Guanajuato.- México tiene 18 especies de ajolotes, y nuestro estado es el hogar de una de ellas. Te contamos cómo son los ajolotes guanajuatenses.
Estos pequeños anfibios, que parecen sonreír todo el tiempo son seres solitarios que llegan a vivir hasta 15 años; les gustan las aguas dulces, limpias y frías, su actividad es mayormente nocturna y tienen una peculiaridad: son capaces de regenerar su cola y extremidades sin que quede cicatriz.
A diferencia de los ajolotes rosas de otras regiones (quizá los más populares), la especie que habita en nuestro estado, denominada Ajolotes del Altiplano/del Bajío, es de color café a negro y pueden tener manchas de tonalidades verdes-amarillas en el torso. Su nombre científico es "Ambystoma velasci".
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¿Dónde hay ajolotes en Guanajuato?
Han sido vistos en Sierra de Lobos (León), los Cerros el Culiacán y la Gavia (Cortázar, Jaral del Progreso, Salvatierra y Celaya), Cuenca Alta del Río Temascatio (Salamanca y Juventino Rosas), y mayormente en la Biósfera de la Sierra Gorda (Xichú, Santa Catarina, San Luis de la Paz, Atarjea y Victoria).
Sin embargo, debido a que se encuentran en grave peligro de extinción, el único lugar de la región donde puedes apreciarlos es en el Acuario del Bajío Sealand (ubicado en el Centro Comercial Altacia), uno de los únicos dos acuarios a nivel nacional que ha logrado reproducir a los ejemplares bajo su resguardo.
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¿Por qué están en peligro de extinción?
Son muchos los factores que han colocado a las 18 especies mexicanas de ajolotes en riesgo de extinguirse. Su desaparición comenzó cuando en el lago de Xochimilco comenzó a haber especies invasoras depredadoras, como tilapias y otros peces, que acabaron con las poblaciones de ajolotes que allí vivían.
Su propia naturaleza también les ha jugado en contra, pues de cada 100 huevos que las hembras ponen anualmente, solo entre uno y tres sobreviven. Adicionalmente, los ajolotes son criaturas que difícilmente se adaptan a cambios en su entorno, por lo que con la urbanización, la sequía y la contaminación hemos complicado profundamente sus hábitats.
Sin embargo, uno de los principales motivos de que queden escasos ejemplares en los ecosistemas naturales, es la extracción ilegal. A principios del año pasado, justamente en temporada de reproducción, se detectó la venta ilegal de ajolotes en la Expo Acuario del municipio de San José Iturbide. Los vendían por $200 y $500 pesos.
Por ello, algunas asociaciones han buscado la forma de ayudar en la preservación de la especie. Un ejemplo es la Asociación de Scouts de México A.C., conformada por jóvenes guanajuatenses que a través de campañas anuales recaudan fondos para apoyar el proyecto “Santuario del Ajolote”.
Este proyecto, liderado por Villa Atl, Aldea Global de Desarrollo, tiene un laboratorio dedicado al cuidado y liberación de los ajolotes a su hábitat natural y a la educación ambiental.
FN
