Silao-. Soportan con sus espaldas y sus brazos cientos de kilos de desechos todas las noches cuando salen a correr, incansablemente, para llevarse lo que los demás no quieren, llueve y una gran tormenta se precipita sobre la ciudad y con el agua que corre casi hasta las rodillas, los recolectores de basura en Silao cumplen con su labor a pesar de la tempestad.
Se les observa a los recolectores activos durante la noche, realizan sus recorridos por las calles solitarias del municipio, cuando ya todos se disponen a descansar o algunos ya han conciliado el sueño, los recolectores salen a trabajar aun cuando el cielo está por caerse, quizá miden el tiempo entre esquinas, en una actividad que parece repetitiva: sujetan y lanzan las enormes bolsas de basura, así a cada instante, y vuelven a correr mientras el camión de la basura los espera para cargar.
Una lluvia torrencial se hace omnipresnete sobre todo el territorio del municipio, es de noche y las calles empiezan inundarse, los recolectores tienen que cumplir con la ruta designada, con el encargo: dejar las calles limpias de Silao en una actividad es casi deportiva.
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El agua de la lluvia ralentiza sus ágiles pies, ellos ya están empapados de sudor y del agua despedida cientos de metros arriba, pero eso no detiene a "los de la basura", cumplen con su misión diaria con tal de que los silaoenses amanezcan con las calles limpias antes de que los perros callejeros puedan destrozar las bolsas y pelear por la comida.
Ya empapados y su actividad constante entre la lluvia llama la atención de los automovilistas con las intermitentes encendidas que avanzan a vuelta de rueda sobre los encharcamientos que provocó la lluvia, los recolectores lanzan la bolsa, otro más espera las bolas encima del vehículo acomodándolas en forma de un muero.