En 2022, la población de Chile le dijo no a la nueva Constitución que reemplazaría a la aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet. En esa ocasión, el presidente Gabriel Boric prometió realizar un nuevo proceso con el apoyo tanto de partidos políticos como del Congreso chileno, pues la propuesta redactada generó incertidumbre sobre cómo se implementaría, pero este 17 de diciembre, nuevamente la población chilena habría decidido inclinarse por el no a la Constitución.
Desde el año pasado, el voto en Chile es obligatorio, pero de acuerdo con los Carabineros de Chile, quienes son la fuerza policial de ese país, en esta jornada que inició con la apertura de urnas a las 6:30 de la mañana hora de Chile, alrededor de 349,255 personas ingresaron su excusa para no votar en el plebiscito constitucional. Esto es más del 1 por ciento de los que están habilitados para emitir su voto.
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Hasta el momento, según el Servicio Electoral de Chile, con un total de 99.33% de las mesas escrutadas, la opción de “en contra” lleva una ventaja de más de 10 puntos porcentuales con el 55.76 por ciento, mientras que “a favor” tiene un 44.24 por ciento en contra. Boric, quien emitió su voto en la región de Magallanes, dijo anteriormente que, si ganaba el rechazo a la nueva Constitución escrita en esta ocasión con un corte derechista, su gobierno no impulsaría un tercer intento, por lo que se espera que la versión actual siga vigente.
A diferencia de su versión pasada, esta nueva Constitución fue elaborada por un Consejo Constitucional que estaba inclinado hacia la derecha. Algunos de los puntos que toca esta nueva versión es una propuesta para expulsar a los migrantes que ingresen ilegalmente a Chile a través de la creación de una Fuerza Fronteriza; garantizar la candidatura igualitaria de mujeres y hombres para puestos políticos (sin contemplarla también en los puestos resultantes); y contempla un apartado sobre libertad religiosa y de pensamiento.
¿Cómo surgió la propuesta de una nueva Constitución en Chile?
Todo comenzó en las protestas de 2019, durante el gobierno de Sebastián Piñera, que coincidieron con varias protestas registradas en distintos países de Latinoamérica. En el caso de Chile, miles salieron a las calles para protestar en contra del incremento en el precio de los boletos del metro de Santiago. Semanas después de que iniciaron las huelgas, el Congreso de Chile anunció un acuerdo para la redacción de una nueva Constitución y así reemplazar la de Pinochet de 1980. Tras un referendum realizado en octubre del 2020, el 78 por ciento de los votantes se decidieron por el sí a la redacción de una nueva constitución.
En 2021, los chilenos eligieron a quienes serían los miembros de la asamblea constituyente que en ese entonces su mayoría era de izquierda. Pero en septiembre del 2022, cuando se realizó el plebiscito para votar a favor o en contra del nuevo texto, el 62 por ciento rechazó la nueva propuesta. Al emitir su voto este domingo, Gabriel Boric aseguró que "independientemente de la opción que gane" en el plebiscito sobre la nueva Constitución, su gobierno se centrará "en las prioridades de la gente".