2023 al Instituto Mexicano del Seguro Social, que alcanza $1,165,698,799,075.00.

En otras palabras, IMSS-Bienestar tiene asignado un presupuesto, comparado con el del IMSS, de apenas el 2.739%

Si se pretende atender a por lo menos 70 millones de personas que no cuentan con ningún tipo de seguridad social, ¿cómo podrán lograrlo con apenas 2.739% del presupuesto que ejerce el IMSS, si a esta gran institución no le alcanza? 

Basta visitar las salas de espera del IMSS, con sus enfermos sentados en el piso, o las de urgencia sin camas suficientes para su atención, dilación de estudios médicos, falta de insumos o cirugías con más de seis meses de retraso para ser atendidos.

¿Cómo será posible que los promotores del IMSS-Bienestar alcancen sus propósitos con ese pírrico presupuesto? Miserable para los pretendidos objetivos dictados desde Palacio Nacional.

En este caso los trabajadores de la salud que están siendo incorporados a esta institución tendrán que cargar sus cajas de cartón en las que guardan sus derechos laborales. Algunas de éstas llegan rotas, y no todo el personal médico será recibido. Si llegaron como eventuales, sin dígito sindical, con salarios míseros o con seguridad social de tercera, que reciben en los estados donde residen, así serán contratados.

El cuarto Transitorio del decreto hace una advertencia a los que llegan como eventuales o fueron contratados por honorarios (los que no gozan de derechos laborales) que “…pueden ser sujetos de reclutamiento por parte del IMSS-Bienestar, siempre que cumplan con los requisitos que éste establezca para su contratación”.  

Es decir, el administrador de ese organismo novísimo, si quiere te deja entrar o estás fuera, te contrata de nuevo ingreso sin reconocer tu tiempo de labor anterior. O, lo más grave, te vuelve a contratar de manera eventual o por honorarios (para no generar derechos laborales), como lo hacen en otras entidades de salud federal en las que usan empresas outsourcing para desconocer la relación laboral directa.

Para el programa IMSS-Bienestar, el personal médico no importa, porque no hay transparencia en sus derechos colectivos. Ya se ha denunciado que a esta institución de vidrios polarizados no le gusta que haya información pública. Como secreto de estado fueron a aventar unas condiciones generales de trabajo en el sótano del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje para que nadie se asomara.

Pero un curioso, al bajar al sótano, ese lugar maloliente por los derechos descuartizados que se ocultan en los rincones, se percató de que había algo irregular, porque ese documento está resguardado celosamente en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje. No quieren desatar la furia de los trabajadores de la salud si dan a conocer los miserables derechos que otorga IMSS-Bienestar.

Los creadores de este organismo (celestial por su proyección, pero miserable en su implementación) están obligados a entregar y dar a conocer las condiciones generales de trabajo que se elaboraron debajo de la mesa. Deben ser públicas porque es una de las razones más importantes de la reforma laboral que pregonan por todas partes, excepto en casa. Allí todo es oculto, los trabajadores no importan.  Al menos, los hechos así lo demuestran, y la actitud gubernamental da pena.