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Mi vida es un infierno: madre de César Alejandro Domínguez, desaparecido en Camerino Z. Mendoza

Desde el 21 de abril de 2025, Lourdes Olea busca a su hijo César Alejandro, desaparecido presuntamente de manera forzada en Camerino Z. Mendoza. Denuncia amenazas, falta de resultados y la inacción de autoridades locales y estatales

Mi vida es un infierno: madre de César Alejandro Domínguez, desaparecido en Camerino Z. Mendoza
Desaparecidos.Mi vida es un infierno: madre de César Alejandro Domínguez, desaparecido en Camerino Z. MendozaCréditos: Especial LSR Veracruz
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VERACRUZ, VER.- César Alejandro Domínguez Olea desapareció el 21 de abril del 2025 en el municipio de Camerino Z. Su madre, Lourdes Olea lo busca desde entonces convencida de que su hijo fue víctima de desaparición forzada.

César, de cabello color café oscuro y largo hasta el pecho, siempre de jeans y playeras, le aseguraba a su madre que su expareja y su exsuegro -jefe de la Policía Municipal de Mariano Escobedo- ya no intentarían nada contra él después de una detención arbitraria en el municipio de Nogales en octubre del 2024.

Pero Lourdes temía que por instrucciones del exsuegro de César, se les fabricara un delito, que los catearan, les sembraran drogas y los arrestaran. 

Pero cinco meses después, afirma que algo peor sucedió. La noche del lunes 21 de abril, César Alejandro salió de su casa en Camerino Z. Mendoza y ya no regresó. El trámite en busca de la patria potestad de su hijo se varó, y los tenis que nunca estrenó quedaron en su habitación.  

Para Lourdes, quien lo ha buscado en hospitales, comandancias, calles de Camerino Z. Mendoza y municipios aledaños, se trata de una desaparición forzada. Para ella, desde el inicio, se trató de encargo solicitado por el director de la Policía Municipal

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Desapariciones forzadas: una realidad abrumadora

Desde 2010, debido al aumento de las desapariciones forzadas o involuntarias en diversas regiones del mundo, así como por el creciente número de denuncias de actos de hostigamiento, maltrato e intimidación padecidos por testigos, cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas: un delito producido siempre que se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas. 

O cuando estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego niegan revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley, según la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas

Desde las 11:00 de la noche del 21 de abril, hora en que Lourdes notó la ausencia de su hijo, su vida se ha convertido en un infierno. Dejó de trabajar, de hacer ejercicio y de comer. 

Dejó de vivir. Ya no puede planear hacer el mercado ante la incertidumbre de cuándo se irá y cuándo regresará de los trámites y marchas. Tampoco tiene dinero, los gastos se reparten entre familia.

Teme que alguien más vaya a desaparecer. Entra a su domicilio con miedo e impotencia de seguir sin respuestas.

Amanece y duerme con el sentimiento de angustia, con la desesperación de no saber dónde está su hijo; aquel que rescata animales de la calle, que enseña guitarra a niños y al que recuerda como el mejor padre que haya conocido. 

Despierta con el teléfono en la mano, revisa llamadas y mensajes de personas desconocidas y les pide a sus familiares que hagan lo mismo. Vive con culpa, como si fuera su responsabilidad la desaparición forzada de su hijo. 

De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), Veracruz acumula 6 mil 987 personas desaparecidas y no localizadas desde el 31 de diciembre de 1952 hasta el 29 de agosto de 2025. 

Desde que inició el gobierno de Rocío Nahle García en Veracruz, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) acumula 288 registros de personas menores y mayores de edad en calidad de desaparecidos y no localizados

La desaparición forzada es un delito cometido en 85 países del mundo y corresponde a una grave violación de los derechos humanos. Según la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, “ésta se clasificará como un crimen contra la humanidad y, por tanto, no prescribirá”. 

Además, “se dará a las familias de las víctimas el derecho a obtener una reparación y a exigir la verdad sobre la desaparición de sus seres queridos”. 

Arresto arbitrario: el día que todo comenzó

Todo comenzó el 22 de octubre de 2024 —dice Lourdes— cuando César, de entonces 26 años, acudió a casa de su expareja, en Nogales, para recoger a su hijo luego de días sin verlo.  

Al llegar, la madre del niño le pidió hablar, pero él se negó. “No, yo vine por el niño”, le dijo mientras llegaba por él una patrulla de la Policía Ministerial. Lo detuvieron. Según le explicaron en la Fiscalía, fue detenido en flagrancia por supuestamente agredir a su expareja.  

“Es un milagro, ¿verdad? Que te agredan y vaya pasando la ministerial”, dice sarcásticamente Lourdes. “Fue un engaño. Ella los mandó a traer, ya lo estaban esperando”, sostiene. “A lo mejor ahorita se ha de arrepentir de lo que me dijo (el director de la Policía Municipal de Mariano Escobedo, pero yo fui a verlo, y me dijo: sí, yo lo mandé a detener”. 

César Alejandro pasó detenido dos días hasta que, por falta de pruebas de la supuesta agresión física que le hizo a la madre de su hijo, quedó en libertad. Pero, a partir de ahí, Lourdes comenzó a vivir con miedo. 

Cerraban con seguro la casa y siempre le pedía la ubicación en tiempo real a César. “Dame tu correo electrónico, dame tu contraseña, porque si tú desapareces o no regresas, ¿dónde te voy a buscar?”, le llegó a decir. 

A pesar de sus sospechas y de la detención arbitraria, la Fiscalía insiste en que no hay ninguna línea de investigación que señale a la familia de su nieto como sospechosos. “No tienen pruebas de que él tenga algo que ver. Por esa situación sólo fue llamado a entrevista”, describe. 

”No sabemos qué pasó”: falta de resultados

Lourdes cree que es mucha coincidencia que César haya desaparecido días antes de la tercera audiencia con la que intentaba recuperar a su hijo. Ella dice que la insistencia de César es lo que habría motivado su desaparición forzada

En cuatro meses, la ahora madre buscadora no ha tenido respuesta de parte de la Fiscalía. “No sabemos qué pasó”, dice. Según explica, César salió de la casa alrededor de las 7:30 de la tarde en su motocicleta color negro con verde y su casco blanco, pero no sabe a dónde.

La moto y casco con los que desapareció el 21 de abril de 2025. Hasta ahora no se han encontrado indicios, ni la moto o el casco.

Sin embargo, la falta de personal, la saturación de casos y el poco profesionalismo de las comisiones, hacen que el caso no avance. “Tienen pura gente de oficina (...) Vinieron 3 o 4 personas que tardaron 20 minutos en elevar un dron y sólo lo volaron cinco minutos porque venía descargado, ¿cómo es posible?”, cuestiona. 

Señala que no existe coordinación en las mesas de trabajo entre la Fiscalía y la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB) de Veracruz a menos que el familiar de la víctima lo solicite y entregue diversos oficios. 

“Es sorprendente ver que el gobierno no está preparado, por eso es que hay tanto colectivo y por eso te tienes que unir a un colectivo, porque ¿de qué manera tú vas sola a Xalapa a buscar para que te ayude, sino te dan información?”, explica. 

Recientemente, en alguna de sus visitas a la Fiscalía, le avisaron que, tras cuatro meses desde la desaparición de su hijo César Alejandro, ya era momento de realizar una primera búsqueda.  

“Vamos a buscar en tal terreno para ver si ahí está sepultado. Vamos a buscar en fosas clandestinas. Ya no queda la esperanza de buscar a tu hijo vivo porque ha pasado mucho tiempo”, le dijeron sin ningún tacto. 

El corazón se le hizo trizas. “Ya no buscan a las personas con vida porque no están preparados para actuar inmediatamente (...) Lo que hacen no es una búsqueda, es difusión porque viene pura gente de escritorio que no tiene experiencia en desapariciones, yo ya lo viví”.

"Pasa un mes y te dicen: ay, discúlpeme, ya le vamos a mandar a hacer sus lonas. Le vamos a dar 10 lonas. Pero yo ya he mandado a ser como 50", recrimina entre lágrimas. 

A pesar de la falta de resultados de parte la Fiscalía General del Estado de Veracruz y de la Comisión Estatal de Búsqueda, Lourdes sabe que su hijo está vivo. No son los mensajes que alguna vez le llegaron diciendo que se encontraba amarrado, golpeado y desnudo en algún lugar, sino su amor de madre. 

Para Lourdes, que no tuvo fuerzas para celebrar el 10 de mayo, su hijo músico, guitarrista, integrante de una banda de rock en español y emprendedor de una estética canina móvil en Camerino Z. Mendoza, continúa vivo, pero no sabe dónde, con quiénes ni cómo.

lm