CAMBIO CLIMÁTICO

El infierno en la Tierra, cada vez más cerca

Inundaciones en Turquía, Grecia, Bulgaria y España; tifones en China y en Taiwán, ciclón extratropical en Brasil, vienen marcando las últimas semanas

Cambio Climático.Créditos: EFE
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“Porque siembran vientos, y recogerán tempestades…”. Allí, en la Biblia (Oseas 8:7) como en el habla cotidiana, la frase se escuchó hasta el cansancio, pero no se oyó en su justa medida, o se la ignoró por conveniencia o, lo que es más grave, el capitalismo no reparaba, ni repara en esas cosas. La única teología a la que le presta atención es a la del mercado y así está el planeta, recalentado por todos lados.

Del cambio climático, del calentamiento global se viene hablando hace décadas. No hay cumbre del clima (COP 28) que alcance. Desde el 92 en Río de Janeiro hasta la última en noviembre pasado, celebrada en Sharm el Sheikh (Egipto), solo sirvieron para acumular vanas promesas de los gobiernos, principalmente de las potencias. Nada que vaya a ser modificado en la que arrancará el próximo 30 de noviembre en los Emiratos Árabes Unidos. Para entonces, el planeta habrá acumulado la cantidad de desastres naturales más importante en pocos meses, como nunca antes.

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Inundaciones en Turquía, Grecia, Bulgaria y España; tifones en China y en Taiwán, ciclón extratropical en Brasil, vienen marcando las últimas semanas. Sequías e incendios por doquier fueron trazando el rumbo en los últimos meses.  Todo con su dramático resultado en muertes, destrucción y pérdidas de todo tipo. En tanto, los científicos vienen alertando sobre el calentamiento acelerado de la Antártida y, por ende, la elevación de las temperaturas en los mares  

Un estudio del francés Laboratoire des Science du Climat et de l’Environnement (Laboratorio de las Ciencias del Clima y del Medioambiente) demostró que la Antártida se viene calentando prácticamente al doble de lo que lo viene haciendo el resto del mundo

Mathieu Casado, responsable del estudio, aseguró que era "extremadamente preocupante ver un calentamiento tan significativo en la Antártida, más allá de la variabilidad natural".

Un dato más, pero relevante por donde se lo mire, de que el infierno tan temido (el nuestro, no el de Juan Carlos Onetti) por la humanidad parece estar cada vez más cerca. Y nadie parece estar suficientemente preparado para ese escenario.

Hasta el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, lo admitió en un reciente comunicado. “El colapso climático ha comenzado”. Lo dijo al dar a conocer que las temperaturas medias del mundo durante el verano boreal fueron las más elevadas desde que se tienen registros. 

“Nuestro clima está implosionando más rápido de lo que podemos hacer frente, con fenómenos meteorológicos extremos que afectan a todos los rincones del planeta”, alertó el ex primer ministro de Portugal.

En el camino, todos acusan a la explotación de los combustibles fósiles, pero nadie hace nada contra los principales responsables. Las compañías petroleras, algunas de las cuales, son expertas en depredación del medioambiente. 

(Foto: EFE)

Cambio Político

Como para no desentonar, el clima político en diversas latitudes también se calienta a extremos pocas veces visto desde mediados del siglo XX. La guerra en Ucrania sigue su curso, como corresponde, al igual que el pulso geopolítico en toda su dimensión. Allá en el corazón del otrora gendarme global, Estados Unidos, las encuestas no le sonríen al presidente, Joe Biden, de cara a la revancha “tan esperada” con el (¿futuro reo?) expresidente Donald Trump. 

A Biden parece no ayudarlo la marcha de su gobierno, más que quedarse en blanco en algún discurso o ante la prensa. Después de todo, esos contratiempos parecen ser un clásico ya en la política del gigante del norte. Días atrás, fue Mitch McConell, el líder de la bancada republicana en el Senado, quien pasó por ese trance. 

Lo que viene golpeando a Biden es el sprint de su hijo Hunter, en los estrados judiciales. Las que colecciona desde hace varios años y las que podría agregar en los próximos días desde un juzgado de Wilmington, Delaware. Al menos es lo que la prensa estadounidense viene advirtiendo en los últimos días. Una evidencia más de que a un lado y al otro del arco político, han agotado la existencia a la hora de sembrar todo tipo de vientos. A nivel global y fronteras adentro de la unión también. 

(Foto: EFE)

Así, el ritmo de la campaña de cara a las elecciones de 2024 se viene marcando en los estrados judiciales. Allí también se va calentando el ambiente, golpeando las estructuras democráticas. Una suerte de cambio climático en el ánimo de una parte de la población que arrancó allá, con el intento de la toma del Capitolio en enero de 2021.

Las causas están a la vista. Para animar un poco más el conflicto, Rusia y Corea del Norte ya no ocultan su “romance”. Como para sumar unos par de miles de millones de dólares más al gasto militar en Occidente y de paso, poder hablar de otra cosa que no sean los problemas económicos que acarrea el conflicto. El incremento en los precios de la energía que llega desde Rusia y el aumento del gasto en servicios que se arrastra desde el 2020, tras la pandemia. 

Así también la guerra sigue calentando el ambiente en Europa y, de paso, forzando escenarios de recesión, en varios de los miembros de la UE. Desde el primer trimestre del 2023, Alemania mostraba una recesión técnica que fue paliando, en el transcurso del año, con crecimiento cero en el segundo trimestre y todo hace indicar, según los pronósticos más osados, que terminará el año con una caída de su PIB del 0,3%.

Los datos de su poderosa industria también generan preocupación en el gobierno de Olaf Scholz. Todas las actividades muestran un enfriamiento en sus índices de productividad, exportaciones (1% menos) y las importaciones (10,2% menos), todos comparados con los números del 2022.

Otros números

Números similares arrojan países como España y Francia, al concluir el verano. Pero a diferencia de estos, las ventajas con las que cuenta el “Motor europeo” es el bajo nivel de endeudamiento (el 66% de su PIB), comparado con España (113%) y Francia (111%), por citar solo dos ejemplos. Algo similar ocurre con el déficit presupuestario, que en Alemania es del -2,6% contra el -4,81% de España y el -4,70% de Francia. Pero lo que sigue marcando el pulso de la crisis es la inflación, contra la que, incluso el Reino Unido, viene sintiendo su rigor.

Números que inquietan en las distintas autoridades económicas, en momentos que la economía china se retrae y la política, en términos generales, no halla soluciones. Como si también se viera afectada por los efectos del cambio climático

Y no solo la política sino también la justicia evidencian ciertas transformaciones. En Estados Unidos, donde debe definir la suerte de un candidato a la presidencia, involucrándose por acción u omisión en el terreno electoral, o bien, en Brasil, donde un juez del Superior Tribunal puso blanco sobre negro en una parte del caso Odebrecht, al reconocer que el año y medio que estuvo en prisión Luiz Inácio Lula da Silva “fue un error histórico” y, de paso, pidió una nueva investigación contra el juez Sergio Moro, quien llevó adelante la investigación en su momento, y contra los fiscales.     

Un evidente cambio de época para la justicia de ese país, que Lula intenta extender a las Fuerzas Armadas, tratando de reordenarlas y pasar la página de su abierto apoyo al gobierno de Jair Bolsonaro. 

Y si de cambios hablamos, ya sea climático o de época, las opciones políticas de cierta ampulosidad discursiva, tan caras a opciones totalitarias, van surgiendo como hongos. Desde VOX en España, que por su propia acción perdió fuelle en los últimos meses, al cada vez más decidido libertario argentino, Javier Milei, el que, a pesar de ir aggiornando su discurso a medida aumentan sus posibilidades de llegar a la presidencia, despierta pasiones y apoyos de otras latitudes.

Carece de una estructura sólida para un eventual gobierno, no alcanza a cubrir todas las mesas electorales con fiscales propios para cuidar sus votos el día de la elección, pero recibe asistencias que podrían parecer inesperadas, desde el extranjero. Nada más y nada menos que el periodista ultraconservador Tucker Carslon, recordado por su programa en FOX News y su fanatismo por Trump. Con más de 10 millones de seguidores en sus redes, el polémico periodista viajó a la Argentina para reunirse con Milei. 

(Foto: EFE)

La entrevista llegó justo en el momento en que el influyente semanario The Economist le dedicó un artículo poniendo en duda sus propuestas para sacar a la economía del país sudamericano del pantano inflacionario en el que se encuentra y en la espiral interminable de pobreza. Al tiempo que el texto abre la puerta a la posibilidad de que ante “una frustración” podría tomar el camino del totalitarismo.

Es llamativo lo que este excéntrico candidato despierta fronteras afuera de su país. Dentro, en cambio, una sociedad agotada de décadas de políticas erróneas, matizadas por una corrupción galopante, parece abrirles las puertas a sus propuestas, algunas descabelladas o, bien, más llamadas a generar debate que a ser implementadas. Pero la mediocridad de la dirigencia política argentina en su conjunto es tal que la formación académica y su impronta disruptiva, vienen haciendo la diferencia. 

Pero así como se le abrió la posibilidad, tranquilamente, él y su equipo parecen jugar con la suerte por momentos. No reparan en mirarse en el espejo de sus amigos íntimos españoles, VOX, que tras lograr integrar varios gobiernos municipales a partir de junio, comenzaron a implementar restricciones en la cultura, allí donde eran gobierno, prohibiendo obras de teatro o atacando las leyes de libertad de género, entre otros dislates. El efecto inmediato, lo tuvieron en las elecciones generales, donde su caudal de votos mermó y se quedaron sin la ansiada sociedad con el Partido Popular en el poder.

En los últimos días, Victoria Villaruel, la candidata a la vicepresidencia de Milei, presidió un acto en una dependencia pública de la ciudad de Buenos Aires (el Concejo Deliberante), para homenajear a las víctimas del terrorismo en los años 70. Integrante de la familia militar y defensora del accionar de los represores durante la última dictadura, la actual diputada y los que acudieron al acto debieron soportar la protesta de sectores de izquierda y de derechos humanos, generando una tensión pocas veces vista en los últimos tiempos. 

El tema de los desaparecidos en Argentina suele despertar la sensibilidad de la sociedad. O al menos lo hacía, hasta no hace mucho, cuando todavía los niveles de bronca social contra la clase política no llegaba a los niveles actuales. 

Por lo pronto, así como hay que cuidar de sembrar muchos y ciertos vientos, para no provocar estas tempestades que sufre la humanidad, hay otro refrán para esas novedosas opciones de viejo cuño ultraconservador. Nunca hay que ensillar las bestias antes de traerlas. Mucho más cuando hasta ellas pueden ser útiles en el caso de que todo esté en llamas y no hubiese cómo escapar de semejante atolladero.

CAO