XALAPA, VER.- Silvia Jazmín desapareció el 14 de agosto de 2019, tras salir de su casa en la colonia Petrolera, de Minatitlán, hacia una cita en el negocio de uñas “Cielo Mío” ubicado en el centro de la ciudad, al filo de las 16:30 horas.
Al día siguiente, la trabajadora de PEMEX fue hallada en un basurero sobre la autopista Nuevo Teapa-Cosoleacaque; su cuerpo estaba calcinado desde la cabeza hasta las rodillas y gracias a pruebas de ADN se pudo identificar a la joven que, al momento de su muerte, tenía 25 años.
Posteriormente, su automóvil fue encontrado abandonado en la colonia Villas del Sur, ubicada cerca de la terminal de autobuses de Coatzacoalcos. Su amiga Andrea colaboró con las autoridades para las investigaciones, sin embargo, meses más tarde terminaría siendo ligada al feminicidio y años después sentenciada a 70 años de cárcel.
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Las indagatorias, dentro de la carpeta de investigación SUIPJ/DXXI/FE1/500/2019, llevaron al entonces novio de Silvia Jazmín, Aldo “N”, también trabajador de PEMEX, como el principal sospechoso de ser el autor material; en medio de la tragedia, el hombre se dio a la fuga en una ambulancia de la empresa del estado, ayudado por otros familiares, entre ellos su tío Jorge Wade, ex tesorero del ayuntamiento minatitleco. Silvia nunca ha querido declarar en contra de él argumentando que “no le consta” que haya perpetrado el crimen contra su amiga.
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El caso dio dos giros sorprendentes. El primero cuando empezó a circular en redes sociales un ofrecimiento peculiar: 400 mil pesos de recompensa al grupo delictivo o persona que pudiera asesinar a Aldo “N” y, el segundo, cuando se señaló a Andrea como presunta cómplice.
El 14 de julio de 2020, Aldo Adán fue detenido en Córdoba como principal sospechoso del feminicidio. El 3 de diciembre de ese mismo año, también fue capturada Andrea “N”, sobre quien ahora pesa la máxima condena por este delito, misma que fue impugnada y está bajo análisis del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
La impugnación ante el Tribunal acaba de presentarse y los abogados de Andrea sostienen que pruebas inverosímiles aportadas por la Fiscalía deben desestimarse, pues de lo contrario se demostrará que el Poder Judicial está actuando en contubernio con la Fiscalía para generar un “chivo expiatorio” sobre este caso para sentenciar al autor material.
En entrevista Lorena Jara Fonseca, madre de Andrea, acusa que la investigación está plagada de irregularidades: testigos que afirman haber presenciado el asesinato pero que no avisaron a las autoridades y tampoco se presentaron a declarar; videos que no pudieron ser recuperados; testigos fabricados desde el despacho de la abogada de la familia, entre muchas otras.
ENAMORADO DE JAZMÍN VIO FEMINICIDIO
En entrevista para este medio, Lorena Jara Fonseca critica diversos puntos de la teoría del caso en la que la Fiscalía basó la acusación. De entrada, destaca la improbabilidad de que, durante todo el proceso de investigación previa, la FGE nunca pudo dar con un solo testigo de los hechos; sin embargo, al año de haberse perpetrado el crimen, no solo encontró a un testigo ocular sino a dos, a quienes mantienen como testigos con identidad reservada luego de que acudieron a declarar voluntariamente.
Uno de ellos es el T02, un supuesto vendedor de dulces en antros de la zona sur, que de acuerdo con la autoridad era amigo de Silvia y estaba enamorado de ella; su testimonio afirma que estuvo presente al momento en que Aldo “N” dio muerte a la joven con una versión que resulta increíble para la familia de la sentenciada.
De acuerdo con T02, la amistad con Silvia Jazmín era tal que la joven le contaba sus problemas, entre estos, los supuestos malos tratos de su novio y de su mejor amiga, así como la sospecha de que ambos tenían una relación a sus espaldas.
“Supuestamente le dice que Aldo era agresivo. En una ocasión que llega Andrea le dice ‘ella es mi mejor amiga’, lo mete en el entorno, según la narrativa de la declaratoria de T02, inclusive le platica de su noviazgo”, señala uno de los familiares de Andrea, de quien se omite su nombre.
Para dar “sustento” que el testigo y la víctima se conocían, la teoría del caso indica que un día, el vendedor de dulces transitaba de Acayucan hacia su domicilio en el Cerro de Nanchital, cerca de Las Choapas, pero al pasar por Minatitlán le dio sed y entró a una tienda Oxxo, ubicada en el boulevard Institutos Tecnológicos.
Según la carpeta, el hombre bajó y compró un refresco y algo de comer. Precisamente en el momento que salió de la tienda y se dirigió hacia su motocicleta, vio pasar un vehículo rojo que daba la vuelta sobre esa avenida. Aunque ya eran cerca de las 11 de la noche, supuestamente logró ver que en el coche iban Silvia Jazmín, Andrea y Aldo a bordo.
Al verla pasar T02 sigue el vehículo para poder platicar con Silvia Jazmín, ver el lugar donde vivía para, después, concertar una cita para entablar una relación, según el relato que hizo en el juicio.
Mencionó que el coche siguió su curso y se detuvo cerca de una escuela; para este momento, el dulcero se apena y en lugar de bajarse de la motocicleta y abordar a la joven se sigue unos cien metros más, da la vuelta y desde ese punto ve que los tripulantes del carro bajan del vehículo.
T02 agrega en su testimonio que es testigo de que hay un forcejeo entre Silvia y su amiga; que en un momento Aldo saca un arma, hinca a Silvia y le pega un tiro. Supuestamente él arranca su moto, pasa frente a ambos y se va a su casa, sin reportar lo que vio ni acudir a las autoridades o pedir auxilio para la joven, lo que habría hecho hasta un año después.
La FGE sostiene que el vendedor de dulces se acercó a la Fiscalía “por su propio pie” el 8 de septiembre de 2020, perturbado por los hechos que presenció un año atrás. Sin embargo, la familia expuso que el supuesto enamorado de Silvia Jazmín estuvo preso en el Cereso de Coatzacoalcos de octubre 2019 a octubre 2020 por otros delitos, por lo que para la familia es imposible haber obtenido su testimonio en los términos que maneja la autoridad.
TESTIGO DECLARÓ UN AÑO DESPUÉS
Otro testigo ocular, el T05, es una mujer de la que la familia tuvo noticias hasta el día de la audiencia intermedia, pese a que ya había transcurrido el plazo para presentar los medios de prueba.
Dicho testimonio indica que la testigo llegó a Minatitlán desde Monterrey. Cuando iba en tránsito para encontrarse con una amiga, también se detuvo en un Oxxo, pero ya sobre el punto donde la joven fue privada de la vida.
La mujer dice en este caso que vio un vehículo que llegó y se estacionó, visibilizando que de este salieron un hombre y una mujer que, a su vez, cargaban el cuerpo “muy ensangrentado” de otra mujer, al que metieron a la cajuela, pese a que eran las 11 de la noche.
Supuestamente, ella se escondió para terminar de ver el acto y posteriormente se fue. Luego, de acuerdo con la narrativa, se entera por redes sociales de la muerte de Silvia y logra identificarla inmediatamente sin importar que solo la había visto al momento del crimen y no la conocía.
Sin embargo, la supuesta testigo no se presentó a declarar hasta más de un año después, cuando supuestamente ya no podía vivir con eso en su conciencia. Durante el juicio, se evidenció que la mujer testigo en realidad llegó a Minatitlán el 19 de agosto, cinco días después de la muerte de Silvia, además de que es conocida y colaboradora de la abogada Isabel Morales en una de las asociaciones civiles que financia, según las pruebas de la defensa.
Una irregularidad más entre ambos testigos es que los dos refieren el supuesto lugar donde se le dio muerte a Silvia -cerca de una escuela- mientras que la FGE sostiene que encontró los casquillos percutidos del arma homicida de Silvia en el basurero, sitio donde estaba quemada.
A los dichos se suman otros testigos, el T01 y el T04, que aparentemente coinciden en los supuestos malos tratos de Andrea y Aldo hacia Silvia.
Una irregularidad más denunciada por la familia de Andrea es que el análisis técnico a la geolocalización de los teléfonos practicado por peritos de la FGE, supuestamente ubica a Andrea en el lugar donde se dio muerte a Silvia, pero la familia confirmó con un perito externo -al que no querían ceder el aparato en cadena de custodia-, que el celular al que se le realizó ese análisis, no era el de la condenada, al exhibir que tanto el número de teléfono como de IMEI, eran incorrectos y no corresponden a su número de celular plenamente identificado por las autoridades.
La geolocalización fue la prueba madre que la jueza Tomasa Delgado Serna tomó en cuenta para vincular a proceso a la joven y con ello, asegurar el juicio oral que terminó por condenarla, desestimando a todos los testigos a favor de Andrea.
ACUSAN QUE QUERÍAN DAR CARPETAZO
La familia reduce todo en la molestia de los familiares de Silvia Jazmín, su abogada e incluso de la fiscal Inés Mendoza, que en todo momento insistieron a Andrea que culpara a Aldo “N” para dar celeridad al caso.
Incluso en el caso de la fiscal, presuntamente prometió sacarla de prisión si declaraba contra el exnovio.
Al negarse la joven, indica su madre, todo se vino abajo a raíz de las declaraciones de la propia joven ante la madre de Silvia y su abogada, quienes habrían usado dichos testimonios para inculparla.
“Todo el tiempo fue ese el motivo de tener a Andrea ahí, que ella lo señalara porque no tenían ninguna prueba contra él. Arman un desprestigio de Andrea. Utilizan a cuatro testigos pero aun cuando estos dicen que ella estaba interesada en este muchacho -Aldo- no hay un solo indicio de esto”, dijo Lorena Jara Fonseca.
Ya durante el juicio, el juez Florencio Hernández Espinosa tomó como pruebas fieles el testimonio de T05 y la geolocalización.
Actualmente la familia y abogados tienen sus esperanzas puestas en el Tribunal Superior de Justicia y confían hará su trabajo y dejará en libertad a la joven. De cualquier forma, ya se contempla que sean los jueces federales los que puedan hacer un control de constitucionalidad del caso: “Es mi esperanza que aquí sí haya legalidad. No estoy pidiendo clemencia, estoy pidiendo justicia porque ella es inocente”, reitera su madre.
NIEGAN TESTIGOS INVENTADOS
Por su parte, la abogada Juana Isabel Morales Aguirre defendió la teoría del caso de la Fiscalía General y su papel como asesora jurídica además de descartar que se haya tomado como testigos a personas ligadas a su vida laboral y política, como el caso del T05 y T04, es decir, que hayan sido fabricados.
En entrevista, criticó que la familia de Andrea ande “llorando como plañideras” y convocando a ruedas de prensa cuando el momento oportuno para presentar las pruebas fue durante el juicio oral.
“Yo no manejo ningún dato de prueba, yo no manejo testigos ni manejo a nadie, esa es una acusación falaz y es mentira; soy una mujer impoluta”, dijo.
Afirmó igualmente que no existe conflicto de interés alguno en su posición como asesora jurídica de la familia de Silvia Jazmín, pues señaló no conocer a ninguna de las personas implicadas como parte en este proceso.
“Yo represento a la sociedad, he sido muchas cosas, pero lo primero es que soy una mujer justa y honorable, jamás voy a atentar contra una joven inocente", enfatizó.
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