XALAPA, VER.- Tras más de 40 años, El Malacate de Tuxpango, ubicado en Ixtaczoquitlán, volvió a reactivarse, pero ahora como sitio turístico de la región de las Altas Montañas de Veracruz. Cuando estaba en su auge y era utilizado como medio de transporte, formó parte de la grabación de una película de comedia mexicana. Aquí te contamos de qué se trata.
Recientemente, autoridades municipales y del gobierno de Veracruz, inauguraron de nueva cuenta El Malacate, un pequeño transporte ubicado en el corazón del Valle de Tuxpango y que sobre una línea de vías férreas instaladas en 1905 baja a la zona de la hidroeléctrica de Tuxpango.
Este lugar, además de su historia de más de 120 años y sus paisajes que te adentran a las Altas Montañas de Veracruz, también guarda recuerdos históricos de experiencias y vivencias de los pobladores en aquella época.
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La película que se grabó en El Malacate
En el año de 1966 El Malacate de Tuxpango fue escenario de la película "¿Qué haremos con papá?", una comedia mexicana que narra la vida de un hombre de negocios que tiene dos familias y para no ser descubierto, una de ellas vive en la ciudad y la otra en el campo.
En la película, protagonizada por Arturo de Córdova, César Costa, Marga López, Alicia Bonet y Fernando Luján, se puede observar una parte de cómo se hace una carrera de la cima de El Malacate. Sobre los rieles, colocados para que el vehículo transportara en un inicio a trabajadores de la hidroeléctrica y posteriormente al público en general, bajan, a modo de carrera, dos personas hasta el final de la vía donde se encuentran con un grupo de personas con quienes se terminan impactando.
La historia de El Malacate
El Malacate de Tuxpango nació a principios del año 1905 como un sistema diseñado para transportar material y personal destinado a la construcción de la Hidroeléctrica de Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero con el paso del tiempo, comenzó a servir como medio de transporte para las y los habitantes de la región.
En ese entonces no existían las Cumbres de Tuxpango y el único acceso era por Villa Unión, Fortín, lo que hacía el viaje más tardado.
Durante muchos años, este medio de transporte facilitó el movimiento de personas y mercancías en la región y se convirtió en una pieza clave para el desarrollo económico en Ixtaczoquitlán. Los pobladores, además de bajar sobre una especie de vagón, usaban tablas o con su propio cuerpo para deslizarse sobre las vías.
Sin embargo, con la llegada de nuevas rutas y medios de transportes a la zona, el uso de El Malacate fue disminuyendo hasta quedar detenido completamente.
A pesar de los más de 60 años en desuso, la estructura de las vías y el mecanismo utilizado para su funcionamiento quedó intacto y se rehabilitó para volver a dar servicio, pero ahora como ruta turística.
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