INTERNET

¿Para qué queremos internet?

Hablar de acceso y usuarios de las TIC reviste una enorme complejidad. | Arturo Robles

Escrito en OPINIÓN el

Para responder una pregunta tan compleja podemos asirnos de la ENDUTIH 2023, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares que hace unos días presentamos el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Si la escudriñamos a detalle, podremos encontrar datos tan interesantes como reveladores. En todo caso, insumos importantes para que las autoridades diseñen o reorienten políticas públicas relacionadas con la adopción y usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Más allá de cuantificar el número de hogares con computadora, internet o televisión, y de estimar la proporción de personas mayores de seis años que usan de estas tecnologías, la ENDUTIH es una radiografía del comportamiento de los usuarios, sus habilidades, intereses y experiencias.

Nos permite saber, por ejemplo, las razones por las que los mexicanos no disponen de internet, computadora o teléfono celular; la forma en que aprendieron a utilizar estas tecnologías; las búsquedas que realizan en internet; su experiencia al navegar en la red y otra información valiosa.

LOS DATOS

La ENDUTIH 2023 nos sigue mostrando un crecimiento sostenido de mexicanas y mexicanos que se conectan a internet. En 2022, 93.1 millones de personas de seis años y más navegaron en la red; es decir 4.5 millones más que en 2021 y casi 12 millones más respecto al 2019.

También debe destacarse el creciente número de mujeres y de adolescentes (92.4% en 2022) que se conectan a la red.

Ciertamente, el 21.4% de la población de seis años o más no tiene internet en el hogar. La principal razón sigue siendo la falta recursos económicos (57.2%), pero la segunda razón (25%) es porque no le interesa contar con este servicio o no lo necesita. En las zonas rurales, la proporción de personas que no tienen acceso a internet por razones económicas aumenta a 60%, 18% considera que no lo necesita y 11% no sabe utilizarlo.

La encuesta también nos revela que los usuarios de teléfono celular aumentaron de 85.5 millones registrados en 2019 a 93.8 millones en 2022. En contraste, los usuarios de computadora disminuyeron de 48.4 a 43.8 millones, así como los hogares con televisión de 92.4 a 90.7% en el mismo periodo.

No debemos desdeñar que el creciente acceso y adopción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en los hogares mexicanos está estrechamente relacionado con la Reforma Constitucional en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión. A una década de su aprobación es incontrovertible que la entrada de nuevos competidores propició una disminución en los precios de los servicios de telecomunicaciones haciéndolos accesibles a más personas. Estas modificaciones también generaron un aumento en la cobertura, capacidad y prestaciones de las redes de los operadores en el país.

LA IMPORTANCIA DE LOS USUARIOS

Hablar de acceso y usuarios de las TIC reviste una enorme complejidad. Aunque pareciera que se trata de lo mismo, no lo es. Estamos frente a dos conceptos distintos

Pensemos en una familia del estado de Morelos. El padre, la madre y los hijos -de 7 y 13 años- comparten una vivienda que cuenta con una conexión a internet. Sólo el padre y el hijo mayor la utilizan cotidianamente.

¿Cuántos tienen acceso a la red? ¿Quiénes en realidad son los usuarios? ¿Quiénes deben ser considerados para la generación de información estadística? El asunto no es menor si lo que se busca es tomar medidas para impulsar la conectividad en el país.

Por ello, la creación de la ENDUTIH, en 2015, fue un parteaguas en la generación de indicadores sobre la penetración de nuevas tecnologías, al considerar, además de los hogares, a los usuarios.

Las mediciones sobre el acceso a las TIC en México no son nuevas. Iniciaron en 2001 cuando el INEGI realizó el primer Módulo sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (MODUTIH), a partir de los datos recabados en la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE).

 En 2015, con la información y expertise de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en coordinación con el IFT se diseñó una encuesta independiente con cobertura nacional, estatal y para 32 ciudades del país. Así surgió la ENDUTIH.

En 2017, la muestra se amplió a 49 ciudades, dos años más tarde se segmentó por estrato socioeconómico y a partir del 2020, la encuesta registra datos a nivel nacional, nacional urbano, nacional rural, estatal y por estrato socioeconómico.

Además de su amplia muestra (65 mil 179 viviendas a nivel nacional), representatividad y rigor técnico, la ENDUTIH tiene gran valía porque, a diferencia de otros muestreos, no sólo recaba información sobre la adopción de las TIC en los hogares, también indaga sobre los hábitos y experiencias de los usuarios de estas.

No es fortuito que desde su creación la ENDUTIH considere como usuarios a la población mayor de seis años, pues a partir de esa edad se tiene el conocimiento o habilidad necesaria para que, “de manera autónoma”, realicen alguna actividad en la computadora, el teléfono móvil o en internet.

Por eso los encuestadores, además de acudir a los hogares, entrevistan directamente a los usuarios, lo que nos permite averiguar quiénes son y para qué se conectan a internet, también a los que usan computadora, celular o ven televisión. Pocos países tienen un instrumento tan completo como éste.

Volviendo al caso de la familia en Morelos, con la ENDUTIH es posible indagar algunas razones por las que sólo el padre y el hijo mayor se conectan a internet.

De acuerdo con los datos de 2022, 54% de las personas que no usan internet se debe a que no saben hacerlo y si revisamos el grupo de 35 a 44 años (al que posiblemente pertenezca la madre) 18% considera que no necesita esta herramienta.

El caso del hijo menor también es significativo porque además de no saber navegar en internet, el 13% de los menores de 6 a 12 años que no se conecta es porque no tiene permiso de los padres o tutores ¿A caso tiene esto que ver con la confianza digital?

Merece la pena destacar que la población mayor de 55 años es la que menos se conectan a internet (47.6%).

¿Cómo es que el padre y el hijo mayor aprendieron a usar internet? Atendiendo los datos de la encuesta, el 37% de los usuarios aprenden en la escuela, casi la misma proporción de manera autómata y el 14% con parientes, amigos o vecinos.

Los principales usos de internet son: para comunicarse (93.8%), atender redes sociales (90.6%), entretenimiento (que disminuyó de 91.4% en 2019 a 87.7% en 2022) y buscar información (también a la baja de 90.5% en 2019 a 89.3% en 2022). Uno de los cambios más significativos es la proporción de la población que lee periódicos, revistas o libros en internet, al pasar de 47.1% al 39.9% en el mismo periodo.

¿Qué información buscan los usuarios de internet? A nivel nacional, se busca en torno a tres rubros: salud, educación o investigación e información sobre el clima. Estas podrían ser alguna de las razones por las que el hijo mayor se conecta a internet con frecuencia.

Todos estos datos nos hacen reflexionar sobre la importancia de reforzar las acciones para conectar a más personas en todo el país, particularmente en las zonas rurales, La cobertura de servicios de telecomunicaciones y radiodifusión sigue siendo prioritaria ¿La alfabetización digital debe ser otra de las prioridades?

Como autoridades tenemos que buscar mecanismos para que la población adquiera las habilidades necesarias para utilizar estas tecnologías, especialmente internet, y aprovecharlas como herramientas para facilitar y mejorar las actividades productivas, escolares y de investigación. En paralelo, debemos generar conciencia sobre los riesgos que se corren al usarlas de manera indiscriminada, sin ningún tipo de control o filtro, diseminando información falsa o datos de las personas.

Desde luego, es importante evaluar el impacto del uso de nuevas tecnologías en el desarrollo económico, en la privacidad, y en formas de socialización.

Estamos frente a un fenómeno complejo que debemos abordar en todos los flancos. Los indicadores que nos proporciona la ENDUTIH (siempre perfectibles) son un buen punto de partida.