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Niños con autismo: Montzerrat encontró su vocación enseñándolos a nadar

Con entrenamiento deportivo, Montze apoya en el desarrollo de niños y niñas que pertenecen al espectro autista en Xalapa.

Con natación y entrenamiento les enseña a desarrollarse
Maestra Montze apoya a niños con autismo en Xalap.Con natación y entrenamiento les enseña a desarrollarseCréditos: Maestra Montze
Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER. - La maestra Montze, como la llaman sus pequeños alumnos, lleva al menos 5 años tomando cursos y formándose como entrenadora de natación. Su intención, además de practicar un deporte, es brindar entrenamiento a menores de edad con espectro autista.

Montzerrat Marina González Montiel tiene 40 años y hace al menos seis años encontró en la natación una forma de trabajo, de vida y de formación profesional que hoy, junto a cuatro entrenadores de 100 Sport Club, le permite estar en contacto con menores que requieren de una atención especial y les ayudan a enfocarse en sus objetivos.

Este martes 18 de junio es el día del Orgullo Autista, que tiene por objetivo celebrar el espectro autista como parte de la neurodiversidad natural de los seres humanos. Montzerrat, madre de familia, aporta a la formación de niños neurodiversos que encuentran en la natación una disciplina que les ayuda en su formación y crecimiento.

En Veracruz no hay estadísticas oficiales sobre autismo, en 2018 se calculaba que 27 mil 627 personas contaban con un diagnóstico sobre el autismo, datos de la Secretaría de Salud Federal y el Instituto Nacional de Psiquiatría.

Desde el mes de agosto del 2018 en la entidad se publicó la ley 699, para la Atención, Intervención, Protección e Inclusión de las Personas con Trastorno del Espectro Autista para el Estado de Veracruz.

Esa legislación obliga a la creación de un Centro Estatal para la Detección y Atención del Autismo, adscrito al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de Veracruz, cuyo objeto es capacitar personal o recurso humano en materia de autismo, que no existe.

Fue en marzo del 2023, cinco años después de que entró en vigencia la ley, que se emitió el protocolo de atención en Veracruz, que involucra a diversas dependencias donde se debe diagnosticar, atender y canalizar a los menores, quienes podrían acceder a programas sociales, sin que a la fecha se conozcan avances en su aplicación.

Empieza la historia de la maestra de natación

Montzerrat es madre de dos hijos, cuando el menor de ellos le manifestó su gusto por la natación, comenzó a buscar opciones para su entrenamiento. El costo de las clases no se ajustaba a su presupuesto, por lo que ideó una forma de financiarlas.

Solicitó trabajo en la misma alberca, primero, como apoyo para los maestros, después empezó a tomar cursos en línea y presenciales para tener una certificación que hoy le permite entrenar en la alberca donde su hijo practicaba, y poco a poco empezó a tener “alumnitos” como ella los llama.

“A Sebitas (su hijo menor) le gustaba el agua, y el medio que yo obtuve para solventar esa necesidad fue trabajando en el mismo lugar. Empecé a trabajar con niños autistas, porque en el lugar donde yo estaba trabajando (antes de 100 Sport Club) había pocos maestros y los maestros que habían no tenían el perfil para atender sus necesidades”.

Para poder trabajar con pequeños autistas, Montze ha tomado diversos cursos. Platica que se formó en Integración Sensorial, Ritmo, Armonía y Movimiento que le permite en sus clases poder programar actividades a través de música; y el Cuento Motor que la deja desarrollar un juego simbólico con los menores.

La formación que ha ido sumando, a través de los cursos, le permite comunicarse con los menores sin la necesidad de decir palabras o dar instrucciones que niños neurotípicos sí atenderían de inmediato.

“Cuando trabajo con los niños autistas tengo una canción diferente para cada actividad. Si quieren salir del agua tenemos una canción, si están jugando y necesito que se enfoquen tengo otra canción, simplemente se generan patrones inconscientes para realizar actividades como patadas, o bucitos”.

“En el caso del juego simbólico, los niños autistas tienen una forma diferente de pensar, ellos se ubican como una tercera persona, y ese juego simbólico les permite saber qué es lo que deben hacer. Si quiero que entren al agua, sostengan la respiración o naden cierta distancia, primero lo hago con un muñeco, con una canción, después, ellos lo representan (con un objeto) y a lo último, les pedimos que realicen la actividad”.

Montzerrat platica que ella fue diagnosticada con hiperactividad y déficit de atención desde los 3 años, lo que la llevó en ocasiones a ser marginada, porque los maestros que la apoyaban en la formación no tenían acceso a la información para brindar la educación y la atención que requería. 

Al ver que en su primer trabajo no había un apoyo enfocado a los niños autistas, ella decidió que se formaría para ayudarles y fue entonces que conoció la Asociación DIAA AC, que dirige Luis Felipe Martelli, donde se ha apoyado para formarse.

“Me tocó ver esa situación (de marginación) de niños con autismo y otras divergencias, eso fue lo que me motivó a aprender a cómo ayudarlos para no pasar mala experiencia de quien no sabe cómo tratarlos.

“A veces en el agua sufren crisis. Yo tengo un alumno que le tiene miedo a las alturas y por el simple hecho de hacer un bucito entró en crisis y fue su papá quien lo tuvo que sacar de la alberca, entonces, sí necesitas preparación o formación, para saber cómo ayudarlo”, comparte la profesora. 

En la actualidad tiene seis alumnos a los que apoya en clases de lunes a sábado, y menciona que la natación sirve tanto para niños neurodivergentes, como para personas que tienen trastornos emocionales, alimenticios, y físicos, porque los obliga a tener objetivos claros, pues no pueden pensar en otra cosa cuando están dentro del agua.

“Al estar en la alberca, tienes que estar enfocado en tu respiración, tus brazadas, tus patadas en el agua y no te permite estar en otro espacio que no sea en el agua, te enfoca. A parte, la natación te da vivencias emocionales que quedan grabadas en el cerebro, sí o sí, porque es muy divertido estar en contacto con el agua”.

Afirma que los niños autistas, al estar en cercanía con otros pequeños en el agua, empiezan a desarrollar su lenguaje, incluso, socializan con su entorno, respetando sus necesidades y límites.

“Tienen que respetar a sus pares, tienen que respetar turnos, respetar el material, y lejos de lo que se cree que una persona autista quiere estar sola y aislada, en la alberca son muy sociables y cariñosos, solo tienes que saber cómo atenderlos”.

Montzerrat explica que los tipos de autismo son diversos, sin embargo, todos van de la mano con la disfunción sensorial, que tiene dos registros que van de personas que son muy sensibles que no aceptan el ruido, la ropa apretada, los sabores fuertes, las texturas, o aromas intensos.

O quienes, en el extremo, son buscadores sensoriales, que les gusta el agua fría, son inquietos y muy delicados de trabajar porque les gusta las emociones fuertes, “y en esos dos campos se tiene que trabajar y motivar de manera individual”. 
 
La entrenadora explica que su trabajo le genera paz, que le ha enseñado a desarrollar su paciencia y tolerancia, sumado a que la ha obligado a mantenerse actualizada, pues cuando tiene dudas sobre de cómo atender una conducta de alguno de sus alumnos, siempre busca un libro que le permita conocer y entenderlo.

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“Brinco de un libro a otro para tratar de entender por qué tienen ciertos comportamientos, cómo lo puedo manejar, cómo lo puedo ayudar y cómo poner límites. Siempre hay que tratarlos con respeto y amor”.

Como parte del proceso de entrenamiento, y ante su cercanía, ha detectado que algunos papás están en proceso de duelo, pues hay estudios que indican que les lleva al menos 12 años para poder aceptar que su hijo tiene necesidades diferentes al resto de los integrantes de su familia.

“Sí los ves con frustración y cansancio emocional y físico, pero a mí me han tocado papás que están enfocados en dar una buena vida a sus hijos. Mis alumnos van desde los 4 años y el mayor tiene 10 años”.

Su reto en cada clase, cuenta,  es que sus alumnos participen, pues tienen desconfianza y poca adaptación al momento de entrar a la alberca, y su integración motriz es diferente a los niños neurotípicos.

“Son diferentes en las cuestiones de respiración, son sensibles al contacto del agua con nariz, sus ojos y oídos. Su forma de apreciar la parte de la propiocepción (la sensación de posición y el control neuromuscular de las articulaciones) es completamente diferente a la de un niño neorotípico”.

Los horarios de atención de 100 Sport Club son de siete de la mañana a las 10 de la noche, sin embargo, dijo, los horarios acordes con las necesidades de los niños autistas son de 12 a las 4 de la tarde. “El clima se presta, ya comieron, y muchos niños autistas te dicen que no quieren ir al agua, pero cuando están en el agua, ya no quieren salir”.

Además, comenta, para poder darles clase debes conectar con ellos, pues, aunque su habla es limitada, siempre encuentran la forma de comunicarse con el entrenador. “Si te ganas su confianza siguen indicaciones; si tu quieres controlar lo que ellos tienen que hacer, te van a rechazar”.

“No todos, pero sí hay alumnos a los que les gusta que su tabla sea azul, que su popote sea azul, requieren trabajar en el mismo carril y repetir las mismas actividades que hicieron en la clase anterior. Hay alumnos que los puedes poner a trabajar con el grupo, adaptándose a sus necesidades, pero trabajan”.

La entrenadora comenta que hacer deporte te ayuda a autorregularte, te obliga a seguir un orden y aprendes a repetirlo en tus actividades cotidianas, “te da pautas de organización”, algo en beneficio de niños neurodivergentes o neurotípicos. 

Montzerrat cursó la carrera técnica en Educador Acuático, certificada por el Sistema de Capacitación y Certificación para Entrenadores Deportivos (SICCED) y cuenta con Certificación en Estrategias Didácticas en los Elementos Naturales del Movimiento Infantil de la Asociación de Motricidad Acuática Bebés y Anfibios AC, y la Universidad de Ciencias y Arte de Chiapas.

Además, ha participado en competencias de aguas abiertas, pues la natación no solo le da acceso a brindar entrenamiento a los pequeños, le ha generado una disciplina que le permite reducir su déficit de atención.

mb