“Los maestros les piden artículos a los niños para adornar los salones, esperamos eso para que compren en este puesto o en los de mis compañeros”, Luis Organista Sosme, quien desde hace 17 años se dedica a la venta de adornos patrios en el puerto de Veracruz.
Como cada año, el comerciante de 49 años abandonó su natal San Andrés Tuxtla para trabajar durante 18 días en la ciudad de Veracruz. Luis y otros nueve vendedores de artículos patrios que trabajan para el mismo patrón, ponen sus esperanzas en el regreso a clases.
De acuerdo con el secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar García, un millón 386 mil nueve estudiantes volvieron a las aulas de 20 mil 471 planteles de educación básica el pasado lunes 29 de agosto, tras dos años de ausencia por la pandemia de la covid-19.
Para Luis Organista Sosme, los principales clientes de los vendedores de artículos patrios son los padres de los estudiantes; sin embargo, la competencia es mayor que nunca. El comercio de adornos para las fiestas mexicanas aumentó en puestos ambulantes y tiendas fijas.
“Por la pandemia ya no es como antes, hay mucha competencia ahora en las tiendas y bajó un poco la venta, pero esperamos que se componga”, señala.
A dos años de los primeros casos de la covid-19, Luis y sus compañeros aún resienten los daños de la pandemia. El comerciante espera que las ventas de los productos mexicanos sean mejores que las de 2019, cuando la mayoría de los alumnos todavía tomaban clases virtuales.
¿Qué es lo que más se vende?
Los puestos ambulantes de artículos patrios lucen repletos de rehiletes, medallones grandes, campanas, faroles, chiles, sombreros, guitarras, aretes, prendedores y guitarras, lo que más busca la gente rumbo a las festividades de septiembre, según Luis.
Debido a que en 2021 las ventas fueron bajas y este año la competencia aumentó, sus patrones pusieron los productos a precios más accesibles, que van desde los 25 a los 80 pesos.
Los precios que Luis tiene en su puesto son los siguientes:
- Rehiletes: 25 pesos
- Aretes: 30 pesos
- Medallón grande 85 pesos
- Prendedores: 35 pesos
- Farol chico 35 pesos
- Guitarras: 70 pesos
De la albañilería al ambulantaje
La semana pasada, Luis dejó su estancia en Axochío, una localidad de aproximadamente mil 400 habitantes que se ubica a media hora de la cabera municipal de San Andrés Tuxtla. El hombre vive de la albañilería en la comunidad, donde los pobladores se dedican mayormente al comercio y al campo.
En Axochío vive con su esposa Milca, con quien tiene dos hijos, Alma Delia y Jorge Luis, de 36 y 32 años, respectivamente. Sin embargo, cada que viaja al puerto de Veracruz para trabajar como comerciante lo hace solo.
Debido a que el ayuntamiento de Veracruz apenas entregó los permisos de venta, colocó su puesto semifijo de artículos patrios en la calle Hidalgo, entre Canal y Cortés, hasta el pasado domingo 28 de agosto.
Luis gana 250 pesos diarios como comerciante de guitarras, sombreros, rehiletes, campanas, guías de plástico y otros adornos relacionados con la celebración del Grito de Independencia. El puesto semifijo es propiedad de sus patrones, Tomás y su esposa, quienes son originarios de Toluca.
De acuerdo con Luis Organista, sus ingresos como albañil en Axochío, su comunidad de origen en San Andrés Tuxtla, son mayores a los que gana como vendedor de artículos patrios. A veces obtiene 500 pesos diarios en la construcción, sin embargo, cada septiembre prefiere trabajar con sus patrones toluqueños.
Junto con él, hay otras nueve personas establecidas en puestos semifijos alrededor del Centro Histórico y de la zona de mercados de Veracruz. Todos son trabajadores de Tomás y su esposa, quien alquila un local cerca del área para que sus empleados duerman y guarden la mercancía durante los días de la venta.
Luis y sus compañeros forman parte de las dos millones 209 mil 20 personas que, según datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) del estado, se emplean de manera informal en Veracruz.
Una semana después de iniciada la venta de artículos patrios, los puestos ambulantes que se ubican en los alrededores de la zona de mercados lucen repletos de mercancía verde, blanca y roja. Las ventas aún son bajas, asegura Luis Organista.
El comerciante espera que este año les vaya mejor que el anterior. En 2021, todavía sintió los daños que dejó la pandemia. En ese entonces no hubo regreso a clases y su puesto quedó casi como al principio, lleno de mercancía que tuvo que devolverles a sus patrones. “Poco, pero sí va jalando”, concluye.
mb