XALAPA, VER.- De 10 o hasta 30 pesos es la cuota que cada familia debe de pagar cada 3 días para la recolección de basura en Naolinco. La clausura del tiradero a cielo abierto que se encontraba en el municipio está pegando en el bolsillo de los pobladores y genera todo tipo de críticas al gobierno del morenista Luis Montero Hernández.
Algunas familias deben desembolsar 60 pesos a la semana para poder sacar los residuos a falta de un vertedero que cumpla con las normas ambientales. Tras la clausura del tiradero a cielo abierto que tenían, ahora los ciudadanos deben de costear el traslado de los residuos hasta rellenos sanitarios de municipios alejados.
No todo es negativo. Familias como las de Leticia Sosa se están acostumbrando a separar residuos entre sólidos y orgánicos. Además, la gente apoya a sacar la basura cada tercer día, sin embargo, los pagos extras son los que generan inconformidad por la poca transparencia respecto al destino del dinero recaudado.
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Y es que hace unas semanas, un incendio en el basurero municipal, aparentemente provocado, desencadenó en la clausura de este, con la prohibición de no volver a depositar desechos en la zona. Esta semana la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente (PMA) autorizó el traslado de basura de los hogares a un centro de transferencia temporal para su posterior traslado a un relleno sanitario.
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Así, las medidas adoptadas por el presidente municipal, al que reprochan su trabajo en poco más de un año de gestión, no son bien vistas por el grueso de los pobladores, pues se trata de un gasto que impacta directamente en su economía.
Mientras todo ello ocurre, la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) intenta convencer a algunos municipios, entre ellos Naolinco, para que se pongan de acuerdo y hagan un relleno sanitario en conjunto en la región.
Pueblo inconforme
Para las amas de casa, el que se hayan cambiado los días y horarios de recolección de los residuos no es el único problema, sino que ahora los ciudadanos además del pago de sus impuestos usuales ahora deben pagar entre 5 y 30 pesos dependiendo de la cantidad de basura que generan, aunque no necesariamente sea la cantidad establecida por el propio ayuntamiento.
“Imagínese estar pagando 10 pesos por una bolsa. Si suma usted la semana si van siendo como 50 o 60 pesos. Antes no se cobraba y pasaban diario; se me hace muy injusto y caro estar pagando esa cantidad”, señala una de las mujeres afectadas, quien prefiere que se omita su nombre.
La mujer enfatiza en lo incómodo que es tener la basura en sus casas esperando a que el camión recolector pueda pasar por ella. Recuerda que, en la administración municipal anterior, aunque la recolección era semanal, únicamente pagaban un peso invariablemente de la cantidad de residuos.
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Señala que, en su caso, siempre ha sido una ama de casa consciente que separa los residuos entre papel y cartón, orgánicos, inorgánicos, plásticos y demás, sobre todo por su propia salud, aunque insistió que ahora las reglas del juego son injustas “porque nunca se había pagado esa cantidad”.
Tras las consecuencias del incendio, igualmente pasaron varios días sin que la basura fuera recolectada, reiterando que cuando les avisaron de la reanudación del servicio, ya venía con cuotas que, al paso de los meses, se tornan difíciles de pagar.
Además, reprochó que, aunque el gobierno municipal ha insistido en que los ciudadanos deben ayudar con la separación de los residuos, en los hechos a la hora de la recolección, todos son revueltos.
Y es que, en días pasados, el alcalde Luis Montero Hernández, de Morena, advirtió que las familias deberían pagar cuotas que van desde los cinco hasta los 30 por lona o bolsa de basura, para costear el traslado de los residuos a sitios de disposición final.
Sin embargo, de acuerdo con los vecinos de Naolinco, en realidad el cobro se hace sin respetar estos parámetros ya indicados por la autoridad municipal.
Ante estas acciones, los naolinqueños se sienten desprotegidos por su propia autoridad y han empezado a cuestionar el trabajo del edil a más de un año de haber ascendido al poder. “Para más Coacoatzintla está creciendo. Este es el centro -de Naolinco- y mire cómo está, muerto, porque el presidente no está haciendo nada”, reprochó.
Agregó que el enfoque turístico de Naolinco impulsado fuertemente por otros gobiernos, ha sido frenado por el morenista, al que la mujer acusa de ni siquiera ser vecino del municipio y cuyas acciones derivan en inconformidad de los habitantes.
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La mujer señaló que varios de sus conocidos se encuentran inconformes con el proceder de la autoridad, pues no ha habilitado camiones adecuados para la recolección, y en cambio lo hacen camionetas de redilas, pese a que gran parte de los habitantes se encuentran al corriente en sus pagos de impuestos.
“Que haga algo. Vamos para atrás”, reprocha.
Leticia Rosas, otra de las habitantes que resiente los nuevos cobros y la estrategia de recolección implementada a raíz de los incendios, enfatizó que algunas personas no pueden estar pagando tales cantidades al ser de bajos recursos.
Y aunque reconoció que de entre lo malo, lo mejor es que se reanudó la recolección, pues pasaron casi dos semanas para que los residuos sean llevados.
Ahora, simplemente busca adaptarse a los nuevos lineamientos, enfatizando que al igual que otras amas de casa separa sus desechos en orgánicos e inorgánicos, pero al final es el camión el que vuelve a revolver todo, echando por la borda los esfuerzos que hacen quienes clasifican la basura.
En su caso, relató que su familia, compuesta por tres personas, produce unas o dos bolsas de basura al día, pero el precio que ahora pagan aun no les impacta, pues no sacan sus residuos las tres veces a la semana que suena la campana.
Lo que sí lamentó es que hay vecinos que no pueden pagar las cantidades solicitadas por el ayuntamiento y luego deban esconderse al no tener los recursos.
Plantean relleno sanitario común
Sobre todas las repercusiones que reclaman los habitantes de Naolinco, la Sedema busca la alternativa de un relleno sanitario en Yecuatla o Misantla -que ya presentaron algunos proyectos- para municipios de la zona como Chiconquiaco, Juchique de Ferrer, Yecuatla y Naolinco.
Juan Carlos Contreras Bautista, titular de la dependencia señala que actualmente el sitio más cercano para el depósito de la basura es Perote o Xalapa e incluso Gutiérrez Zamora, lo que elevaría aún más el costo de traslado y disposición final que tiene forzosamente que costear el municipio, aunque ahora lo están pagando los habitantes.
Explicó que los municipios pequeños, con menos de 10 mil habitantes pueden acceder en conjunto a tener un relleno sanitario con todos los lineamientos al respecto, pero con menor impacto a sus bolsillos.
“Aquí lo importante es que se realice un manejo adecuado, porque también puede ser un relleno sanitario muy bien construido, pero si se deja o se abandona, puede pasar a ser un basurero, que es lo que muchas veces pasa”, advirtió.
Y es que diariamente, cada veracruzano produce al menos, en promedio, un kilogramo de basura, de acuerdo con un análisis realizado por la Universidad Veracruzana (UV) en 2018 con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e información (INEGI).
El análisis de la máxima casa de estudios evidenció que cada día se producían en Veracruz, con corte a ese año, 6 mil toneladas de basura y 2 millones 200 mil al año.
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En la ciudad de Xalapa se producen aproximadamente 400 toneladas diarias de residuos y 146 mil al año; residuos de los cuales aproximadamente el 70 por ciento es aprovechable; y de este porcentaje la mitad corresponde a materia orgánica.
Así, el INEGI y la Universidad Veracruzana alertan sobre la gravedad que representa la generación diaria por persona, debido a que las cifras de producción diaria de desechos se contraponen a los alcances, apenas mínimos, que se han logrado para el manejo adecuado de los residuos.
Sobre esto, la Sedema iniciará de nueva cuenta, una serie de capacitaciones a los municipios para mostrarles todo lo concerniente al manejo de los residuos, pues no basta con haber enseñado ya a 150 municipios la sustentabilidad del problema y la manera en la que pueden reglamentar el manejo.
Reveló que actualmente 70 municipios cobran el servicio de recolección y aunque unos más reacios que otros, avanzan dichos lineamientos.
“Puede ser gradual, no que siempre la población pague todo el servicio, pero sí que se vaya generando este sentido de la responsabilidad; el que más contamina, es el que más paga, es un principio de justicia”, enfatizó.
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