VERACRUZ, Ver.- Roberto Velasco, un hombre de familia de 44 años, querido por sus amigos y amante del amor, asesinado presuntamente por una pareja de esposos homofóbicos en mayo de 2023, cumple su primer año sin asistir a la marcha del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+.
"Una persona tan pura, clara y honesta”, es como lo recuerdan sus amigos. Roberto fue agredido frente a su madre en su casa la tarde del viernes 19 de mayo de 2023, cuando, al barrer el frente de su casa, su vecino Julio César “N” le habría disparado con una escopeta en el abdomen por haber empolvado el taxi que acababa de lavar.
Después del disparo y tendido en el suelo, la esposa, Dolores “N”, saltó encima suyo para cachetearlo y decirle en repetidas ocasiones “¡Así te quería ver! ¡Así te quería ver!”, relata Alaín Jiménez, activista LGBT+.
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Alaín fue su amigo durante 12 años y fue quien entregó las pruebas a la Fiscalía General del Estado (FGE) sobre la huida de sus atacantes y su paradero. Pero de nada sirvió, pues hace dos meses la pareja señalada del crimen de odio cruzaron a Estados Unidos, huyendo de la orden de aprehensión que concedió un juez a la FGE en su contra.
Precisamente la tardanza de esta fue lo que les permitió sacar todas sus pertenencias, irse al municipio de José Azueta, luego a Ciudad de México y recientemente, a Estados Unidos con sus familiares, mientras la familia de Roberto aún llora su pérdida, agrega el activista.
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El ataque sucedió en el Fraccionamiento Colinas de Santa Fe, un sitio ubicado en la parte norte de la ciudad de Veracruz. Su amigo y principal actor en busca de justicia para Roberto, cuenta que los vecinos rayaron, desvalijaron y vandalizaron la casa de la pareja, quienes, de no haber huido a minutos del ataque, “los mismos vecinos los agarran”, para hacerles quién sabe qué.
Estaban muy enojados. Apreciaban a Roberto por su tranquilidad, a quien sólo veían y saludaban cuando salía a limpiar, cuenta Alaín.
Se dice que Roberto ya había sido discriminado por la pareja, quienes por su religión cristiana, le hicieron saber en varias ocasiones que estaban en contra de su orientación sexual.
Alaín cuenta que después de algunos días inconsciente en terapia intensiva, Roberto despertó, pero solo para despedirse de su familia y amigos.
“Habló bien, hicimos videollamada con mi pareja porque él estaba en Tierra Blanca; con su sobrino y con su mamá que estaban en casa (...). Creímos que ya, que la había librado, pero al otro día falleció”.
Nadie esperaba que el sábado 27 de mayo, tras una operación y varios días luchando, Roberto muriera.
¿Quién era Roberto Velasco Rodríguez?
Roberto era “un hombre de casa”, adorado por sus hermanas, sobrinos y madre, a quien cuidaba desde hacía tres años antes por sus problemas de salud. Él la bañaba, le daba de comer y la asistía mientras sus dos hermanas trabajaban, porque con operaciones en las piernas, su madre ya no caminaba bien.
“Era una persona muy tranquila que no se metía con nadie, que no merecía morir de esa manera (...) pero bueno, a veces me pongo a pensar y siempre he dicho: Dios siempre se lleva antes a las personas buenas, eso creo”, expresa Alaín.
Le gustaba estar en su casa, ver películas románticas, musicales y salir a bailar con sus amigos. Le encantaba el Carnaval y mover el cuerpo, dice Alaín, quien ríe al recordar su particular forma de bailar y cantar.
A la pareja de Alaín, con quien tenía más años de amistad, siempre le dijo que quería morir como “la vieja rica” de la película Studio 54: una mujer mayor que bailaba todas las noches en la discoteca, hasta que un día, murió de un infarto, bailando.
“Él decía que iba a morir en un antro”, cuenta Alaín, sonriente, al recordar los deseos de Roberto.
Él también llegó a decirle que, cuando muriera, quería que reprodujeran el “Espejo” de Yuri, y así fue. La canción sonó mientras su familia y amigos lloraban su pérdida.
La letra expresa la resignación ante la separación y el sufrimiento del amor no correspondido, instando a seguir adelante pese al dolor. El espejo roto representa la imposibilidad de recuperar el pasado, tratando a los momentos felices como fragmentos de algo perdido.
Coqueto, enamoradizo y súper apasionado en el amor, así era el alma de Roberto, agrega Alaín. Una de las películas favoritas de Roberto era “El Diario de una Pasión”, que narra la historia de un romántico como él.
De la alegría, amor y unión que representaba para su familia, ahora solo quedan nostálgicos recuerdos.
Alaín Jiménez, quien además es activista social y defensor de los derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+ desde el 2019, cuenta que hace poco uno de los sobrinos de Roberto se graduó, pero ante la tristeza por su falta, no pudieron celebrarlo. No porque no estuvieran felices, sino porque no lo sintieron correcto.
Roberto era su tío favorito, y una de las ilusiones de su sobrino, era que él estuviera presente. “La muerte de Roberto les destrozó la vida a todas”, explica Alaín.
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La lucha continúa
Desde hace ocho años, Veracruz encabeza el primer lugar a nivel nacional por crímenes de odio por homofobia con 470 asesinatos. En lo que va del año, ya se han registrado ocho en la entidad, según explica Benjamín Callejas Hernández, presidente de la coalición estatal LGBTQ+ de Veracruz.
Alaín cuenta que, desde siempre, él, su pareja y Roberto asistían a las marchas del mes del orgullo en Veracruz. “Esta es la segunda marcha a la que Roberto no asiste”, menciona. “[En la marcha voy] haciendo protesta, llevando su mensaje de justicia con un cartelón muy grande. Sólo así me oyen”.
También dice que el activismo es “cansadísimo, y más cuando las autoridades no te escuchan”.
A pesar de los aplausos, de los gritos y de los bailes cuando aparecen los reyes LGBTIQ+ en el Carnaval de Veracruz, él puede notar que no se está haciendo nada para eliminar los mensajes de odio contra la comunidad.
“A veces los políticos se preguntan: ¿qué podemos hacer? Pues legislar, sancionar la discriminación no nada más a la comunidad, sino a las mujeres también. Concientizar, poner carteles en toda la ciudad de no crímenes, no fomentes porque tantos años de cárcel, respeta. Educar, y los gobiernos no están educando. Están fomentando más el odio, dividiendo la ciudadanía, dividiendo al pueblo con sus temas políticos”, expresa molesto, señalando las paredes y los árboles del Zócalo de Veracruz.
Alaín Jiménez espera que el gobierno de Rocío Nahle sea diferente, pues la administración de Cuitláhuac García los dejó en el olvido. Sin embargo, la respuesta de la gobernadora electa cuando los activistas de la comunidad LGBTQ+ pidieron la Secretaría Estatal de Diversidad Sexual y la Fiscalía Especializada en Crímenes de Odio, los dejó consternados.
“Nos dijo que no porque al rato los hombres le iban a pedir una Secretaría”, cuenta incrédulo. “Sus respuestas fueron muy absurdas porque es más que claro que no conoce la lucha, que no conoce el activismo”.
“A ver: no se necesita abrir otra fiscalía, ahí mismo dentro de la fiscalía abres una oficina y pones a gente capacitada en crímenes de odio, no necesitas gastarte los cinco u ocho millones de pesos para abrir una oficina en atención a la comunidad de crímenes de odio”, explica.
Dicha petición y encuentro sucedió durante la campaña de la ahora gobernadora electa del Estado de Veracruz, quien entra en funciones hasta el 1de diciembre de 2024.
Mientras tanto, Alaín Jiménez se dirige a la Ciudad de México a exigir justicia para Roberto y los cientos de crímenes de odio de la entidad que continúan impunes. Va en busca de la ONU y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, a quien piensa contarle todo lo que sucede en el estado de Veracruz.
mb