VERACRUZ, VER.- Desde hace 8 años, Luis Eduardo, maestro del Instituto Tecnológico Nacional de Boca del Río, da clases de manera intermitente a causa de lo que él considera una injusticia. A principios de 2023, el tema se salió de control cuando dejaron de pagarle. Mermado por la falta de ingresos recurrió a su escuela para sobrevivir. Ahora allí vende tortas de carne polaca de lunes a viernes.
Luis Eduardo Argüello Ahuja ahora tiene 64 años de edad; sus tortas las vende desde un carrito de lona donde también ofrece dulces. Viste pantalón de vestir color azul, camisa blanca tipo polo; usa una gafas cuadradas para el sol y una gorra azul con las siglas de Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE). Sobre sus hombros carga una lona donde se lee: “Alto la discriminación. Justicia para Argüello”.
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Autoridades del Instituto Tecnológico Nacional de Boca del Río le notificaron al profesor en enero de 2023 que no podía más dar clases y eso le desató un trastorno psicológico depresivo persistente denominado distimia. Su problema se multiplica por dos, porque debe hacerse cargo de su esposa y de su hija de cinco años de edad.
El sueño de ser maestro
Luis Eduardo, con una sonrisa escondida debajo de su bigote canoso, cuenta que siempre le ha gustado enseñar y que, incluso, lo hacía desde la primaria. Nació en Tuxtepec, Oaxaca en 1960, y estudió la carrera de ingeniero en Bioquímica en Alimentos. Su pasión por la enseñanza lo llevó a brindarle asesorías a los chicos del servicio social donde él trabajaba, lo que después, concluyó en la invitación de un ex maestro y amigo suyo para sumarse a la docencia. Tras algunos años, la vida y el trabajo lo llevaron al Instituto Tecnológico de Tlalpan, en la Ciudad de México, donde estuvo del 2001 al 2016.
Encantado por impartir clases 12 horas a la semana y “por preparar a los jóvenes para el mañana” en la capital del país, el maestro Luis se desenvolvió sin problemas en el IT Tlalpan hasta que, de pronto, comenzó a sentir molestias en el pecho. Explica que los primeros estudios arrojaron que tenía inflado el ventrículo izquierdo, una de las cuatro cavidades del corazón, lo que posteriormente se convertiría en el diagnóstico de hipertrofia ventricular izquierda, afección que cambia la estructura y el funcionamiento del corazón.
Ante sus nuevos problemas de salud, Luis Eduardo se acercó a la directora del IT Tlalpan, Margarita Ramírez Bravo, para decirle que “fuera buscando un nuevo subdirector académico para terminar el ciclo escolar, porque yo nada más iba acabar ese semestre”; explica, ya que en un principio pensó que el problema era la altura del entonces Distrito Federal.
“Cuando comencé a tener problemas (de salud) pensé ‘mejor me regreso’, pero mi directora me dijo que había un acuerdo; yo no sabía que existía el Acuerdo 93, un acuerdo secretarial”.
El Acuerdo 93 “establece normas para la prestación de servicios del personal directivo y funcionarios docentes de los Institutos Tecnológicos dependientes de la Secretaría de Educación Pública”, según el propio documento de la SEP. Dicho acuerdo consta de 12 artículos, en donde el artículo séptimo corresponde a los directivos docentes. En su octava sección, especifica que estos pueden “Incorporarse al centro de trabajo deseado, al término de su gestión directiva, a cuyo efecto se facilitará su integración, con el fin de aprovechar al máximo sus experiencias acumuladas”, una opción que Luis Eduardo tomó acompañado de su esposa.
El siguiente paso, antes de empezar el papeleo, era escoger el lugar y el Tecnológico al que se iría. Por su problema en el corazón, decidieron vivir en Veracruz en caso de una emergencia médica, ya que dice, a pesar de vivir en Tuxtepec lo habrían mandado para el puerto de Veracruz.
Para escoger el Tecnológico tenía entonces solo dos opciones: el Tecnológico de Veracruz -que dice tenía muy mala reputación administrativa- y el Tecnológico de Boca del Río. Con cierta ironía, explica que pensó “pues me voy a donde haya paz”.
El principio de las irregularidades
Al realizar su cambio de inscripción del Tecnológico de Tlalpan al Tecnológico de Boca del Río, explica que los problemas se presentaron en el semestre de agosto – diciembre del 2016, cuando el subdirector administrativo del IT Boca, le notificó que no podía asignarle horas debido a que todavía no tenía el documento del cambio de inscripción.
Esta noticia le preocupó a Luis, ya que durante el semestre enero – junio, meses en los que dio clases, no recibió algún comentario sobre un posible problema con su trámite. “Me comuniqué a México para saber qué era lo que estaba pasando con mi cambio de inscripción; por qué todavía no había llegado si era inmediato y yo lo hice utilizando el Acuerdo 93”.
En aquel momento, el director del Instituto Tecnológico de Boca del Río era José Manuel Rosado Pérez, a quien la Secretaría de Educación Pública le notificó el 11 de enero del 2016, mediante un oficio membretado, que el cambio de adscripción del maestro Luis había sido autorizado desde el 1 de enero del mismo año.
“La gente honrada estamos en la indefensión porque los derechos humanos no son para nosotros”
Tras este primer retiro de su carga académica en el semestre agosto-diciembre del 2016, siguió otra en el semestre agosto–diciembre del 2019, donde sí le fue asignado un horario donde, dice, le quitaron de último momento los grupos asignados para clases en línea.
Finalmente, desde el semestre enero–junio del 2023 hasta la fecha, al maestro Luis Eduardo Argüello Ahuja no le han sido asignados grupos a pesar de aparecer como profesor titular B de tiempo completo en el Instituto Tecnológico Nacional de México, según la Secretaría de la Función Pública.
Entre esta situación y las que se describirán más adelante, el maestro Luis Eduardo recibió cada quincena hasta el mes de marzo. A partir de abril, ya no cobró ninguna a pesar de ser trabajador del Tecnológico “porque a mí nadie me ha dicho que ya no”. Durante esos semestres intermitentes en los que el profesor no daba clases, explica que él se presentaba de igual forma a las Instalaciones del Instituto Tecnológico Nacional de Boca del Río a dar asesoría a los estudiantes que lo requirieran, a pesar de que no le permitieran registrar su entrada de 9 de la mañana a 5 de la tarde en el reloj checador.
En el transcurso de todo este tiempo, Luis Eduardo explica que además diversos derechos y peticiones le han sido negadas e ignoradas, como lo han sido:
• No poder participar en el Estímulo al Desempeño Docente,
• No poder participar en el Proyecto Promocional Docente,
• No recibir el cambio de nómina de Zona Económica II a Zona Económica III,
• No recibir la licencia por 5 días de paternidad que solicitó,
• La negativa de los trámites de mis estímulos por 15 y 20 años de antigüedad, y
• La negativa al apoyo para los anteojos.
Además, ha enviado diversos documentos y correos a distintas autoridades del Instituto Tecnológico Nacional de México, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a la Secretaría de Educación Pública, al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador e, incluso, presentó dos demandas ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje en el 2020 y el 2022.
Entre estos reclamos, explica que incluso en aquellos semestres en que no se le fue asignada una carga académica, continuó recibiendo sus quincenas hasta marzo del 2024. A partir de abril, ya no cobró ninguna, por lo que en junio decidió vender las tortas que le aprendió a su mamá de niño.
Ante las situaciones narradas por el maestro Luis Eduardo Argüello Ahuja, La Silla Rota Veracruz intentó comunicarse con el Instituto Tecnológico de Boca del Río para una postura, pero no hubo respuesta.
De maestro a comerciante: vivir al día
“¿Alguna vez le ha llovido sobre mojado?” es la pregunta con la que inicia para explicar su situación económica, emocional y psicológica el maestro Luis Eduardo Argüello Ahuja. Con tristeza, explica que en un buen día logra vender 15 o 20 tortas afuera del IT Boca, a donde llega con su gorra color azul y su carrito de tela para intentar solventar los gastos de su familia.
“A parte de tortas ahora vendo dulces, porque tendría yo que vender al menos 100 tortas diarias para poder… Cuando tenemos un buen día de venta de tortas lamentablemente salen otros gastos ¿y así cómo?”, describe ya con los ojos rojos y la voz entrecortada.
Sin embargo, cuando habla sobre su estado de salud, no puede evitar llorar. “No me puedo dar el lujo de irme a urgencias… ¿qué hacemos si me internan?”. Continua “Sí hay ocasiones donde siento los problemas que tengo por la válvula aórtica… estoy tomando medicamentos para la depresión, para dormir, esto me llevó al psiquiatra. Afortunadamente no me han dado formalmente de baja (del Tecnológico)”, menciona.
Debido a la delicada situación en la que se encuentra, muchas veces son ayudados económicamente por familiares y amigos, ya que luego “no vemos la claridad”. En la última hoja de evolución realizada por el ISSTE, refiere:
“Masculino de 64 años con Distimia (depresión prolongada), hipertenso y con cardiopatía además de hiperplasia prostática (…) el afecto refiere mejoría de su estado de ánimo pero aún hay ánimo depresivo, lapsos de tristeza con llanto, lapsos de ansiedad de tipo reactivo a conflictiva laboral”.
“Yo creo que quieren matarme”, expresa el maestro. Finalmente, explica que lo único que quiere es la validación de sus derechos que le han sido negados durante 8 años y dos meses.
ys