XALAPA, VER.- Sobre las veces que Antonio López de Santa Anna estuvo al frente del país como presidente oscila entre 6 y 11 ocasiones, según diversas versiones históricas. Lo que es indudable es que actualmente el político y guerrillero nacido en Xalapa es recordado por las nuevas generaciones por haber vendido más de la mitad de lo que entonces era México a Estados Unidos.
La pérdida fue de lo que hoy se conoce como los estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, parte de Colorado y Wyoming, que hasta antes de 1848 era parte de nuestro país. Según información de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a cambio del territorio fueron pagados 15 millones de dólares.
El 2 de febrero de 1848 se firmó, en la villa de Guadalupe Hidalgo, cerca de la Ciudad de México, el “Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”, mejor conocido como Tratado Guadalupe Hidalgo. Con este, se asentaron las condiciones de rendición de México después de la invasión estadounidense.
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Aunque el anexo del territorio mexicano a Estados Unidos había sido desde 1845, es con la firma del tratado que se formaliza y se aceptan las condiciones por las que en la actualidad se reconoce a López de Santa Anna.
“se firmó en plena crisis, sin contar en principio con el aval total del gobierno estadounidense, y como producto de un México fragmentado por intereses políticos diversos que, incapaces de unificarse, permitieron la invasión, pese a la heroica resistencia popular”, dice el informe de la CNDH.
Otro de los episodios más controversiales fue la venta de La Mesilla, el 30 de diciembre de 1853, a través de la firma del Tratado de La Mesilla, también conocido como “Gadsden Purchase”. Santa Anna habría vendido al gobierno de los Estados Unidos lo que hoy es Nuevo México y Arizona; transformando los límites de ambos países.
La crisis descrita por la CNDH, divide opiniones sobre la historia de país, pues hay versiones que aseguran que no fue culpa del entonces presidente Santa Anna, y otras aseveran que sí, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Como presidente firmó tratados con Estados Unidos en los cuales perdió más de la mitad del territorio nacional.” Dice la ficha de la mediateca del INAH sobre el expresidente.
Antonio López de Santa Anna nació en la entonces conocida como villa de Xalapa, el 21 de febrero de 1795. Según relata la página oficial de la Secretaría de Gobierno (SEGOB) de Veracruz, el xalapeño fue hijo de criollos veracruzanos con “sólida posición económica”.
En 1810 entró al regimiento español en la ciudad de Veracruz, con el cargo de subteniente, y estaba bajo las órdenes del coronel Joaquín de Arredondo y Muñiz, en dos años después logró el cargo de teniente en 1812, con 17 años de edad. Inició su carrera en el manejo de armas en el Ejército Realista desde muy joven hasta que se adhirió al Plan de Iguala, a sus 26 años de edad.
“Hombre carismático de gran influencia, ya que su figura dominó casi medio siglo de vida nacional y su nombre se asoció a la gran cantidad de asonadas y revueltas que tuvieron lugar en el periodo independiente mientras México buscaba una forma de organización”, así lo describe la Segob.
Se le conoce también por apoyar fuertemente la creación del Imperio de Iturbide y se pronunció por la República en diciembre de 1822 mediante el Plan de Veracruz; peleó directamente en las peleas entre yorkinos y escoceses, federalistas y centralistas.
Estuvo en combate en guerras extranjeras destacándose su participación en la guerra de Texas y en la guerra de 1847. “Su carrera militar tuvo muchos altibajos, hasta que en 1823 fue nombrado gobernador de Yucatán. Formó parte de los colaboradores del presidente Manuel Gómez Pedraza, a quien traicionó para apoyar a Guerrero, que lo nombró gobernador de Veracruz.” Describe el INAH.
Sobre las veces que fue presidente la SEGOB y el INAH difieren en los datos. La primera asegura que fueron 6 veces y la otra fuente dice que fueron 11. Independientemente de la cifra, las versiones históricas concuerdan en que en sus últimos días el expresidente xalapeño estuvo en la pobreza y prácticamente sin derechos después de 8 años que fue exiliado.
Tras la derrota frente a Estados Unidos, se exilió en Jamaica hasta 1853 para instaurar una nueva dictadura; se hacía llamar Alteza Serenísima, hasta que fue derrocado por la Revolución de Ayutla un año más tarde. Vivió en Nueva York hasta que fue declarado traidor de la Patria e intentó ingresar al país por el puerto de Veracruz, donde le fue negada la entrada y lo convirtieron en prisionero en el fuerte de San Juan de Ulúa.
Como pena obtuvo 8 años de exilio en Las Bahamas, sin embargo, con la muerte de Benito Juárez, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, quien era su amigo y paisano, según describe la SEGOB, le permitió volver a México en 1874, ya con 79 años cumplidos, sin reconocimiento de su grado militar, ni bienes o sueldo.
“Murió pobre y olvidado en la ciudad de México entre el 20 y 21 de junio de 1876.” Relata el reporte de la SEGOB, siendo así la muerte del polémico expresidente Antonio López de Santa Anna a sus 81 años de edad.
fm