VERACRUZ, VER. - La tranquilidad para la familia de Guadalupe Hernández Palmeros se esfumó hace más de un mes. Desde el 21 de marzo su madre, hermana e hijo viven con la esperanza de recibir una llamada para saber de su paradero, pero conforme pasan los días la ilusión de encontrarla se desvanece.
Inés, su hermana, sostiene en entre sus manos una fotografía de Lupita, la toma con todas sus fuerzas como si abrazara a su hermana. Esa imagen se encuentra pegada en postes de luz, camiones, compartida en grupos de Facebook y en los últimos lugares donde la vieron.
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Desde el día que se enteraron de su desaparición la familia no hace nada más que buscarla, preguntar con amigos, con familiares, vecinos y toda aquella persona que alguna vez convivió con ella, pero no encuentran respuestas.
Guadalupe se une a la lista de 2 mil 781 personas desaparecidas que fueron reportadas en Veracruz desde el 2018 a mayo de este año. De esta cantidad, 2 mil 169 son hombres y 610 mujeres, según el Programa Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas (PNBP).
“Necesitamos saber si Lupita está bien, si está bien que regrese a casa y en caso de que… con tanta delincuencia que aparecen muchachas muertas, si fuera eso, ya yéndonos a los extremos, pues al menos queremos saber dónde está su cuerpo o qué le hicieron, qué pasó con ella. Este viva o muerta queremos verla”, agrega su hermana.
57 días sin Lupita
Desde que su familia se enteró de su desaparición las avenidas Revillagigedo y Pino Suárez, de la colonia Centro, donde vive, fue tapizada con la ficha de búsqueda de Lupita, junto a ella está la fotografía de su pareja, Rafael Sadoc Pérez Rosas, quien también se encuentra desaparecido; no obstante, Inés asegura que la familia de él no ha realizado ningún reporte por su desaparición.
La misma fotografía se encuentra en los camiones urbanos de la ciudad de Veracruz. A 57 días de la desaparición de Lupita la familia no encuentra paz, su hijo, de 9 años, pregunta todos los días por ella y teme que no regrese.
“El niño luego sueña con su mamá y dice en sus sueños locos, le dice a su abuelita que soñó que su mamá ya se había muerto. Como ya son tantos días que ya no aparece, pues el niño piensa cosas. Sabe que su mamá no ha aparecido, sabe que no ha llegado a la casa y por eso piensa cosas que esperemos no sean así”.
La última vez que Inés vio a su hermana fue un día antes de su desaparición. Acudió a desayunar, cada que tenía tiempo iba a la casa de su mamá a ver a su hijo, quien vive con su abuela. Al siguiente día trataron de comunicarse con ella por mensaje, como era costumbre, pero nunca contestó, por lo que la preocupación comenzó a crecer.
De inmediato acudieron a la casa de la familia de su pareja, ahí fue que los atendió la mamá de Rafael Sadoc Pérez Rosas, quien les dijo que una semana antes de la desaparición ambos se habían ido para Monterrey, después les dijo que se habían ido a vivir a la colonia Villa Rica, en la zona norte de la ciudad. Algo que los familiares de Lupita no encuentran coherente, pues aseguran que no les comentó de esos planes.
“La mamá se cuatrapea mucho, porque dice que una semana antes le había llamado Lupita que se iban para Monterrey, luego dice que se fueron a vivir a la Villa Rica. ¿Entonces? ¿Nos quiere confundir?”, se cuestiona Inés.
Pareja tenía una denuncia por violencia
Lupita y Rafael se conocieron por medio de una aplicación de citas en el 2019. Durante un año salieron como novios y después ella se mudó a vivir con él, pero la familia comenta que no aprobaba la relación, pues siempre hubo celos por parte de él, al grado de que la obligaba a salirse de los trabajos en los que estaba.
“Mi hermana era alegre, antes de que lo conociera a él, inteligente, trabajadora. Ella estudió Administración, conoce a este tipo y bajó su rendimiento laboral. Yo la apoyaba, pero después me contó varias cosas y después él nos comenzó a agredir, entonces mejor me alejé”.
Inés cuenta que su hermana sufría de violencia familiar por parte de su pareja, en varias ocasiones la vio con golpes que supuestamente eran propinados por parte de Rafael, declara. Por esta razón temen que su desaparición tenga que ver con estos hechos.
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El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indica que de enero a abril de este año se abrieron 3 mil 703 carpetas de investigación por el delito de violencia familiar en todas sus modalidades en Veracruz.
Mientras que el informe sobre la violencia contra las mujeres señala que, de enero a marzo de 2024, las víctimas de lesiones dolosas en Veracruz fueron de 756 mujeres. Lo que ubicó al estado en el quinto lugar con más casos registrados en estos meses.
“Un mes antes de la desaparición ella vino a mi domicilio y me enseñó que tenía como roto el dedo, porque se lo echó para atrás y como que se le rompió, pero me decía que le dolía mucho. La del dedo fue una de las más recientes y graves. A veces llegaba y nos dábamos cuenta de que tenía moretones en el cuerpo, pero decía que se había caído, nunca lo quiso acusar de nada”, explica.
Lo único que saben de Rafael es que se dedicaba a vender dulces en los camiones urbanos del puerto de Veracruz, por esta razón acudieron a estos sitios a pegar la ficha de búsqueda de Guadalupe, para ver si dan con el paradero de uno de los dos.
Inés explica que por estas agresiones su sobrino vivía con su abuela, ya que en una ocasión Rafael también intentó agredirlo, por lo que interpusieron una denuncia por violencia. Hasta el momento la Fiscalía General del Estado no les ha dado más información del caso de Lupita.
“Ella ama a su hijo, todos los días hablaba en la casa, iba a la casa a verlo. Solo quiero que la fiscalía nos aclare qué sucedió con mi hermana, queremos ver avances”, suplica su hermana.
mb