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Victoria quedó ciega por negligencia; ahora sale adelante con la venta de postres

Victoria Domínguez tuvo que aprender a vivir con su discapacidad visual, realizando actividades que antes de perder la vista hacía; debido a que ninguna empresa la quiere contratar, se sostiene con la venta de postres

Luego de una mala práctica médica que la dejó ciega.
Victoria Dominguez se adapta para salir adelante con su discapacidad.Luego de una mala práctica médica que la dejó ciega.Créditos: VICTORIA DOMINGUEZ
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Hace 4 años, Victoria Domínguez perdió la vista y asegura fue por negligencia médica en un hospital público de Veracruz, pero eso no fue impedimento para que la mujer de 28 años dejara de hacer sus actividades como ir al gimnasio, bailar, ser independiente y trabajar.

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Con la venta de pasteles de Costco ha logrado mantenerse, ya que, a pesar de ser licenciada en Ingeniería en Gestión Empresarial, ninguna empresa la acepta por su discapacidad. Todos los días, de 7:00 a 10:00 de la noche, con ayuda de un vecino, se instala en el estacionamiento de una tienda Oxxo ubicada en el fraccionamiento Lagos de Puente Moreno, en Medellín de Bravo.

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Victoria continúa adaptándose a su condición y asegura no ha sido fácil, pues constantemente recibe críticas de personas que comentan en sus publicaciones que sube a Facebook que su ceguera es mentira, por el hecho de seguir con sus actividades y vivir sola.

“Han llegado a decir que yo finjo, que yo veo por esa situación, solamente por usar mi teléfono, porque la gente no conoce, ignora todo eso de la tecnología, que hoy para nosotros, las personas invidentes, la tecnología nos ayuda mucho”, dice.

Victoria Domínguez, vende postres para mantenerse.

La joven afirma que no cuenta con ayuda de sus familiares, ya que su hermano murió y su abuelita vive en la localidad de Piedras Negras, del municipio de Tlalixcoyan, por lo que vive sola en Medellín, en una casa que renta en el fraccionamiento Lagos de Puente Moreno.

Con ayuda de sus vecinos vende pasteles del Costco, la llevan hasta la tienda a comprarlos, para que después los revenda en el Oxxo que está cerca de su casa. A través de su Facebook, Victoria ofrece sus postres, también organiza rifas en la localidad de Piedras Negras para juntar más dinero.

En el caso de la comida y las cosas que requiere para vivir, también son sus vecinos quienes la ayudan, ya sea acompañarla a comprar despensa, a preparar algo para comer y para ir al gimnasio.

Gracias a su celular puede cobrar a los clientes

“¿Cómo le hace para cobrar?”, “¿Quién te traslada?”, son las preguntas más frecuentes que le hacen las personas que no creen que Victoria es ciega, ella explica que gracias a la ayuda de la tecnología poco a poco se adaptó a su condición.

Una de sus vecinas la ayuda a partir y colocar los postres en recipientes, también le paga a un niño para que la lleve hasta el Oxxo y la ayude con su nevera. En ese lugar se coloca con un cartel que dice: “Postres de Costco aquí”.

La vendedora ideó una manera de cobrar y no confundirse con los cambios, con la ayuda de una cangurera con varios cierres acomoda los billetes por precios y tamaños para poder diferenciarlos a la hora de dar cambio. En su celular tiene una aplicación que le dice qué billete es, si es de 100, 20, 50 o 200 pesos y las monedas las diferencia por la textura y el tamaño que cada una tiene.

“Yo uso mi teléfono para comunicarme con las personas, como Facebook, y a veces hago pequeños videos y cuento lo que me ha pasado y también lo uso para dar publicidad que vendo postres. A veces hago pequeñas rifas cuando la gente me dona ropa o zapatos, bolsos y voy al pueblo donde yo viví y hago rifas de 20, 30 pesos, voy a los partidos de beisbol y de eso sobrevivo, porque uno puede estar enfermo, pero la vida no se detiene y de eso he ido viviendo, porque tuve una abuelita que nos enseñó a ganarnos un taco”.

Una historia de resiliencia

Fue en diciembre del 2019 que Victoria comenzó con dolores de cabeza y en la parte del abdomen, los primeros diagnósticos que le dieron los médicos es que tenía un problema del riñón, pero la migraña que padecía comenzó a intensificarse cada vez más, hasta que dejó de dormir por una semana.

Debido a que no tenía dinero primero acudió a los consultorios de farmacias, pero solo le recetaron pastillas para calmar el dolor que no paraba. Para el 14 de febrero le realizaron una tomografía donde le dijeron que tenía una tumoración en la parte del cerebro que controla la visión. A partir de entonces su salud empeoró, dejó de comer a causa de los vómitos que tenía, por lo que los médicos le sugirieron buscar ayuda, porque la gravedad del tumor avanzaba.

“Yo en ese entonces estaba estudiando en el Instituto Tecnológico de Boca del Río y me dijeron que el seguro de la escuela me podría ayudar para la operación, pues ahí fue que me mandaron al seguro a la clínica la 61”, cuenta.

En marzo del 2020 la internaron en el Instituto Médico del Seguro Social (IMSS) ubicado en la avenida Cuauhtémoc de la ciudad de Veracruz. En ese momento los contagios por covid-19 iniciaban, por esta razón solo estuvo tres días internada, ya que los médicos le indicaron que podría contagiarse y agravar su situación.

El pronóstico era desalentador, ya que los médicos le comentaron que poco a poco podría perder la movilidad de su cuerpo, por lo que si sentía algún malestar tenía que regresar de inmediato al hospital.

Para julio de 2020, el tumor dentro de su cerebro ya había crecido y la operaron de emergencia, durante 15 días estuvo en terapia intensiva, luego de salir del hospital, aparentemente estable, la joven regresó para que le quitaran los puntos, pero las enfermeras notaron que su cabeza estaba reteniendo líquidos.

“Las enfermeras me mandaron con mi especialista, el neurocirujano me dio unas pastillas, que con eso se iba a secar el líquido, pero no fue así. El líquido se empezó a acumular más y a la semana perdí mi vista, completamente”.

Victoria Domíguez se adapta para que su discapacidad no le impida realizar actividades cotidianas.

De acuerdo con Victoria y con los especialistas que consultó después de perder la vista, ella sufrió de hidrocefalia una enfermedad neurológica que se produce cuando se acumula demasiado líquido cefalorraquídeo en el cerebro, todo el tiempo que consultó al especialista que la operó, afirma que le dijo que la acumulación del líquido era normal.

Luego de ser diagnosticada con hidrocefalia, volvieron a intervenirla, esta vez con otros especialistas, pues le aseguraron que la acumulación del líquido podría ejercer más presión en su cabeza y perder la vida.

“Me operaron de urgencias en el Hospital Regional, como el neurocirujano se deshizo de mí y no se explicaba por qué dejé de ver, hasta el día de hoy debería estar llevando mi caso, porque yo sigo con mis chequeos, porque el cáncer puede volver, pero de la vista me dijeron que no la iba a recuperar, por la presión del líquido que tuve por 11 meses, porque el neuro me dijo que era normal”, lamenta. 

Luego de perder la vista, acudió a diferentes médicos en Veracruz y en México, quienes le aseguraron que luego de su primera cirugía para retirarle el tumor, el especialista debió colocarle una válvula en el cerebro, para que no perdiera la visión.

Enfrentarse a este diagnóstico fue difícil, tras varios días de depresión logró encontrar apoyo entre sus vecinos, quienes la ayudaron a entrar al Centro de Educación Especial de Trastornos Visuales AC (CEETVAC) donde le enseñaron a adaptarse a su condición, ahí comenta que aprendió a cómo ser independiente y seguir con sus actividades.

“Lamentablemente la gente piensa que porque somos ciegos ya no tenemos derecho a nada, y no tenemos derecho a salir, a bailar, a hacer ejercicio, que ya no tenemos derecho para arreglarnos y ser independientes”, lamenta.

Cuenta que sale con sus amigos a fiestas, a bailar, hace ejercicio, también intenta crear contenido en sus redes sociales. Victoria Domínguez trata de inspirar a la gente con su historia de resiliencia y de mostrar que si ella puede, los demás también.

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