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“No me dejaré vencer”: Inocencia lucha contra el cáncer de mama en Veracruz

Inocencia fue diagnosticada con cáncer de mama en mayo de este año, a casi 5 meses de vivir con esta enfermedad cuenta el proceso de su tratamiento y cómo lucha todos los días para ser una sobreviviente

Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER. - Los mechones de cabello de Inocencia Mellado Poceros se deslizan por sus hombros y lentamente caen al suelo. El silencio se apodera de su casa y de su familia, un mutismo lleno de respeto y melancolía que solo es interrumpido por el ruido de la máquina de cortar pelo. En mayo del 2023 fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 3 y hoy continua la lucha contra la enfermedad en Veracruz.

La cara de Inocencia, de 43 años, parece un tempano de hielo. A veces cierra los ojos por el dolor que le causa desprenderse de su cabello. Hace un par de semanas cortó paulatinamente su largar y rizada cabellera que le llegaba hasta la cintura, fue un consejo que le dio la psicóloga para que el golpe de raparse no fuera tan duro.

“La primera vez me lo corté a la espalda y de ahí me lo volví a cortar al hombro, de ahí decidí cortármelo más chiquito, porque la psicóloga dice que hay que empezar a trabajar en la mente, para que yo dijera que es un cambio de look. Sin embargo, la mente te traiciona. Ahorita que veo que mi cabello se cae en pedazos, no lo supero. Es muy fuerte el perder el cabello”, dice.

La mujer que sostiene la máquina es su hija, Erika, quien la acompaña en el proceso, al igual que toda su familia. Minutos antes rapó al esposo de su mamá, Agustín, en un símbolo de solidaridad y apoyo a su esposa, también decidió cortarse el cabello.

Un diagnostico que la llevó a la depresión

Una de las cosas que más caracteriza a Inocencia no era su cabellera, sino su amplia sonrisa que se asoma cada vez que habla de sus hijos, de su esposo y de su pasatiempo favorito que es vender ropa por internet.

Esa sonrisa hace unos meses se desvaneció, el día que fue diagnosticada. El 27 de mayo se dio cuenta que tenía un bulto en el pecho izquierdo, de inmediato llamó a su médico particular y al siguiente día le realizaron una mastografía para descartar que el tumor no era maligno.

Sorpresivamente los estudios arrojaron que esa bolita solo era una acumulación de grasa y que, al parecer, no era cáncer, pero Inocencia no quedó conforme, debido a que en su familia una tía murió por causa de esta enfermedad y temía que ella también lo hubiera heredado. Decidió sacar una muestra de sus ganglios para mandarlos a analizar y que el diagnostico fuer más certero.

La organización American Cancer Society señala en un artículo que alrededor del 5 por ciento al 10 por ciento de los casos de cáncer de seno son hereditarios, esto significa que se originan directamente de cambios genéticos (mutaciones) que se adquieren de uno de los padres.

VIDEO mira la entrevista con Inocencia, paciente de cáncer

Para el 29 de mayo el médico le dijo que los resultados habían confirmado que tenía cáncer de mama, por lo que debía empezar el tratamiento lo más rápido posible. En ese instante la mente de Inocencia se nubló y las lagrimas no dejaron de brotar de sus ojos.

“Me puse a llorar. Es una noticia que te impacta, como que todo se te borra de la mente y caí en depresión. Yo pensé que me iba a morir, sin embargo, mi esposo buscó una ayuda para que asimilará lo que me habían dicho. Porque yo pensaba que al tener cáncer me iba a morir en seguida”, explica.

Después del diagnóstico entró en depresión, cuenta que se la pasaba encerrada en su cuarto y no paraba de llorar, hasta que conoció Casa MAM, una asociación civil del puerto de Veracruz conformada por mujeres que se encarga de brindar medicamentos, apoyo psicológico y pelucas oncológicas a las pacientes.

Socializar con mujeres que también se encuentran en el mismo proceso, unas que ya superaron la enfermedad y otras que están a punto de curarse, se convirtió en una lección donde aprendió que el cáncer no la “iba a matar” como dice.

El apoyo de su familia también es un factor importante para que poco a poco saliera de la depresión y retomara algunas actividades que había dejado de hacer. Aunque por el momento tiene muchas restricciones, está consiente que muy pronto se podrá mejor.

Roxana Guízar, presidenta de Casa MAM, indica que la detección oportuna es importante para que las y los pacientes que padecen esta enfermedad puedan sobrevivir. Por lo que cada octubre y todos los días realizan diferentes eventos para concientizar a las personas y revisen sus senos.

Actualmente la asociación apoya a 78 mujeres; no obstante, todos los días acuden a realizarse estudios para la detección oportuna. Señala que con la pandemia de la covid-19 las mujeres dejaron de realizarse los chequeos en hospitales por el miedo de contagiarse del virus, por lo que muchas llegaron con síntomas avanzados.

“Desgraciadamente hubo fallecimientos de gente que ya había sido diagnosticada y no siguió su tratamiento y muchas personas que les daba miedo salir y no se checaron. El año pasado tuvimos 16 fallecimientos (de mujeres) del 2020 al 2022 y ahorita llevamos dos”, lamenta.

Su lucha

Tras ser diagnosticada y después de haber superado la depresión acudió al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para recibir su tratamiento. El 26 de junio le realizarle la mastectomía, donde le retiraron el pecho izquierdo, lo que también representó un duro golpe, pero no tanto como perder su cabello.

“La primera vez que me quité mis vendas y vi que no tenía el pecho, pues sí me dolió, pero siento que el cabello me está doliendo más”, afirma.

Su primera quimioterapia fue el 12 de septiembre y la segunda este 10 de octubre. Cada que tiene que ir a una cita su esposo se levanta temprano para acompañarla, nunca la deja sola, afirma. Aunque en la primeas sesiones de la quimio fueron desgastantes, sabe que lo mejor es que su ánimo no decaiga para que sus defensas estén fuertes.

Para completar el tratamiento y erradicar por completo la enfermedad requiere de otras 14 quimioterapias, por lo que admite no será fácil. A veces termina cansada, también tiene que estar en constante cuidado para que su brazo no tenga complicaciones por la mastectomía. Sabe que el tratamiento es largo, pero confía que muy pronto pueda tocar la campana como símbolo de que el cáncer está curado.

“Espero que, al contar mi experiencia con el cáncer pueda ayudar y animar a más personas que se revisen, que se chequen, porque ahorita soy yo, pero le puede dar a cualquiera. Nadie está exento”.

mb