Acámbaro.- Un sacerdote identificado como Juan Enrique, párroco en la iglesia de San Agustín en el municipio de Tlanchinol, en el estado de Hidalgo, fue capturado en Acámbaro, Guanajuato por el delito de abuso sexual infantil. Se estaba escondiendo en este estado para evadir la justicia.
Ayer, agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) lo ubicaron y capturaron derivado de un trabajo colaborativo con la Fiscalía del Estado de Guanajuato. De inmediato lo trasladaron al penal La Lima en el municipio Jaltocán.
De acuerdo a testimonios de la víctima, el clérigo habría abusado en repetidas ocasiones de ella, acercándosele bajo la excusa de necesitar su ayuda. Ella era una acolita, es decir, su asistente durante misa y en los momentos previos y posteriores a la celebración religiosa.
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Pedofilia eclesiástica en Guanajuato
De acuerdo al medio EFE, con datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en los últimos 10 años, 426 sacerdotes han sido investigados en el país por pederastia en México.
En Guanajuato, existieron dos casos recientes que permanecen como una herida abierta en la iglesia del estado. El del párroco Jorge Raúl Villegas, exvocero de la arquidiócesis de León, y el del padre Luis Esteban Zavala, siendo el primero uno de los más mediáticos.
En febrero de 2017, una alumna del colegio Atenas, en Irapuato, donde el padre Jorge Raúl trabajaba lo acusó de haber abusado sexualmente de ella. Haber alzado la voz inspiró a otras cuatro víctimas a hablar y denunciaron también haber sido víctimas del sacerdote.
En abril de 2018 lo sentenciaron a prisión. El Supremo Tribunal de Justicia de Guanajuato determinó que sus delitos habían sido cometidos claramente con dolo, por lo que consideraron que merecía la pena máxima por cada uno de ellos: 5 casos de violación, 1 de corrupción de menores, 1 de abuso sexual y 1 de agresión sexual.
Le fijaron una sentencia de 90 años 7 meses, pero el 11 de noviembre de 2022, luego de una apelación de las víctimas, su condena aumentó a 117 años con 7 meses.
Y antes del caso de él, hubo otro, como el del padre Luis Esteban Zavala Rodríguez, párroco del templo de Nuestra Señora de la Soledad en Irapuato, que fue sentenciado más de 60 años de cárcel por violación espuria calificada y corrupción de menores en contra de una menor.
La defensa había solicitado una condena de 74 años, pues además de este tenía varios delitos acumulados, pero la jueza cerró la condena en 65 años y 3 meses de cárcel.