BACALAR.- La mano de obra para cosechar la caña de azúcar en Othón. P. Blanco, Quintana Roo, escasea en un 60 por ciento. Los jornaleros prefieren quedarse a trabajar en el Tren Maya, que pasa por sus comunidades, a desplazarse como lo hacían año con año. En consecuencia, la temporada de zafra, que finalizaría en mayo, se extenderá a junio.
“La verdad, en la mano de obra del Tren Maya, que siempre he dicho que es un buen beneficio, hay bastante gente. Son cortadores de los ejidos, pero prefirieron quedarse a trabajar en sus zonas donde va a pasar más directo el tren y, pues, se fue un 30 o 40 por ciento”, señaló el líder de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales, Benjamín Gutiérrez.
Dijo que las personas de localidades ribereñas que tradicionalmente participaban en el corte de la vara dulce, ahora están involucradas en las labores del proyecto del Tren Maya, donde reciben el doble del salario.
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“Nos alcanza a pegar en el tema cañero, la mano de obra el corte de la caña, hay mejores oportunidades, pagan creo que 4 mil pesos a la semana, con tres meses de contratación, seguro, nosotros también les damos seguro, les damos agua potable, les damos vivienda, les damos todo pero obviamente no se gana un cortador de caña 4 mil pesos a la semana, 2 mil, 2 mil 500, no vamos a comparar un trabajo del Tren Maya a un trabajo en el corte de la caña que es un trabajo rudo, con sol, con frio, con agua, y si un 20 o 30 por ciento de nuestros trabajadores se han ido a lo del Tren Maya”.
La cosecha de caña, llamada zafra, inició en noviembre de 2022 y estaba programada para finalizar en mayo de 2023. Los 15 ejidos de la zona cañera de Quintana Roo contrataron a 2,800 jornaleros para cosecharla, pero solo llegó el 40 por ciento. Menos de la mitad.
La falta de mano de obra provocó que no sólo aumentara el tiempo de cosecha, sino que también se redujo la producción. El estimado, que era de 1 millón 900 mil toneladas, disminuyó en poco más de 1 millón 300 mil toneladas.
Un Plan B para resolver la falta de mano de obra es mecanizar la cosecha. Sin embargo, las dificultades para esto es que no todas las parcelas son aptas para que pase la cortadora.
“Estamos entrando con la cosecha mecanizada y también ahí invitamos a los productores a destroncar sus parcelas para que pase la máquina, ya que día a día la mano de obra se escasea”.
“De 2,800 cortadores que se contrataron traemos mil 600”, se queja insistente Evaristo Gómez, de la Unión Local de Cañeros.
Se quejó que diariamente deben entregar de 9,800 a 10,000 toneladas para molienda, pero en su lugar sólo logran ingresar 8,600.
“Los pocos trabajadores que aceptaron quedarse están trabajando hasta horas extras para lograr superar el déficit, pero no es suficiente. Sinceramente creímos al principio de la temporada que la fuga de empleados que íbamos a tener por el Tren Maya no iba a afectarnos tanto, que todo se terminaría en mayo, pero justo ahora aún y con condiciones climatológicas mejores y con cosechadoras que van a complementar a los jornaleros faltantes, difícilmente podremos terminar sino hasta julio”, dijo.
Benjamín Gutiérrez precisó que unos 250 hombres y mujeres ya no participan en la zafra, y a esta situación se suma la afectación de los casi 2 mil milímetros de lluvias durante la actual temporada de cosecha de la caña de azúcar.
Dijo que la caída de producción es generalizada a nivel nacional donde todos los ingenios registran una baja de entre 12 y 14 por ciento, es decir entre 800 y mil toneladas de azúcar al mes, por lo que de manera conjunta no se podrá cumplir la meta en el país de 6 millones de toneladas.
EXTRANJEROS AL QUITE
En la zafra participaban regularmente personas de Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, quienes emigraban para la temporada a Quintana Roo. Aunque desde el año pasado se sumaron a la obra del Tren Maya para dejar de lado la cosecha, por lo que la crisis de mano de obra en el campo se extendió por estas entidades.
Sin embargo, para enfrentar la crisis de mano de obra, han contratado a extranjeros.
Por esta razón, la mayoría de los empleados que hoy se encuentran en sus campos son personas que provienen de otros países, como Guatemala, debido a que los nacionales optaron por trabajar en el magno proyecto federal ferroviario, el cual no acepta mano de obra extranjera.
“La verdad, al día no he calculado cuánto corto, creo que, como unas nueve toneladas, es un poco más de trabajo, pero está bien hecho y hay mejor paga”, apuntó el cortador de caña, Javier Peraza.
Evaristo Gómez declaró que esperan que las autoridades estatales volteen a ver al campo quintanarroense, pues con los apoyos y subsidios suficientes podrán adquirir maquinaria que permita mejorar la producción e incrementar la derrama económica que genera la actividad cañera.