VERACRUZ, VER.- Mauricio Vázquez Adel, su esposa e hijo discapacitado fueron víctimas del incendio registrado en Lomas del Ángel, una colonia ubicada en la zona norte de la ciudad de Veracruz. Las llamas, persistentes durante las tardes del 30 y 31 de diciembre de 2024, consumieron por completo su vivienda de lámina.
Acompañado de tres vecinos, una caguama XX y un cigarro, Mauricio está sentado frente a una casa verde, ubicada a 15 metros de la suya, donde aún intenta asimilar la pérdida de todo lo que poseía.
Apenas y puede hablar. No sabe qué decir cuando se le pregunta por lo ocurrido. Con resignación, una de las oraciones que alcanza a profesar en medio de una sonrisa torcida, es: “qué les puedo decir, que tengan un feliz año nuevo”.
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Sus ojos irritados demuestran que no pudo dormir: pasó la noche en vela, casi junto a las llamas que lo dejaron sin ropa, alimentos, medicamentos e instrumentos básicos del hogar. “Me quedé para cuidar”, explica, aunque con un movimiento de ojos y hombros, dice que nada le quedó.
El basurero que ardió dos tardes seguidas, de acuerdo con Ofelia Mojica Domínguez, vecina de Mauricio, cada diciembre se incendia. Desconocen las razones, pero vecinos imaginan que se debe a la pirotecnia que, tal vez, por descuido cae en la basura y provoca el incendio que hasta el 2024 no había alcanzado viviendas.
Al menos ocho incendios, en años anteriores, ocurrieron antes de que Mauricio tuviera que sacar a su esposa e hijo, que está en silla de ruedas, de su casa en taxi. Las llamas, que alcanzaron su hogar que medía no más de 10 metros cuadrados, iniciaron en la esquina de la calle Santa Teresa –ubicada frente a la calle 1– alrededor de las 14:30 horas, de acuerdo con vecinos.
El incendio se dejó pasar, acostumbrados a su presencia. Sin embargo, cuando vieron que comenzó a extenderse cerca de las casas, vecinos sacaron cubetas de agua y mangueras que fueron inofensivas para el incendio. A las 18:00, explica Mauricio, su casa y la de una pareja de adultos mayores –que no era habitada– ya habían sido alcanzadas por las llamas.
Una nueva realidad
Con los dedos llenos de ceniza, mientras sostiene el encendedor y su cigarrillo, Mauricio explica que su hijo está discapacitado y que utiliza tratamiento médico. El niño de 10 años usa silla ruedas y necesita pañales para adulto de talla mediana.
Su medicación, por otro lado, consiste en Clonazepam de 2.5 mg. y Depakene, un medicamento recetado para los ataques de epilepsia con crisis de ausencia; es decir, donde la persona tiende a perder la conciencia por breves instantes para luego, en algunos casos, producirse algún otro tipo de descargas epilépticas.
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Mauricio, un hombre de 50 años dedicado a la recolección de botellas de plástico junto a su esposa, explica que trabajaba cerca del OXXO, ubicado a dos minutos de distancia, cuando vio la columna de humo del incendio.
Al llegar, solo tuvo oportunidad de sacar a su familia en taxi. Después, se quedó a observar cómo las llamas consumieron su techo, sus paredes y su triciclo, vehículo que utilizaba ocasionalmente para trabajar junto a su esposa.
El humo del incendio que tardó al menos dos días en ser apagado invadió la Calle 1 durante todo ese tiempo. Cenizas cubrieron los pisos, las camas y muebles de las casas cercanas a la de Mauricio, las cuales no sufrieron afectaciones.
Basureros clandestinos: un problema en Veracruz
Fueron nueve años los que Mauricio y su familia vivieron tranquilos a la orilla del basurero clandestino, el cual, según Ofelia, es alimentado en su mayoría por llantas, electrodomésticos y la espuma de estos por personas ajenas a la colonia.
“Se tira mucha llanta, la verdad. Entran camionetas a tirar llantas, y pues es mucha basura lo que se tira (...) las camionetas son de redilas o de batea y vienen hasta arriba (de basura), bastante, llenas las camionetas”, describe.
Los tiraderos a cielo abierto, como también se les conocen a estos basureros sin regulación, traen consigo diversas afectaciones. Una de ellas, como lo experimentaron los vecinos de Lomas del Ángel, son los incendios debido a la acumulación de basura de forma desordenada.
Según la Ley que regula el servicio de limpia pública en los municipios del estado de Veracruz de Ignacio de la Llave que no cuenten con reglamentación en esa materia, estos basureros son espacios donde los habitantes aprovechan para acumular basura indebidamente.
El hacer acumulaciones de residuos sólidos de manera desorganizada, sin control y regulación en los basureros clandestinos, contaminan, además, el suelo, aire y agua de la zona donde se ubiquen, así como atraen la presencia de roedores o insectos que pueden generar un problema de salud pública.
El problema en Lomas del Ángel, explica Ofelia, es que personas ajenas a la zona acuden para tirar sus desechos sin que ninguna autoridad regule la práctica, a pesar de que, en la Ley citada anteriormente, se especifique que estas prácticas son motivo de sanción.
Para Jorge Sandriel, segundo comandante del Heroico Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Veracruz –quienes combatieron en primera línea el incendio de Lomas del Ángel, y con quienes los vecinos se encuentran agradecidos–, el problema es otro.
Para el bombero, los incendios anuales que atienden en la zona continuarán hasta que, la población misma, comprenda el riesgo que conlleva pepenar en el basurero clandestino de Lomas del Ángel.
mb