XALAPA, VER.- “Me trajeron a esta época, pero yo soy más de los treinta o cincuentas. A veces no me hallo en absoluto en estos tiempos”, expresa Natalia Laforcades al señalar que la música de reguetón y urbana son las que dominan en su mayor parte a los latinos, sin embargo, es un lenguaje que no conecta con ella, como otros géneros musicales, otros artistas y otras épocas, esto de acuerdo con una entrevista que dio a la revista de El País.
Natalia Laforucade, un referente de la música mexicana, el pop, el jazz y el son jarocho, este último en donde se ha convertido una aliada para su conservación y difusión a grandes niveles, comparte en entrevista con el periodista Fernando Navarro de El País su llegada a la música, la cual, ya corría por sus venas antes de nacer.
La música, cantante, compositora, arreglista y activista, pasó toda su infancia y parte de su vida en Coatepec, un municipio de más de 93 mil habitantes, lleno de cultura, arte y música, el cual es conurbado a la ciudad de Xalapa, capital del estado de Veracruz.
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Es hija del músico chileno Gastón Lafourcade Valdenegro y de la pianista y creadora del Método Macarsi para la formación musical en niños y educadores, María del Carmen Silva Contreras.
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En entrevista con el periodista Fernando Navarro, Natalia Lafourcade, desde los más íntimos de sus recuerdos, comparte cómo fue que desde los 10 años de edad empezó a involucrarse en la música. Ahora, tres décadas después, ha sido acreedora a 3 Grammy y 15 Grammy Latinos.
Rodeada de música clásica, el tango y las voces de Armando Manzanero, Violeta Parra y Mercedes Sosa, así vivía su día a día Natalia Lafourcade, hasta que escuchó la música ranchera, ahí fue cuando empezó a escuchar a Juan Gabriel y José Alfredo Jiménez.
Natalia narra que cantaba en su casa, en la escuela y, a los 10 años, subió por primera vez a un escenario en una cantina para interpretar las rancheras, todas las noches de sábados. Su sueño desde pequeña era cantar en la televisión.
“A mi mamá le asustó un poco que tuviese que ir allí, pero me apoyó. Me compró un vestido rosa, me peinaba y me ponía unas flores”, señala en la revista semanal de El País.
La joven música señala que, tras varias presentaciones en la cantina, de la cual no da detalles, una mujer las abordó a ella y a su madre para advertirles que se podía lastimar su voz, pues no contaba con las técnicas musicales para interpretar las canciones y, estaba en una etapa donde le iría cambiando su tono.
Tras este comentario comenzaron las búsquedas de clases de canto con profesores particulares y en la escuela, sin embargo, aún no llegaba a la televisión.
“Me puse necia con mi mamá. Quería llegar directamente a Televisa. Mis padres no querían ese contexto. Mi padre era de los que no querían ni que bebiéramos coca-cola. Es decir, era totalmente lo opuesto al pop y a lo comercial. Pero yo estaba tan terca que llamaba todas las semanas a la televisión para que me diesen una oportunidad”, comenta a El País.
Tras varias llamadas e insistencias de Natalia a su madre, logró que la metieran a una escuela de música, además tomaba clases de danza y actuación. A los 15 años, Natalia entró a un grupo de pop coreográfico.
A los 18 años de edad, en el año 2002, Lafourcade debutó con un álbum que llevaba su nombre: Natalía Lafourcade, el cual contiene 15 canciones mezcladas con inglés, jazz entre otros. Tras este lanzamiento la carrera de Natalia despegó.
De sus discografías le siguieron Casa en el 2005, Las 4 Estaciones del Amor en el 2007, Hu Hu Hu en el 2009, Mujer Divina en el 2012 -un homenaje al flaco de oro, Agustín Lara-, Hasta la Raíz en el 2015 -ganador del mejor álbum de música alternativa y mejor ingeniería de grabación para un álbum en ellos premios Grammy Latino del 2015, también acreedor al Grammy como mejor álbum de rock latino/alternativo-.
Le siguen Musas en el 2018, Un Canto por México Vol. I y Un Canto por México Vol. II en el 2020 y 2021 respectivamente, en donde, aparte de colaborar con cantantes internacionales como Jorge Drexler, Mon Laferte, Leonel García, Los Auténticos Decadentes, Panteón Rococó, entre otros, colaboró con la veracruzana Silvana Estrada y el grupo de son jarocho Los Cojolites, con los cuales se han convertido en una mancuerna en pro para este género de música tradicional.
Tras sus 3 Grammy y 15 Grammy Latinos ganados, Natalia Lafourcade no deja de sorprender no solo por su música, sino por aquellas acciones de activista y altruista que hace, tal es el caso de la donación de todas sus ganancias de su álbum Un Canto por México para la construcción de un centro de documentación de son jarocho.
El Centro de Documentación de Son Jarocho, el cual se encuentra en el municipio de Jáltipan, Veracruz, se vio afectado tras los sismos del año 2017 y, como parte de su amor hacia la música veracruzana tradicional y el rescate para la preservación de una institución que encierra mucha historia del son jarocho, documentos, discografías, partituras y material audiovisual, Lafourcade donó todas sus ganancias para su reconstrucción.
Tras varios años y meses de arduo trabajo, el 31 de marzo de 2023 se inauguró el Centro de Documentación de Son Jarocho en Jáltipan, Veracruz, con música, fandangos y versos. El evento comenzó con el encendido del fuego nuevo, un ritual de agradecimiento y después se dio paso a la inauguración y entrega del inmueble de parte de Natalia a la organización, Los Cojolites y Ricardo Perry, fundador y director de este.
Aquí puedes leer la entrevista completa de Natalia Lafourcade para El País : Entrevista completa
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