TRAGEDIA MIGRANTE

“Mi esposo murió en la estación migratoria, pero oficialmente está desaparecido”

El proceso de identificación y repatriación de cuerpos de migrantes venezolanos que murieron en la estación migratoria de Ciudad Juárez está paralizado; familiares exigen presencia del embajador

El proceso de identificación y repatriación de cuerpos de migrantes venezolanos que murieron en la estación migratoria de Ciudad Juárez está paralizado; familiares exigen presencia del embajador
Tragedia migrante.El proceso de identificación y repatriación de cuerpos de migrantes venezolanos que murieron en la estación migratoria de Ciudad Juárez está paralizado; familiares exigen presencia del embajadorCréditos: Cuartoscuro
Escrito en ESTADOS el

CD. JUÁREZ.- Yésica, de 28 años, buscó por 10 días a su esposo José Rafael Mendoza Ferrer, hasta que el miércoles 5 de abril le confirmaron que es una de las víctimas mortales del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, registrado el 27 de marzo pasado. Originarios de Mérida, Venezuela, hace medio año llegaron a Ciudad Juárez junto con dos hijos de 8 y 5 años. El lunes 27 de marzo, José Rafael limpiaba vidrios cuando llegó una redada del ayuntamiento de Chihuahua, en coordinación con el Instituto Nacional de Migración (INM), y se lo llevó junto con otros migrantes venezolanos.

“Mi esposo está desaparecido porque aún no se identifica como tal su fallecimiento. Yo fui a fiscalía, abrí el caso de él. La fiscal me dijo que teníamos que descartar los hospitales porque no era una lista oficial. Pero ya pasó una semana y no me han dicho nada, no me han llamado. Ella inclusive me dio su número, yo le llamo, no me contestó más nunca, no me dice nada”, denunció la joven horas antes de que le llamaran para informarle que sí era su esposo.

Yésica contó que después de recorrer los hospitales de Ciudad Juárez acudió a la Fiscalía General de la República (FGR), pero no obtenía información y la poca que le daban era confusa.

Fue hasta que se encontró con representantes del gobierno de El Salvador y en su desesperación, Yésica les pidió ayuda para saber cómo podría identificar a su esposo.

“Y yo le dije a él, por favor ayúdeme porque yo necesito saber lo que está pasando. Él se tomó el tiempo y nos contactó con (la Comisión Ejecutiva de) Atención a Víctimas. Él me dijo que iba a hablar con el embajador de Venezuela porque parece ser que tiene que llamarle a otra persona, porque si yo le llamo o un familiar le llama, él no va a hacer caso, tiene que llamarle una persona de su nivel”, reveló.

El proceso con las víctimas de Venezuela va muy atrasado, acusa Yésica. “Nosotros exigimos que dé la cara aquí (…) Ahí está el nombre de él (de su esposo José Rafael), estoy yo que soy su esposa, está su mamá esperando y no quieren dar información”.

La FGR le informó a Yésica que le entregaron información al funcionario de Venezuela, pero éste no había comunicado a las familias.

“Aquí el llamado es a la embajada de Venezuela. Eso en Venezuela está oculto, pero acá no, porque aquí nosotros estamos viviendo este problema, las familias en Venezuela están esperando respuesta, que el embajador les llame. El señor no aparece, él hace visita de médico, sale y entra y se acabó todo”, agregó.

Fue hasta que intervinieron los funcionarios de otros países que el embajador venezolano llamó a la joven.

DE JUÁREZ A VENEZUELA

Un grupo de familias y amigos cercanos de las víctimas del incendio de la estación migratoria exigió al gobierno de Venezuela que haga los trámites que le corresponde para que puedan identificar a sus seres queridos y repatriarlos a su país.

Cristina Coronado, coordinadora del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano, cuestionó también al gobierno mexicano: “¿Es necesario que ellos tengan un abogado externo o el gobierno está encargado de todo? Porque lo que se hizo ya se mandó a la licenciada que es el enlace para que ella mande a las embajadas la información. Ya se envió toda la información de la familia de Yésica, esposa de José Rafael. No han contactado a la mamá, que está allá sufriendo. Hemos recibido llamadas de familias de Venezuela diciendo por favor ayúdenos, estamos solas”.

EL TORTUOSO CAMINO DE REPATRIACIÓN

De acuerdo con un reportaje de Raichalli, Joel Alexander Luján Peña cumpliría 21 años tres días después de su muerte. Su primo, Rennier, cantó entre lágrimas y la voz quebrada, las mañanitas mexicanas y la canción venezolana de Luis Silva, Feliz cumpleaños, junto con sus amigos migrantes afuera del memorial que mantienen afuera de la estación migratoria.

Con el dolor a cuestas y un duelo suspendido, Rennier denunció que él tuvo que indagar el paradero de su primo porque nadie les daba información. Lo acompañaron algunos compañeros de camino, pero no lograban conocer si su primo estaba o no fallecido.

“Entonces yo fui a la fiscalía, me dijeron: ‘los vamos a contactar’, pero hasta el momento no he recibido ninguna llamada. He recibido llamadas de abogados, ha recibido llamadas de periodistas, por eso después acudí aquí con esta organización que nos está apoyando con más honestidad”, dijo.

“Más que todo con nosotros los venezolanos que nos sentimos desamparados, porque así es como estamos, a la suerte, a ver quién te agarra. Nosotros no queremos que esto siga de esta manera, simplemente queremos que se pronuncien, que nos digan: Mira, el procedimiento es éste”.

A Rennier le parece ilógico que, si él está en México, en Ciudad Juárez, el representante del gobierno de Venezuela que ha visitado esta frontera, no le haya comunicado nada y tampoco a su tía, la mamá de Alexander.

“(A la mamá de Alexander) le habían llamado de una supuesta embajada, la cual se investigó y el número que la llamó no era de un embajador como tal. Después, mi tía habló directamente con el embajador y le dijo a ella que iban a proceder para traerla hasta acá, que ellos se iban a hacer cargo de todo, pero hasta ayer que pregunté cómo iba y hasta ahí, no han dicho más nada”.

Y es que, en el camino de búsqueda de su primo, el joven venezolano se enteró que los representantes de los gobiernos de Guatemala, El Salvador, de Honduras y Colombia, han logrado avanzar en los procesos de identificación y traslado de cuerpos.