TURISMO

El municipio de Guanajuato que tiene un palacio llamado “Casa de los Perros"

Se trata de una construcción majestuosa que fue considerada la mejor obra civil del siglo XVIII en México; se encuentra en la plaza principal de Apaseo el Grande

Créditos: Estado de Guanajuato, México
Escrito en GUANAJUATO el

Apaseo el Grande.- Apaseo el Grande, en purépecha le llamaban Apazueca, que significa “Lugar de Comadrejas”,  en su territorio habitaron en distintas épocas los nahuas, mazahuas, chichimecas, otomíes y purépechas, y su primer nombre, según algunos historiadores, era Dee (“Gavilanes”), luego lo nombraron Atlayahualco (“Lugar donde el riego rodea la tierra”), Apatzeo (“Flor Amarilla”) y posteriormente Apezecua, hasta la llegada de los conquistadores españoles en 1525.

Se localiza a 17 kilómetros al este de Celaya tomando la carretera federal 45, llamada “Panamericana”. Debido a que hay gran abundancia de agua, Apaseo fue poblada desde mucho antes de la época colonial.

Apaseo el Grande es la segunda población más antigua del estado. Su fundación no queda muy clara, pues hay distintas versiones de los historiadores. Fue fundada por el cacique de Tula, don Fernando de Tapia Conín y por Nicolás San Luis Montañéz, cacique de Xilotepec, ambos aliados de los españoles, quienes llegaron en 1525, cuatro años después de la caída de Tenochtitlán. Al poco tiempo, hecha la distribución del “botín de guerra”, Hernán Cortés otorgó la Encomienda de la zona a Hernán Pérez de Bocanegra, quien fundó la ciudad entre 1530-1533. Finalmente se oficializó la fundación en 1538.

Por Apaseo pasaba el Camino Real de Tierra Adentro, una vía corta de Querétaro hacia Guanajuato, ya que poco más al norte corría el llamado “Camino de la Plata” que unía Zacatecas con Guanajuato, Pozos y Pachuca. El de Apaseo era el que surtía de las abundantes cosechas que se obtenían en el Bajío a los centros mineros localizados en terrenos semidesérticos y montañosos. Aunque en temporales de lluvia el cruce del río de La Laja y las abundantes aguadas volvía este camino intransitable.

La Casa de los Perros

Era un lugar donde abundaba la riqueza, por lo que no es de extrañar que quienes visiten la ciudad se encuentren con una obra civil del siglo XVII, superando a las construcciones de los centros mineros, la cual fue denominada como “Casa de los Perros”, debido a que en su puerta principal están dos esculturas de canes.

La Enciclopedia de México así la describe: “Cuenta la ciudad con una de las casas más notables del país. Es una joya arquitectónica de estilo churrigueresco, con columnas de arcos lobulados y finos adornos de piedra que se deben a un maestro mexicano llamado Cornelio. La casa fue construida para don Francisco Herrera y todavía en 1970 se utilizaba como depósito de ajos. El interior no lleva murales, pero conserva aun parte de un empapelado al estilo barroco. Esta joya de la arquitectura virreinal tiene parecido a ciertas construcciones queretanas”.

Se dice que los propietarios actuales de esa casa es una familia de Monterrey que sólo por ocasiones la visita, y estuvo abierta para los visitantes hasta que un adolescente rayó una de las pinturas y se optó por cerrarla.

El nombre original era El Palacio de Herrera y se popularizó como “Casa de los Perros” debido a que en la puerta principal, encima, custodiando a cada lado, se levantan las esculturas de dos canes. El sólo el hecho de ver esta obra colonial amerita la visita a Apaseo el Grande.

En la actualidad, este castillo es uno de los principales atractivos de Apaseo el Grande.

Para saber

La Casa de los Perros fue considerada la mejor obra civil del siglo XVIII en México.

La casa tiene un estilo churriguresco.

Tiene columnas de arcos lobulados y finos adornos de piedra realizados por un maestro artesano llamado Cornelio

En el interior aún se mantiene parte del empapelado estilo barroco

La casa fue hecha para don Francisco Antonio Fernández de Herrera, y hasta 1970 se utilizó como depósito de ajo.

Este palacio fue construido entre 1780 y 1789. 

Presenta dos fachadas de un nivel, y en las esquinas de cada una tiene una pilastra con una hornacina, en su fuste se encuentra el emblema de la casa de Austria: Un águila bicéfala.

En su explanada hay algunas bancas para descansar y una columna en honor a Miguel Hidalgo.

Se dice que Agustín de Iturbide se veía en secreto con la Güera Rodríguez en esta casona.

También es parte de los relatos, que en 1810, cuando se dirigía a Celaya el cura Hidalgo pernoctó ahí invitado por el mismo dueño de la casa.

Cuando vayas a Apaseo el Grande, lo primero que te llamará la atención al llegar al corazón de la ciudad es este edificio palaciego que bien vale la pena admirar.

¡Feliz viaje!

| Con fotos de: Estado de Guanajuato, México.

 

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