VERACRUZ, VER. - En el corazón de la cultura mexicana, la tortilla es más que un alimento: es un símbolo milenario que ha perdurado a través de generaciones. Sin embargo, detrás de la simplicidad de este ícono culinario se encuentra una historia de innovación y progreso, encabezada por un genio llamado Fausto Celorio Mendoza.
Fausto Celorio Mendoza, un inventor visionario originario de Córdoba, Veracruz, marcó un hito en la historia gastronómica con su creación: la máquina automática para hacer tortillas. Aunque las tortillas hechas a mano con metate y comal tienen un lugar especial en el corazón de los mexicanos, las máquinas de Celorio hicieron más fácil la vida de muchos, llevando este alimento tradicional a un nuevo nivel de eficiencia y accesibilidad.
La primera máquina de tortillas fue concebida por Everardo Rodríguez y su socio Luis Romero en 1904, redujo considerablemente el tiempo de preparación al dar forma a las bolas de masa de maíz. Sin embargo, esta máquina únicamente funcionaba como una banda transportadora que llevaba las tortillas crudas al comal, pero fue Fausto Celorio quien llevó esta innovación al siguiente nivel.
Te podría interesar
En 1947, Celorio Mendoza implementó un sistema de rodillos para troquelar y transportar la tortilla, revolucionando el proceso de producción. A pesar de las dificultades y el escepticismo inicial, Celorio perseveró, perfeccionando su máquina con la ayuda de colaboradores como Alfonso Gándara del Instituto Politécnico Nacional.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
De acuerdo con información de la empresa "Tortilladoras Celorio", el funcionamiento de la máquina de hacer tortillas es impresionante en su simplicidad y eficacia: desde la preparación del maíz hasta la producción final de las tortillas, el proceso es ágil y preciso. La máquina tortilladora de Celorio ha sido mejorada continuamente a lo largo de los años, con modelos más avanzados capaces de generar grandes cantidades de tortillas en poco tiempo.
El legado de Fausto Celorio Mendoza trasciende su ingenio técnico; es un testimonio del espíritu innovador y emprendedor que caracteriza a México. Aunque falleció a la edad de 87 años, su impacto perdura: se estima que más de 100 mil tortilladoras en todo el mundo llevan su apellido, un tributo a su contribución a la industria alimentaria a nivel global.
En conclusión, la historia de Fausto Celorio y su máquina para hacer tortillas es un recordatorio inspirador de cómo un simple invento puede cambiar el mundo, uniendo tradición y tecnología para alimentar no solo cuerpos, sino también sueños y aspiraciones.
mb