VERACRUZ, VER.- En Palmillas, localidad del municipio de Yanga, Veracruz, la migración es un fenómeno que se da “en todo el pueblo”, según explica Roxana Sánchez, ama de casa cuyo principal ingreso son las remesas que envía su hijo Fernando, de 21 años. Él, como ciudadano americano y de padres veracruzanos, es el principal sustento de los 3 miembros de su familia en México.
Decidió emigrar a Estados Unidos cuando tenía 17 y notó que Palmillas, una comunidad de poco más de 2 mil habitantes, sólo podía garantizarle un trabajo en el campo, donde la paga son 250 pesos diarios por una jornada completa.
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En aquel momento, además, su familia no contaba con ahorros y el futuro era incierto. Su madre Roxana, de entonces 35 años, y su padre, de 40, tenían que decidir entre comprar calzado o comer al día siguiente.
“Era muy muy muy complicado porque mi esposo siempre andaba pensando en que ya se le estaban acabando los zapatos a él o a mi hija y si compraba zapatos, pues no podía comprar comida o cosas así”, recuerda.
Aunque emigrar al país donde nació -y en el que apenas vivió un año- fue una decisión apresurada, Estados Unidos se presentó como la única salida para mejorar su calidad de vida.
Hoy, cuatro años después, Fernando es la razón por la que su familia tiene un vehículo, por la que avanzó en la construcción de su vivienda y por la que su hermana, de 22 años, terminó su carrera universitaria.
Sin las remesas de Fernando, su hermana no habría podido estudiar su licenciatura en derecho en la ciudad de Xalapa, así como tampoco su familia habría encontrado tranquilidad en cada enfermedad.
Contexto: las remesas como fuente de esperanza
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, el estado de Veracruz recibió en el primer trimestre del 2025, 595 millones de dólares en remesas, ingreso que contribuye a financiar el desarrollo nacional.
Para la familia de Fernando, sus remesas semanales significan alivio y bienestar. Antes de que trabajara en Estados Unidos, el único ingreso de su hogar eran los mil 200 pesos que ganaba su padre al hacer trabajos de electricidad, albañilería, fontanería, carpintería y pintura en los municipios aledaños.
La mayoría emigra de Palmillas, explica Roxana, por los bajos sueldos y la falta de trabajos fijos. En la localidad que pertenece al primer pueblo afrodescendiente libre de América, las personas se dedican principalmente a la corta de caña, de limón y a ser traileros.
Los 250 pesos diarios que se pagan por cortar limón 2 o 3 veces por semana, apenas alcanzan para vivir. La temporada de zafra en los cultivos de caña, actividad de gran importancia económica en la zona, representa el mayor ingreso para las familias, ya que según Roxana “es como a le eches ganas. Se (puede) ganar 600 diarios, y cuando está la caña parasita se ganan hasta 5 o 6 mil semanal, entonces es donde aprovechan, pero sólo es temporal. Por esa razón emigran”.
La realidad que describe Roxana, no la quería Fernando. Con 17 años y una maleta, decidió irse a Carolina del Norte, Estados Unidos. Al haber nacido allí, pudo terminar la preparatoria y trabajar por las tardes en la limpieza de casas.
Cuando se graduó a los 18 años, les dijo a sus padres: “voy a empezar a trabajar para ayudarlos, para salir adelante”. Y desde entonces, su madre se convirtió en una de las del millón 594 mil 753 mujeres de la región centro sur y oriente de México, en recibir remesas entre julio de 2020 y agosto de 2021, según datos del INEGI.
Con este nuevo ingreso, la barda en su vivienda, la revocación, la loseta, el piso firme y la cisterna que sustituye los botes de pintura en cada baño, se hicieron realidad. “Nos alivió demasiado mi hijo. Significa mucha ayuda, mucha generosidad, mucha bondad por parte de mi hijo, porque no lo considero que sea una obligación de él, sin embargo, siento que lo hace por amor”, describe Roxana.
Una vida de trabajo que causa ansiedad
A Fernando lo hace feliz ayudar a su familia, pero vivir en Estados Unidos le causa ansiedad. Levantarse a las 5 de la mañana y trabajar hasta las 6 de la tarde, para al día siguiente trabajar a medio día y terminar nuevamente a las 6, no le deja mucho espacio para la recreación.
Estar lejos de su cultura, en un ambiente que le ha descrito a Roxana como insano debido al consumo de estupefacientes, y dedicar su único día libre a las tareas del hogar, han hecho que Fernando tenga crisis de ansiedad.
“Esa es la rutina de Estados Unidos, es una rutina muy fea, porque aquí en México tenemos esa costumbre de que salimos, platicamos con la vecina, con la amiga, jugamos lotería o así, y allá no se puede eso”, explica quien a los 14 años también emigró en busca de una mejor calidad de vida.
“Hay veces que me dice que se aburre tanto que le entra la ansiedad. Se le acelera el corazón y ya paró en el hospital, donde le dijeron que no tenía nada, que era ansiedad”.
La tristeza que Fernando siente, explica Roxana, la comprende y la sufre con él. Explica que, en ocasiones, ella le ha pedido regresar y estudiar una licenciatura en Veracruz, pero que él se niega.
“Ahora le toca a tu hermana ayudarte a ti”, le dice. “Mamá, si aquí conmigo están trabajando licenciados, gente preparada que tiene allá su título en México, que son químicos, que son doctores. ¿Para qué me voy a ir allá a un título si aquí un doctor gana lo mismo que yo?”, le dice.
Por ello, a pesar de la tristeza y ansiedad, Fernando elige permanecer más tiempo en Estados Unidos. Cada 16 de junio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el Día Internacional de las Remesas Familiares para reconocer la contribución de los más de 200 millones de trabajadores migrantes en todo el mundo, quienes envían dinero a sus familias, en sus países de origen, para mejorar su calidad de vida.
El pasado 12 de junio de 2025, el senador de la República, Manuel Huerta, dio a conocer que 14 veracruzanos originarios del municipio de Playa Vicente, fueron detenidos por agentes de inmigración en Los Ángeles, California.
Según afirmó a La Silla Rota, los migrantes pertenecientes a la comunidad zapoteca de Nigromante ya reciben atención del gobierno federal, a través de la cancillería mexicana.
lm