XALAPA, VER. - Eran las tres y media de la mañana del lunes 1 de julio, cuando Julia Ortiz González, de 64 años, se levantó de su cama para ir al baño. A esa hora se dio cuenta que su esposo Magdaleno Moreno estaba despierto, sentado en la mesa del cuarto principal de su vivienda ubicada en la colonia Rafael Hernández Villalpando, de Xalapa.
Su esposo, de 65 años, no podía dormir por las lluvias registradas en la capital de Veracruz. Desde el sábado 29 de junio y hasta la mañana del lunes 1 de julio el agua no cesaba; eran estragos de la llegada y el paso de la tormenta tropical Chris. En la madrugada Julia se percató que el agua ya había entrado a su casa, aunque solo eran unos cuantos centímetros, escuchó “chancletear” a su pareja, mientras se dirigía al baño.
A su regreso escuchó un estruendo y sintió un golpe que la tiró al suelo. Los pedazos de block de su vivienda y la tierra la golpearon y empujaron hacia la parte delantera de su recámara, donde quedó al lado de la tierra reblandecida que bajó de la pequeña loma que rodea las casas de la calle Camino al Tronconal.
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Quedar bajo un alud de tierra no es la primera vez que le ocurre a la familia Moreno Ortiz. El 21 de agosto del 2021, cuando el huracán Grace impactó Xalapa, dejó como saldo cinco personas muertas. Dora Isabel, de 27 años, y sus hijos Kevin, 9 años; Christofer, 5; Axel Jair, 4; Alexa, 3; y una bebé de 2 semanas, todos ellos eran la familia de Adán Moreno Ortiz -hijo de Julia y Magdaleno-.
En esta ocasión, dice Adán -quien fue reubicado al lado de sus padres- su casa solo sufrió afectaciones en la recámara donde la tierra tiró el muro. Afortunadamente, asegura, su hermana y cuñado, que habitan la vivienda junto con él, no estaban en la casa, pues ellos trabajan de noche y sólo se reportan daños materiales.
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Sin embargo, sus padres, que también fueron reubicados por vivir en una zona de alto riesgo, en la colonia Lomas de Sedeño, entre los límites de Banderilla y Xalapa, reportan pérdida total y el gobierno de Cuitláhuac García ofreció acelerar todos los procesos para volverles a encontrar una vivienda para habitarla, antes del mes de diciembre, cuando concluya la actual administración.
La historia del 2021
El huracán Grace que impactó Veracruz como categoría 3 dejó desbordamiento de ríos, inundaciones y el desplazamiento de cerros a consecuencia del reblandecimiento de la tierra.
En esa ocasión, el accidente se reportó pasadas las 7 de la mañana, cuando el padre de familia, que compartía la vivienda con seis integrantes más, escuchó un estruendo sobre la vivienda de lámina ubicada en un cerro de la colonia Lomas de Sedeño.
El fuerte ruido lo hizo salir de su casa, quería verificar lo qué estaba pasando y cuando vio caer la tierra, quiso entrar a la vivienda para alertar a su familia, sin embargo, se percató que la casa de madera y láminas ya estaba sepultada bajo el alud de tierra.
Los Moreno: familia sepultada en Xalapa tras paso de Grace
Aunque los vecinos y su demás familia iniciaron la búsqueda de manera inmediata solo lograron salvar a uno de los seis pequeños hijos de Adán. Después de la tragedia fue reubicado con el apoyo del Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda), que dirige Hazael Flores Castro, gente cercana a Eleazar Guerrero Pérez, exfuncionario de Sefiplan, conocido como el primo “incómodo” del gobernador Cuitláhuac Jiménez García.
Chris se vuelve tormenta tropical y afecta 53 municipios en Veracruz
Como parte de la temporada de ciclones y tormentas tropicales, la Secretaría de Protección Civil ha emitido alertas por la llegada de diversos fenómenos meteorológicos por el Golfo de México.
El sábado 29 de junio, anunció que el disturbio tropical 94L iba a provocar lluvias intensas a partir de la noche del domingo 30 de junio, se esperaba la caída de agua de entre 70 a 150 milímetros, decía el pronóstico.
En la mañana del domingo 30 de junio, la autoridad informó que la Depresión Tropical Tres se había intensificado a la Tormenta Tropical Chris, con su centro ubicado a 165 km al sureste de Tuxpan. El fenómeno veía acompañado de norte, con una intensidad de 65 kilómetros por hora.
"Grace" dejó muerte y destrucción en Veracruz
A las 11 de la noche del 30 de junio, se notificó que la Tormenta Tropical Chris había tocado tierra cerca de Lechuguillas, municipio de Vega de Alatorre, en Veracruz, a 131 kilómetros de Xalapa.
El disturbio tropical y luego tormenta tropical dejó lluvias por más de 24 horas en todo Veracruz, lo que provocó un saldo de 53 municipios con reportes de inundaciones, crecida de ríos, desplazamiento de cerros, caminos tapados por el deslave de piedras y tierra, y más de mil 500 casas inundadas o afectados por el deslizamiento de tierra.
En esa lista se ubicó Xalapa. El Ayuntamiento boletinó que, al medio día de lunes 1 de junio, se reportaban daños en 58 colonias, así como 27 viviendas afectadas por inundaciones y 36 más por deslave.
También se registraron 47 deslizamientos, deslaves y derrumbes, así como afectaciones en las congregaciones El Castillo, Colonia 6 de Enero y Chiltoyac. Todo eso, decía el documento oficial, ocasionado por la caída de más de 250 milímetros de lluvia que se registraron en las últimas 24 horas.
Además, decía la postura oficial, cuatro personas fueron rescatadas con vida y otras 50 evacuadas. En el listado de atenciones se contabilizaba a dos adultos de la colonia Villalpando, que se ubica por el camino al Tronconal: Julia y Magdaleno.
Adán y sus papás, entre los afectados
Adán platica que fueron reubicados hace dos años en las pequeñas viviendas que se construyeron en la calle Tronconal, esquina con Azucenas. Fue en mayo de 2022 cuando recibieron los pies de casa que cuentan con recámara, cocina, sala, baño y un pequeño garaje.
“Entramos en un sorteo de las casas por Grace, a nosotros nos las dieron sin el sorteo, por las pérdidas que hubo del huracán hace tres años, por eso nos reubicaron en esta zona. Vino Protección Civil, vino Invivienda y dijeron que no era una zona de riesgo, nos dieron el terreno y las viviendas.
“Uno nunca sabe, pero otra vez la tragedia se repite, bendito Dios no hubo pérdida de vidas que lamentar. La vez pasada fue mi esposa y mis cinco hijos, entre ellos una recién nacida de 20 días”, recordó.
Cuando se les informó dónde iban a reubicarlos, le pidieron que el terreno, que estaba en una pequeña loma, debía quedar plano para construir las dos casas. Adán cuenta que con ayuda de su familia y con parte del dinero que le depositaron cuando ocurrió la desgracia en Lomas de Sedeño logró atender el requerimiento de Invivienda.
Dice que fue el propio titular de dependencia, Hazael Flores Castro, quien lo apoyó para acelerar los trámites, pues al quedar sepultada su casa anterior, no tenían donde vivir. Solo nueve meses después de la tragedia les dieron las llaves de su nuevo hogar.
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La casa les fue entregada en mayo del 2022. Cuando llegaron a la colonia Villalpando la vivienda no tenía luz, red de drenaje ni agua potable; el piso además era rústico. Y aunque se mencionó que los servicios serían habilitados con el tiempo, nadie cumplió con ese compromiso.
“Según el gobernador cuando nos entregó las casas, dijo que nos las iban a entregar completas, con todos los servicios, nada más para poder habitarlas, cosa que no fue cierto”, cuenta en entrevista con La Silla Rota.
Con recursos propios, dijo, habilitaron todos los servicios poco a poco, y habitaron la casa de inmediato, pues no podían sufragar una renta y el estado ya no les estaba apoyando.
¿Omisión de las autoridades estatales?
El joven explica que nuevamente perdieron el poco patrimonio que habían logrado obtener en los últimos dos años. La casa de los papás, fue valorada por autoridades de Protección Civil como pérdida total y están obligados a reubicarlos.
“Mi casa (los daños) son en una habitación que está en la parte de atrás. No tiene muros, quedó inservible la habitación, pero van a checar si no hay daño estructural, y sólo se repararía el muro, pero yo le dije a Hazael (titular de Invivienda) que no (me quedaré ahí), con qué confianza puedo vivir en la casa, después de lo que pasó”.
“Los vecinos que ya tienen años viviendo aquí, hasta 25, dicen que ya se había reportado un deslave en la misma loma, pero en esa época no había casas, por lo que no pasó a mayores”, cuenta Adán.
También explica que donde se construyeron las dos viviendas era área verde, y debieron quitar parte de la loma, para poder emparejar el terreno y se lograra la edificación de las casas, sin embargo, reconoce que ni el arquitecto, ni Invivienda plantearon un muro de contención en la parte trasera.
La pequeña loma, explica, se formó cuando se pavimentó la calle de arriba, toda la tierra que escarbaron para aplanar la vialidad se “tiró” hacia el área verde. Ahí, pasados los años, se formó el montículo de tierra que luego se volvió a “emparejar” para construir las casas, con un programa de Invivienda.
“Toda la tierra que se vino es la tierra que sacaron allá arriba, como no había casas, la echaron acá. Pero ahorita, con todo el escurrimiento que se vino; si siguen las lluvias, hay riesgo de que se deslice más tierra sobre las casas, porque no hay muro de contención.
“El arquitecto nos dijo que nos iba a hacer la casa, nada más, nada más iba a construir los siete metros de frente con 14 de largo, nunca nos dijo o nos pidió que se hiciera un muro de contención”, agrega.
Durante la madrugada les cae el alud de tierra
Adán dice que él no estaba en su casa durante la madrugada del lunes 1 de junio, fue una llamada telefónica la que lo alertó que nuevamente un alud de tierra había caído sobre la casa de sus papás.
De inmediato, cuenta, sintió temor e impotencia de tener que revivir la tragedia de hace tres años, cuando enterró a su familia, no quería que se repitiera la historia con sus papás. Y aunque reconoce que le arrebataron todo lo material, su padre y madre solo sufrieron algunos golpes.
“Fue como tres y media o cuatro cuando yo llegué. Los vecinos ya estaban haciendo un esfuerzo para sacar a mi papá, que estaba en la sala. Es pérdida total, como verá la casa quedó llena de tierra, no hay como rescatar algo.
“En mi casa no había nadie, mi hermana y cuñado trabajan de noche y yo a veces salgo. Lo bueno es que ellos trabajan en la madrugada, no estaban, igual si no los hubiera tapado la tierra, pues es donde duermen”, relata.
Doña Julia dice que, afortunadamente, estaban despiertos cuando se vino la tierra encima. “Mi esposo se acababa de levantar porque oía el agua fuerte, y se paró y se fue a la sala. Me dijo, mija ya nos inundamos”.
Cuando ella regresaba del baño escuchó un fuerte estruendo, al momento se fue la luz, y fue cuando el lodo y parte del muro la empujó en la recámara, “como pude me levanté y me subí a la cama.
“De repente escuché a mis compadres y les grité que me ayudaran. Rompieron la ventana y por ahí me sacaron. Mi esposo gritaba que lo ayudaran, porque no iba a aguantar mucho”.
“Los vecinos y sus nietos, que llegaron después, empezaron a escarbar para sacar a Magdaleno del lodo. Les llevó más de 3 horas para poder sacarlo del lodo, estaba bien presionado. Eran como 5 y media, cuando se vino un deslave, bomberos, policías y todo salieron corriendo, porque otra vez se deslavó la loma”.
A esa hora llegó la ambulancia y fue trasladado al hospital donde le atienden el hombro que se le dislocó, “ya está fuera de peligro. Bendito Dios no pasó a mayores, ya lo material pues es lo de menos”.
Este lunes la familia de Adán se quedó en la casa de enfrente, con sus compadres, pues les ofrecieron irse a un albergue, pero consideran que no sería cómodo estar ahí. También confió que, en tanto los reubican, el Estado podrá pagarles una renta pues su oficio, albañil, no le genera los ingresos suficientes para pagar una mensualidad.
En el caso de sus papás, recuerda, los dos son adultos mayores y solo Magdaleno cobra pensión del Bienestar, por lo que no podría pagar la renta de una casa para vivir.
mb