XALAPA, VER. - Una tarea escolar de la carrera de Asistente Directivo que cursa en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), plantel 162 de Xalapa, llevó a Karla, una joven de 17 años con discapacidad visual, a detonar su emprendimiento: la creación de su propia marca de maquillaje con instrucciones e información en alfabeto Braille.
La joven xalapeña, que vive en la comunidad de Xaltepec, en el municipio conurbado de Banderilla, requiere de apoyo tecnológico para empezar con la producción en serie de la línea de maquillaje que elabora con su hermana Dulce María. De forma artesanal logran producir 10 labiales en un lapso de seis a 12 horas.
Karla Jazmín Cortés Lara, que cumplirá la mayoría de edad el próximo 15 de diciembre, cursa el quinto semestre en el Conalep de Xalapa y desde hace un año presentó un proyecto escolar que se podría convertir en su forma de vida.
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Para lograr su sueño y reunir fondos, la joven por las tardes hace pulseras de bisutería -con el apoyo de su mamá Silvia Lara Aguilar- que tiene a la venta. Con ese dinero quiere dar el siguiente paso en su línea de maquillaje: producir contenedores y empaques con alfabeto Braille.
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Karla adquirió la discapacidad a los 9 años, un mal diagnóstico médico de personal del Centro de Especialidades Médicas, hoy Centro de Alta Especialidad, Doctor Rafael Lucio, la llevó a perder la vista. Desde esa época se ha adaptado a la vida social, escolar y laboral, siempre de la mano de los cuatro integrantes de su familia.
“Ya he aprendido a vivir con ella (la discapacidad), ya se cómo manejar mi depresión por entrar a este mundo de discapacidad. La discapacidad es un reto para quien la adquiere y para quien nace sin ver”, comparte en entrevista con La Silla Rota.
Más de 400 mil veracruzanos padecen alguna discapacidad: INEGI
Según datos del Censo Poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2020, Veracruz es la cuarta entidad más poblada a nivel nacional. Por cada 100 personas en edad productiva hay 52 dependientes económicos, 37 son menores de 18 años y, los otros 15, son adultos mayores.
De los 8 millones de veracruzanos, 468 mil 990 personas tienen una discapacidad; de ese total el 53 por ciento son mujeres y el 47 por ciento hombres.
El 17 por ciento de los poco más de 469 mil discapacitados tiene entre 0 y 25 años. La principal discapacidad es la falta de movilidad, la padecen 45 de cada 100 discapacitados. El 44 por ciento de los veracruzanos no puede ver; el 24 por ciento no escucha; y el 16 por ciento es mudo o no logra comunicarse.
Karla y su familia viven en Xaltepec, comunidad del municipio de Banderilla, cuenta con poco más de mil 40 habitantes, según el Censo del INEGI del 2020.
A los 9 años, Karla perdió la vista por negligencia médica
Silvia Lara Aguilar, madre de la menor, cuenta que en 2015 Karla empezó a presentar algunos síntomas que la llevaron a internarla en el Centro de Especialidades Médicas (CEM), hoy conocido como Centro de Alta Especialidad (CAE).
En el hospital le realizaron varios estudios durante meses para conocer cuál era el padecimiento. Tras realizarle una resonancia magnética, los médicos le diagnosticaron “esclerosis múltiple”, sin embargo, la menor no reaccionaba al tratamiento.
Después de un par de meses, Silvia logró que Karla fuera remitida a un especialista en la Ciudad de México, donde le dieron un nuevo diagnóstico que explicaba por qué la menor había perdido la vista.
“Fue mal diagnosticada en el CEM, dieron el diagnóstico de esclerosis múltiple, cuando la pasaron a México ya había perdido la vista. Allá nos dijeron que fue una negligencia médica, porque con una resonancia diagnosticaron mal la enfermedad
“Durante un mes le hicieron estudios todos los días, hasta que con el último estudio determinaron que tenía citopatía mitocondrial, sus mitocondrias no le llevaron oxígeno a su cerebro. El tiempo que la tuvieron con un diagnóstico erróneo, por cuatro meses, fue el tiempo que le hizo perder la vista”.
El reto de adaptarse a la discapacidad
Sara menciona que el volver a su casa, después de tener claro qué le había pasado a Karla, fue todo un reto para adaptarse a la discapacidad, en un contexto donde no hay una cultura para facilitar la vida de personas que no cuentan con todos los sentidos.
Lo primero de lo que se ocuparon fue el de seguir con la formación escolar de la menor, que cursaba la primaria. “Como papás decíamos ‘qué vamos a hacer, a dónde la vamos a llevar para que salga adelante y no dependa de nosotros’. En ese momento, iniciaron campañas a presidencias municipales, una señora que andaba ahí, le apoyó con un bastón”.
Aquella vecina que incursionó a la política, la canalizó a un Centro de Atención Múltiple donde apoyan a menores con alguna discapacidad, sin embargo, no eran especialistas en debilidad visual, por lo que la remitieron al CAM 8, en la colonia Revolución de Xalapa, para que Karla continuara estudiando; lo primero que le enseñaron fue el alfabeto Braille, ahí terminó la primaria. Actualmente, toma clases de baile, bastón, guitarra y computación.
La secundaria la cursó en Xaltepec, en el municipio de Banderilla, en la Rafael Ramírez Castañeda, donde atienden a un promedio de 50 alumnos. Las maestras aceptaron el reto de enseñarla, para lo que aprendieron Braille para comunicarse con la menor.
“Salió de la secundaria y decíamos a qué prepa la vamos a llevar. Vino la psicóloga Érika, del Conalep, donde estuvo mi hija la mayor y me dijo yo quiero ese reto para la institución, porque siempre les pedimos cursos para atender a jóvenes con discapacidad. Y sí, la inscribí, y las maestras se esforzaron para comunicarse con ella”, relata la madre.
Para acudir al Conalep, Karla debe levantarse a las 5 y media de la mañana y su hermana le da un “aventón” a la escuela, la traslada en su automóvil. Por la tarde, su mamá la recoge en el plantel educativo. De regreso a casa deben tomar dos camiones, primero, el que las lleva a Banderilla, y luego una combi o un taxi colectivo que las traslada a la comunidad que está a 11 minutos de la carretera Xalapa-Banderilla.
Surge BraiUp, línea de maquillaje para personas con debilidad visual
Karla, la segunda de tres hermanas, explica que, en el tercer semestre, en una de las materias que cursaba, le pidieron presentar un plan de trabajo para impulsar una empresa “ficticia”. El proyecto era en equipo.
“En el segundo semestre, en la clase que yo escogí -que es Asistente Ejecutivo-, nos dijeron que teníamos que hacer equipos para hacer una empresa ficticia o imaginaria. Yo estaba con un grupo que quería hacer comida, yo pensaba en hacer mascarillas o cremas, pero con figuras para identificar los productos con los que se elaboraban.
“La maestra Arely, que estuvo desde el principio en el proyecto, se acercó y me dijo que quería que hiciera un proyecto aparte, que no estuviera con el equipo. Mi propuesta era un mueble con figuras para identificar lo qué estaba guardando”.
Sin embargo, unos días después, luego de que le comentó a su hermana sobre su tarea para el Conalep, pensaron en crear una línea de maquillaje natural, con un valor agregado: la marca y el color en alfabeto Braille, pero está dirigido a todo el público.
Empezaron a investigar si había productos de belleza y se dieron cuenta que no existía, fue cuando empezaron a investigar a fondo qué era lo que necesitaban para producir y vender maquillaje.
“Tampoco es fácil adquirir recipientes para empacar con lenguaje en Braille, ahí fue donde salió la idea de crear BraiUp, que es marca registrada”.
El maquillaje, relata Karla, lo hacen de manera artesanal con productos naturales como cera de abeja, manteca de karité, colorante natural y algunos vegetales como betabel, rosas y manzanilla.
A la fecha tiene a la venta barras de labial color mate, labial líquido, rubor y un tónico para el rostro a base de rosas. Los productos se venden en Facebook, Instagram y TikTok en la página BraiUp Makeup.
Al proyecto se sumaron dos de sus amigas, Sayuri y Ana Karen, una de ellas tiene formación en belleza y le apoya para verificar la calidad de los productos. En este momento, explica, necesita una impresora 3D para hacer etiquetas de los contenedores en Braille y producir moldes para fabricar en serie e incrementar los productos a la venta.
Actualmente, para incorporar el alfabeto Braille, usan poligel, piedras, resistol para uñas y mica adherible, con lo que logran que la información pueda resaltar del contenedor. “Gastamos mucho, por eso preferimos buscar personas que nos pueden ayudar con la plantilla para el recipiente y ya no gastar tanto”.
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Karla dice que tiene la beca Benito Juárez, para estudiantes de preparatoria, así como la de discapacidad que entrega el Estado, no obstante, requiere de mayor inversión para poder consolidar su proyecto.
Pidió apoyo a la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) para que le faciliten la impresión del alfabeto Braille en los contenedores de sus productos. En el Museo Interactivo de Xalapa Kaná hay tres impresoras 3D donde le podrían ayudar, sin embargo, le pidieron un oficio en la dependencia estatal, sin obtener una respuesta favorable.
“También en la escuela, en el área de informática, les entregué un contenedor con la escritura en Braille para replicarlo (…) el exsecretario de la SEV donó una impresora precisamente para apoyar el proyecto. Cuando buscamos hacer los recipientes y la fórmula, la empresa que nos cotizó salía en 4 millones”.
Por lo anterior están pidiendo apoyo para que, a través de diversas instituciones de gobierno del Estado, incluso, del Conalep, les ayuden a reducir los costos del maquillaje que, además de ser una empresa familiar, serían un plan de vida para Karla.
mb