VERACRUZ, VER. - La primera vez que Armando Hernández tomó un bote de pintura en aerosol descubrió un nuevo mundo de colores fascinantes, letras llamativas y un arte que se aprende en la calle. Con 14 años de edad supo que se dedicaría al grafiti sin saber que su talento lo llevaría a que su trabajo fuera reconocido y admirado por muchas personas.
Actualmente Armando tiene 39 años y murales y grafitis recorren bardas de parques, avenidas y negocios en la ciudad de Veracruz bajo la firma Riesk. Los tonos azules, que representan el mar, las aves como las gaviotas y todo lo que tenga que ver con enaltecer la cultura veracruzana es lo que trata de impregnar en cada obra.
El artista puede presumir que sus diseños lo llevaron a trabajar con autoridades municipales, el grupo reguetonero La Dinastía y su más reciente colaboración con el equipo de baloncesto Halcones Rojos. Con el equipo profesional de basquetbol del puerto de Veracruz colaboró para realizar el jersey que utilizarán los jugadores en esta temporada y un mural que será exhibido a finales de agosto.
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“El equipo Halcones me llamó para pintar un mural en el auditorio Benito Juárez, pero antes elaboramos un jersey de la temporada, con tonos azules, referencia al cielo y al mar de Veracruz y trasfondo de esto lleva unas firmas que dicen Veracruz, garra, halcones. Terminé la parte del jersey y ahorita estoy terminando el mural del auditorio”, cuenta.
Fueron 5 días que se dedicó exclusivamente a elaborar los diseños de estos uniformes. Desde los bocetos hasta los colores que se utilizaron, aunque en un inició había realizado un jersey enfocado más al arte urbano, la estructura no encajaba con algunas normas que se debían respetar, por lo que realizó otro, el cual fue aprobado.
Ahora trabaja en un mural que será mostrado al público en los próximos días, por lo que no puede hablar mucho sobre los detalles y cómo será, ya que asegura es una sorpresa para el público y los aficionados del baloncesto en Veracruz.
“Se siente mucha satisfacción que te busquen para pintar murales y más que nada para hacer emblema en las cuestiones veracruzanas. Hay mucho talento aquí en Veracruz”.
Se puede vivir del arte
El gusto por el grafiti comenzó en la Ciudad de México. Cuando tenía 12 años la familia de Armando dejó el estado de Veracruz y se fue a vivir al entonces Distrito Federal; fue entre las calles de la capital y en compañía de más amigos de su misma edad que conoció este arte urbano.
Las bardas deterioradas por el paso del tiempo y abandonadas fueron el lienzo principal para practicar. Bajo la experiencia de otros compañeros aprendió a usar válvulas, combinar aerosoles y hacer bocetos.
Con 15 años regresó al estado de Veracruz y puso en práctica todo lo aprendido. Se unió con sus compañeros de la escuela y creó un grupo para pintar bardas de forma más consciente y obras más elaboradas.
Fue ahí, entre sus compañeros de escuela que vendía sus dibujos. Armando también descubrió que sí se podía vivir del arte y que podría convertir su pasatiempo favorito en un trabajo formal que le permitiera mantener a su familia.
“Yo estudié en el Cetmar, mis bocetos los intercambiaba por tortas, refrescos y cosas de ese tipo. Ahí es donde te empiezas a dar cuenta de que sí podrías vivir de algo que te gusta, como de tus sueños. Los vas perfeccionando y te compras colores mejores, empiezas a cobrar ciertos dibujos que haces”.
En su etapa adulta dejó el grafiti durante cuatro años para poner un negocio dedicado a la aerografía, pues su hija había nacido y requería de un ingreso constante, pero tiempo después retomó su gusto por los murales. Desde entonces combina su trabajo en su estudio con el arte urbano.
Un proyecto que resalte a Veracruz
La inspiración de Armando para crear murales que representen a Veracruz, viene de la convivencia con la gente que habita las colonias de la ciudad. Conocer su historia, la los barrios y cómo fue construida son elementos valiosos que utiliza el artista para crear sus obras.
Armado dice que el mural se enfoca a la sociedad, es importante que cada obra llegue a la gente que lo vea, que recuerde algún momento o personaje y no solo que sea atractivo a la vista. Una de sus obras que más lo marcó fue la que realizó en el Parque España, en el reconocido Barrio de La Huaca.
Convivir con la gente que lo veía pintar y que a diario se acercaba para contarle su experiencia de vida, fue la mayor fuente de inspiración que tuvo.
“En ese mural de La Huaca, pinté las casas de madera y la gente que pasaba se acercaba a contarme historias. A hablarme del tipo de puertas que había, del barrio de tablas. Entonces, a partir de ahí empiezo a construir mis murales más del tipo social. Me gusta lo prehispánico y enaltecer la cultura veracruzana”, afirma.
Armando tiene un proyecto en mente que realizará en los próximos meses, esta idea es hacer homenajes en forma de murales a personajes emblemáticos de Veracruz, personas de la vida cotidiana que se quedaron marcadas en la memoria de los jarochos por sus actos o por ayudar a la gente.
“Hay una señora que se llamaba Perlita, salía en el carnaval; la mayoría son fallecidos, el bomberito, hay historias que se cuentan de él. El Ingeniero, que también andaba por la avenida Independencia dando clases a los del tecno. Entonces estoy investigando, buscando imágenes de ellos para pintarlos en bardas del barrio”, explica.
El proyecto que planea será financiado por él, pero está abierto a que más personas se unan para donar sus bardas o patrocinar los murales.
mb