León.- Detrás de una vitrina, exhibidos en el edificio de Presidencia Municipal, unos zapatos rojos figuran a la vista de algunos. “Los zapatos rojos de Benedicto XVI” dice una placa donde se lee una porción de la historia de los zapatos que caminaron con el hoy fallecido pontífice Joseph Ratzinger.
Los zapatos y el Papa tenían caminos distintos, pero manos leonesas terminaron no solo unir sus rutas si no convertirlos en indispensables acompañantes del uno y otro.
En León
En una tenería de León, un pedazo de cuero estaba siendo trabajando con el destino de convertirse en zapato. Sin saber en pies de quién terminaría el par, los curtidores de “la capital mundial del calzado” trabajaban con esfuerzo y perfeccionismo para pasar el material a los zapateros.
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“El trabajo todo lo vence”, dice el lema de la ciudad de León. Habla de una sociedad construida con la doctrina de sobreponerse a las dificultades de la vida con el esfuerzo, el mismo que demostraron cuando se enteraron de que este pedazo de cuero se convertiría en el calzado que acompañaría al Papa en su visita a León.
En el Vaticano
Mientras, del otro del mundo se alistaban para realizar un viaje que más tarde se convertiría en un evento histórico para la Iglesia Católica en León, la visita Joseph Ratzinger.
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El 12 de diciembre de 2011 el Papa Benedicto XVI confirmó que visitaría México y Cuba y un año después se dio a conocer que, en México, había escogido a León, Guanajuato para ser su casa por unos meses.
Algunas autoridades eclesiásticas comentaron que el Papa escogió esta región por la defensa de la fe que sus habitantes llevaron a cabo durante la Guerra de los Cristeros.
Las hermanas Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, congregación del Colegio Miraflores se alistaron para recibirlo en su casa, al igual que el gobierno para su llegada al estado.
Juntos
Y entre el resto de la sociedad que ideaba planes para recibirlo estaba el empresario zapatero Armando Martín Dueñas. Él y su empresa representarían a León obsequiándole al Papa Benedicto XVI el mejor calzado leones que pueda recibir.
De color rojo, con piel de becerro nonato, interiores suaves con placa hecha con porón y suela y tacón de cuero todo hecho a mano, fabricaron el modelo que bautizaron como “Zapato Papal”.
A Martín Dueñas, expresidente de la Cámara de Calzado del Estado de Guanajuato (Ciceg) y su equipo de zapateros les tomó más de una semana tenerlos listos.
En marzo, cuando Benedicto XVI llegó a León, tomó en sus manos y se colocó en los pies los zapatos trabajados por manos leonesas que caminarían con el de ese momento en adelante.
PR