MAGIA CALLEJERA

Magia en un crucero, entre los riesgos y el acoso

Mabel, la Maga Alegría, práctica magia callejera debido al acoso que sufrió en sus anteriores trabajos. Aunque en las calles el problema sigue presente

Magia en un crucero, entre los riesgos y el acoso
Magia en un crucero, entre los riesgos y el acosoCréditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

Cada vez que la luz roja del semáforo se enciende, es el momento de que Mabel salga a escena y realice algunos de sus trucos de magia en un crucero del Circuito Interior, en la Ciudad de México. Si bien los peligros y el miedo están presentes, son más las ganas de realizar lo que a ella le gusta.

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Hace dos años aproximadamente, que Mabel, o también conocida como la Maga Alegría, comenzó a hacer magia en las calles de la Ciudad de México como un medio de subsistencia.

“Todos los días me pasa algo diferente pero lo más importante son tus ganas, tus ganas de comerte todo esto, ¿me entiendes? De decir, puedo ayudar a mi familia, puedo ayudar a mis hermanas y es eso más que nada, lo he hecho también por necesidad pero me gusta, me despeja, me pongo a oír música y me siento como en un show”, explica la joven maga.

Pero algo que también orilló a Mabel a salir a practicar magia callejera fue el acoso sufrido en sus anteriores trabajos. Aunque en las calles el problema sigue presente.

“Ya tenía trabajos anteriormente pero sufría mucho acoso. Y aquí no es nada diferente porque igual sufro acoso todos los días ¡todos los días! Me siento mal que la gente sea así”, dice la joven maga.

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De lunes a sábado, a veces también los domingos y de 7 de la mañana hasta la tarde, se puede ver a Mabel haciendo magia entre los autos, peatones y uno que otro vendedor.

Y a pesar de los problemas como el acoso, los riesgos del crucero y las inclemencias del clima, la Maga Alegría sale hacer su trabajo de forma profesional y no sólo por ganar unas monedas, ya que su sueño es llegar a ser reconocida por su magia.

“Yo entré a trabajar en esto más que nada por necesidad pero también noté que las personas que también hacen magia, no es por criticarlas pero, sólo lo hacen por hacer, para que les den un peso y yo lo hago porque me apasiona, para ver a la gente sonreír, me gusta sentirme como si yo estuviera en el carro y yo me estuviera viendo a mí misma cómo hago las cosas. Darle la ilusión a la gente”.

A sus 19 años, Ambel sigue practicando su espectáculo y planea llegar a ser una maga que se presente en distintos lugares haciendo magia.

Acompañada de Merlín, una de sus palomas con las que da el espectáculo, la Maga Alegría también debe sortear problemas como la disputa por el espacio ante otros artistas urbanos.

“En los semáforos que yo he trabajado el que llega primero es el que se queda, el que trabaja, y yo me enojo por que a veces viene chavos a hacer suertes con sus balones y no se vale porque hay más semáforos, yo me friego para llegar temprano, me levanto a las 5 para maquillarme, porque soy un personaje, y llegar a chambear temprano”, asegura la maga.

Y es que un trabajo así de exigente y particular se debe a las ganas de triunfar pero también a las responsabilidades del hogar.

Y para quienes se pregunten el origen del nombre de Maga Alegría, Mabel explica que es por el carisma que todos sus amigos le reconocen.

“Es que dicen que soy risueña y expresiva, pero yo quiero que la gente sonría al ver mi magia”.

VGB