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De Colombia a Veracruz, la experiencia de Bleiner Rincón como estudiante de intercambio en la UV

Bleiner Rincón, estudiante colombiano de educación física, llegó a Veracruz para un intercambio académico en la UV y espera conocer las celebraciones locales, la cultura y la gastronomía del estado

De Colombia a Veracruz, la experiencia de Bleiner Rincón como estudiante de intercambio en la Universidad Veracruzana
Educación.De Colombia a Veracruz, la experiencia de Bleiner Rincón como estudiante de intercambio en la Universidad VeracruzanaCréditos: Especial LSR Veracruz
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VERACRUZ, VER.- Bleiner Rincón llegó a Veracruz cautivado por la vida costera. Mar, calor y un ritmo de vida diferente era exactamente lo que buscaba. Creció entre montañas, con una bicicleta en mano y a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar en el municipio de Buenavista, Colombia.

Como foráneo en la ciudad de Chiquinquirá, supo que estaba listo para tomar, hasta ahora, la oportunidad de su vida: una beca parcial para la movilidad internacional estudiantil.

El esfuerzo fue duro. Se enfrentó a la incertidumbre, al miedo, a la excelencia académica y al reto que supuso conseguir el dinero restante para costear su estadía en Veracruz durante cinco meses, de agosto a diciembre de 2025. 

En ocho semanas trabajó en publicidad, en ferias locales, en la venta de postres y realizando rifas. Familia, su novia y personas cercanas donaron dinero para que el estudiante de último semestre de la carrera de educación física, recreación y deportes, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica Seccional Chiquinquirá, pudiera cumplir uno de sus sueños.

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Cuando le dijeron que era acreedor a la beca parcial, Bleiner Rincón, de 23 años, supo que debía aplicar para la Universidad Veracruzana (UV). Lo motivaron las historias que otros compañeros contaron sobre el estado. 

La comida, la danza, la cultura y las tradiciones lo hicieron decidirse por Veracruz: una tierra caliente, con mar, danzón, mariscos y volovanes. “La gastronomía es diversa, es muy amplia. Yo creo que no voy a alcanzar a probar ni el 20 por ciento”, explica emocionado.

Un sueño cumplido 

Llegó la noche del viernes 15 de agosto. Con todo y maletas, lo primero que hizo fue dirigirse al mar. Estaba acompañado “de un amigo jarocho” que lo llevó hasta la playa Punta Azul para contemplar las olas y la luna llena, y se quedó sin palabras.  

Su noche terminó luego de probar unos “súper ricos tacos de carne asada”. Mientras se dirigía a su Airbnb, notó que la vida nocturna de Veracruz apenas comenzaba.  

“Lo que parecía imposible fue posible, y gracias a ese esfuerzo, gracias a todo el apoyo de las personas, hoy estoy acá, disfrutando. Creo que a estas alturas he logrado muchas cosas que soñé de niño”, dice con una sonrisa bajo la sombra de un árbol de la Facultad de Educación Física de la Universidad Veracruzana

Ha caminado por el bulevar Manuel Ávila Camacho, por el Malecón y por la zona estudiantil de Boca del Río. No sale sin una sombrilla, aunque su piel roja muestra que este no es el clima al que está acostumbrado.

Pasar de vivir a 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar a sólo 10, es algo que toma con gracia pero que le ha pasado factura. Entre risas, admite que a veces siente que le falta el aire. 

También dice que a veces le cuesta comprender a los jarochos, quienes le parecen que hablan muy rápido y le dicen que él habla muy despacio. “No había notado que hablaba lento”, admite con gracia.

Hasta ahora, lo que más le gusta de Veracruz es la calidez con la que ha sido recibido. Dice que es algo que le recuerda a Colombia. Cuenta que está emocionado por el Grito del Día de la Independencia de México y por el Día de Muertos.

“El tema cultural me emociona mucho. Allá en Bocayá -municipio donde estudia- somos muy culturales, muy de la danza, la música, la poesía, entonces estoy muy ansioso por conocer más de eso... De los paisajes hermosos ni hablo”, cuenta. 

Una experiencia enriquecedora y única 

Bleiner practica ciclismo deportivo desde los 13 años, por eso decidió estudiar Educación Física. El funcionamiento del cuerpo humano y su capacidad para realizar actividades físicas, lo hicieron perseguir ese sueño desde 2018.  Le encanta la cultura y la poesía costumbrista, por eso le interesa conocer la historia veracruzana.  

“Disfrutamos mucho la experiencia, porque pues no había tenido, personalmente, pues esa cercanía tan directa con la playa, con el mar, y qué mejor que disfrutar de la playa y el mar en el estado de Veracruz, en México”, sostiene. 

De a poco se ha ido acostumbrando a la “terminología jarocha”, como lo describe, ya que dice que entre la costa y la zona campesina colombiana de donde proviene, hay mucha diferencia. A pesar de eso, describe el intercambio estudiantil como una oportunidad única que debería ser vivida. 

“Quiero enviar también un mensaje a todos los jóvenes para que se motiven a participar de estos espacios académicos para que se motiven a ingresar a la academia, para que dejen atrás sus miedos, para que dejen atrás esas preocupaciones, esas inseguridades y sueñen alto, sueñen grande y lleguen a ocupar estos espacios porque son de verdad muy enriquecedores, tanto a nivel académico como a nivel personal”. 

“Los invito a todos ellos para que, mejor dicho, tomen la batuta y digan: yo sí puedo, yo sí voy a salir adelante, y se lo crean, crean en el potencial de ellos y lleguen a trascender fronteras con la educación”.

LM