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El taco al pastor y la guajolota, el alma del corazón chilango

Siempre a prisa, fiesteros pero trabajadores; gastalones; adictos a las garnachas, a beber tazas de café y a ponerle más salsa a todo, así son los chilangos

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Escrito en METRÓPOLI el

El bolillo cruje mientras el cuchillo lo atraviesa, después una mano desnuda hábilmente, pero con cuidado, un tamal verde que se desliza dentro del pan hasta coincidir a la perfección, como si siempre hubieran estado destinados a estar juntos. Un trozo de papel que los envuelve hasta la mitad consagra esta unión y, entonces, la guajolota pasa a las manos de un chilango, que inmediatamente la ataca con una mordida mientras sale disparado rumbo a su trabajo, acelerado, como todos en la Ciudad de México.

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Siempre a prisa; fiesteros, pero trabajadores; gastalones; adictos a las garnachas a beber tazas de café a montones, a ponerle más salsa a todo; sociables, “desmadrosos” y “chidos”, así es como se autoperciben los chilangos.

“Chilango: adjetivo coloquial. Natural del Distrito Federal. Perteneciente o relativo al Distrito Federal o a los chilangos”, así es como define la Real Academia Española de la Lengua a la forma en que se conoce a los habitantes de la Ciudad de México, ya sea que hayan nacido ahí o que sean de otro estado y vivan en la capital.

Sin embargo, la palabra chilango va más allá, pues es la suma de características que definen a los capitalinos, desde hábitos, conductas, gustos, costumbres y hasta forma de ser, por eso La Silla Rota salió a las calles de la Ciudad de México a preguntarles.

“Yo nací en la calle de Perú, en el mero Centro”, expresó con orgullo Esperanza Zaragoza Rivera, quien atiende un puesto de periódicos sobre Paseo de la Reforma, a sólo unos pasos de Chapultepec.

Esperanza resaltó que los capitalinos son solidarios, alegres y lo que más les gusta son las fiestas, la convivencia, pasar tiempo con la familia, como en estas fechas en las que la gente se reúne para las posadas y Navidad.

Al ser cuestionada sobre a qué cree que son adictos los chilangos, doña Esperanza respondió sin titubear: “Los chilangos somos adictos a los antojitos mexicanos, los sopes, las quesadillas, el pozole, las carnitas, el café, chilaquiles, sí nos gusta mucho nuestra comida, regularmente en cualquier hogar, aunque no tengan mucho dinero siempre hay pues un café, un atole, unos sopes”.

ADICTOS A LAS QUESADILLAS SIN QUESO Y AL CAFÉ…

La comida parece ser uno de los aspectos que define a los chilangos, que usualmente son objeto de memes en redes sociales por querer comer todo con bolillo y por disfrutar de las quesadillas sin queso.

Para Ximena Vázquez, nacida en la Ciudad de México, algo que caracteriza a los chilangos es el famoso guajolocombo, porque la experiencia de degustar una guajolota (torta de tamal) no es la misma si no va acompañada de un vasito de champurrado o de atole de algún sabor.

 

Mientras que Jorge Luis Juárez señaló que los chilangos son adictos a los tacos al pastor, que son unos de los más característicos de la Ciudad de México.

Destacó que otro aspecto que diferencia a los capitalinos es “la forma de hablar, al expresarnos usamos esa jerga coloquial, me ha tocado ir a otros estados y que me digan tú por el acento eres chilango, verdad”.

Silvia Josefina González Martínez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de Ciencias de la UNAM especialista en antropología del consumo de publicidad, recordó que en cuanto a la comida, los chilangos tienen muchas opciones, pues en las calles, afuera del metro y prácticamente en cualquier lugar es posible encontrar un puesto de comida.

Están los tacos de canasta, que son así como clásicos no, pero también los tacos de pastor, de suadero, las famosas quesadillas, pero no traen queso, por las que hemos sido víctimas de memes, los tlacoyos las gorditas, los huaraches, las flautas, los caldos de gallina, los elotes, los esquites, que realmente son alimentos informales que son ricos y que son muy tradicionales en nuestra gastronomía”, explicó

La especialista de la UNAM señaló que al hablar de adicciones de los chilangos se tiene que segmentar a la población en diversos grupos o tribus urbanas, por ejemplo, hay a quienes les gusta el café y en la ciudad hay muchos lugares para todos los gustos.

En otros casos, indicó que otro grupo sería quienes suelen consumir alcohol con frecuencia lo que llevó a que se diversificaran los establecimientos y ahora se encuentren mezcalerías y otros lugares de ese tipo.

Otra de las adicciones de los chilangos es el endeudamiento, indicó González Martínez, quien recordó que sólo basta ir a una plaza en fechas como El Buen fin o épocas de ofertas para observar cómo muchos aprovechan promociones a meses sin intereses o comenzar a pagar hasta varios meses después.

No sabemos ahorrar, consumimos demasiado y creemos que las tarjetas de crédito son una extensión de nuestros salarios, ¿no? Creo que también por ahí, pues tenemos ese problema”, comentó la especialista

TRABAJADORES, PERO PROCRASTINADORES

Otras de las adicciones están relacionadas con la forma de ser de los chilangos, quienes se perciben como una dicotomía entre fiesteros y trabajadores.

Carlos Sánchez, quien tiene un puesto de lentes y sombreros en el Bosque de Chapultepec, señaló que los chilangos son adictos a tres cosas: “a trabajar, estudiar, o salir, divertirse”.

Coincidió Bryan Ramírez, quien declaró que a los capitalinos les encanta divertirse e ir a fiestas, tanto que ni en la pandemia se logró evitar que hubiera gente reunida en antros y bares.

Mientras que Paola Jiménez dijo que la manera de celebrar de los chilangos es celebrar cualquier cosa, lo que los hace “ser más chidos”.

Paola señaló que los chilangos también se caracterizan por ser trabajadores, pero al mismo tiempo suelen vivir estresados y con ansiedad por no hacer las cosas en tiempo y forma:   “Dejamos siempre todo al último, siempre andamos como a las prisas, todo súper rápido y no tengo tiempo para otra cosa y así”.


Érika Villavicencio Ayub, coordinadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que si bien los chilangos son trabajadores, el que se crea que trabajan mucho se debe más a un tema de percepción, ya que siempre llevan un ritmo de vida acelerado, en comparación con personas de otras partes del país.

Detalló que, hablando de productividad, aunque los capitalinos pasan mucho tiempo en el trabajo, en otras zonas como el norte de la República los empleados generan mejores resultados a las empresas.

Yo creo que sí hemos tendido a desarrollar esta adicción al trabajo o por el workaholismo como le dicen, pero es más bien porque lo hemos aprendido socialmente y porque lo han reforzado. Si llegas a tu casa después de tu jornada laboral, más tarde, cansado socialmente se te reconoce

Villavicencio Ayub expresó que los chilangos también tienden a procrastinar, a distraerse con otras cosas mientras trabajan y resolver problemas sobre la marcha, aunque son cosas que se podrían haber evitado si antes hubiera planeación. 

Padecemos mucho de presentismo, disfrazado de todo el tiempo que ocupamos en el café, en ir a hacer un trámite al banco, en estar platicando con compañeros, en estar el maquillándome, yendo al baño, todas estas fugas de tiempo

“La gente cuando se da cuenta ya pasó su jornada del día y no envió oportunamente lo que tenía que entregar,  entonces se sienta después de su jornada, ya cuando se acerca la salida, a hacerlo. Cuál es la percepción de los demás, híjole tal persona no salió a tiempo porque tiene mucho trabajo, pero qué hiciste en tus ocho horas de trabajo, estuviste en redes sociales,  intercambiando mensajes, haciendo otras actividades”, detalló Villavicencio Ayub.

Respecto al tiempo libre, González Martínez indicó que el tiempo de ocio de los chilangos cambió por la pandemia. Hasta antes de la covid, se había incrementado el número de plazas comerciales en la ciudad a donde muchas personas iban a caminar, de compras y a comer un helado, entre otras cosas.

Tras la pandemia y el confinamiento, muchos capitalinos se refugiaron en las plataformas de streaming y también se volvieron adictas a ellas, a tener no sólo Netflix, sino también YouTube, Disney Plus, Amazon Prime, entre otras, aunque no siempre tienen tiempo para ver contenido en todas, comentó la especialista.

 

 

 

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