ALVARADO, VER. - En un pequeño muelle de Arbolillo, una decena de pescadores bromea entre sí y sueltan carcajadas. Cuatro visitantes llegan a este lugar y piden un paseo en lancha. Los hombres de playeras sisadas deciden que Martín será quien se gane 110 pesos para gasolina y, quizá, hasta una propina.
¿Pa ’dónde van?, pregunta Martín, un hombre de piel trigueña. “Allí (a unos dos kilómetros de distancia). Queremos acercarnos al lugar donde está trabajando la Fiscalía”. El destino borra el semblante cálido de Martín y repentinamente recuerda un evento en su iglesia cristiana al que tiene que asistir.
El destino que impacienta al pescador es un manglar denominado Punta Médano que abandonó la Fiscalía General de Veracruz y donde, en tres meses, familiares de desaparecidos han desenterrado 500 restos óseos. Entre ellos el cráneo de una persona, una mandíbula, partes de cadera, hombro, fémur y pedazos de falanges.
“Por mí los llevo, pero tengo que ir a la iglesia, sino con mucho gusto”, contesta Martín avergonzado. Aunque pide a Alejandro, uno de sus compañeros más jóvenes, que “se aviente el tiro”. Éste tarda 15 minutos en asentir y en lo que parece un intento por desesperar a los visitantes, se da tiempo de sobra para poner carnada en su red.
“Nos comentan autoridades y algunos pobladores que personas usaban lanchas para cruzar cadáveres y después enterrarlos en aquella zona”, son cuestionados tres hombres que ahora esconden los rostros detrás de sus cachuchas.
“Pues sí hay rumores de eso pero cómo ve la laguna es grande”, contesta Martín y esquiva la pregunta al explicar que él y sus colegas pertenecen a una cooperativa que exclusivamente se dedica a la pesca de camarón, jaiba, robalo, mojarra, jurel y bagre.
Y remata antes de marcharse del lugar que la noticia de las fosas clandestinas en Arbolillo ha afectado el comercio local. “Espantaron a los clientes”, dice. La región ahora es patrullada por convoyes de las Secretarías de Seguridad Pública (SSP), Marina, Naval y, recientemente, de la Guardia Nacional.
De acuerdo con una entrevista realizada a otro alvaradeño (gentilicio de la región), lancheros de la costa veracruzana fueron reclutados desde 2014 por presuntos integrantes del crimen organizado, primero para el tráfico de drogas, hasta llegar al trasiego de cadáveres.
“La gente mala se aprovecha de la falta de trabajo aquí en la zona y te agarra por hambre. Las órdenes principalmente eran transportar droga desde Mandinga (Alvarado) y ya luego cuerpos desde Boca del Río”, dijo desde el anonimato.
Alejandro (compañero de Martín) termina de alistar su red y finalmente enciende el motor de tres intentos. Conforme la embarcación rodea la zona de exhumaciones, el joven da una lección a los visitantes de cómo por vía marítima cualquiera puede acercarse a la zona de fosas, lo que por tierra es imposible debido al resguardo policial.
El otro lugareño entrevistado relató que para llevar cadáveres desde el puerto de Veracruz hasta la orilla de esta laguna era más sencillo de madrugada, con la complicidad del silencio y la inmensidad de los mantos acuíferos, donde elementos de la Secretaría de Marina no se dan abasto para patrullar esta zona federal.
El alvaradeño agrega que la vía marítima además de burlar retenes carreteros es más corta. La trayectoria por tierra, partiendo del manglar de Arbolillo hasta el puerto de Veracruz, es de 50 kilómetros. En cambio, por agua la distancia es solo de 30 kilómetros.
La teoría de esta vía marítima es respaldada por familiares del Colectivo Solecito Veracruz y autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE).
“Por aquí orinas y crece un árbol. Si estas personas entraron con carros para enterrar a sus víctimas también debieron cortar las ramas y chapear el pasto porque después de un rato las ramas no te dejan pasar”, cuenta un policía ministerial.
Ya de frente al manglar Punta Médano, a unos 80 metros donde madres y padres procesan restos humanos, Alejandro se disculpa y pide regresar. “No quiero que las aspas de la lancha vayan a chocar con el piso”, se excusa el pescador y se devuelve al muelle presionando el acelerador.
Arbolillo: un ‘rompecabezas’ humano que familiares arman
En los adentros de Arbolillo, a un kilómetro del muelle del pueblo, madres y padres de desaparecidos acumulan 500 restos óseos exhumados en tres meses de trabajo (de noviembre de 2019 a enero de 2020).
Sus tareas empíricas las realizan en un terreno arenoso, cuyo suelo contrasta con los follajes de árboles que crecen en la frontera con la laguna: un destino turístico que también ocultó crímenes a 70 centímetros de profundidad durante años.
“Aquí la mayoría de la gente fue mutilada. Está difícil trabajar la zona porque mezclaron restos (de víctimas) en fosas. Es como armar un rompecabezas”, cuenta Gonzalo, un buscador del colectivo Solecito que cierne la arena para encontrar huesos.
Pero este rompecabezas del que habla Gonzalo ya había sido tratado de resolver en dos ocasiones por elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) durante la administración de Jorge Winckler Ortiz, exfiscal general removido en septiembre de 2019 que hoy es prófugo de la justicia, acusado de desaparición forzada de personas y de tortura.
Las diligencias en este predio inexplicablemente fueron concluidas por las autoridades del Estado. Lo anterior podría tratarse de actos de omisión que ahora son investigados, confirmó Marcela Aguilera Landeta, titular de la Dirección de Investigaciones Ministeriales de la FGE.
“Arbolillo deja al desnudo la falta de profesionalismo de fiscales y actos de corrupción. Otra vez, donde Fiscalía dijo que no había más huesos nosotros encontramos cientos. Desaparecieron a los desaparecidos”, recrimina Lucía de los Ángeles Díaz Genao, fundadora del Solecito.
La aseveración de la madre de Luis Guillermo Lagunes Díaz (desaparecido desde 2013) tiene como sustento otros casos similares a lo largo de la entidad, documentados durante los gobiernos de Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares.
En abril de 2015, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) encontró 5 cuerpos en el predio Colinas de Santa Fe y no volvió. Las madres del Solecito regresaron en agosto de 2016 y dieron -en tres años de trabajos- con 302 cráneos.
Para enero de 2017, la historia se repitió en Tihuatlán, al norte del estado. En el rancho La Gallera, personal del exfiscal Jorge Winckler exhumó seis cadáveres decapitados y clausuró las diligencias.
Víctimas indirectas volvieron a ese lugar en marzo de ese mismo año y hallaron 22 fosas con miles de restos óseos carbonizados, además de un horno atestado con cenizas donde presuntamente víctimas fueron incineradas.
El origen de Arbolillo y de las omisiones de Fiscalía
El hallazgo de Arbolillo derivó de la desaparición de tres oficiales de la Secretaría de Marina-Armada de México, quienes, según la dependencia, fueron privados de su libertad el 31 de enero de 2017 en el fraccionamiento Infonavit Buena Vista, en el puerto de Veracruz.
Para marzo de 2017, autoridades estatales exhumaron los cuerpos de 47 personas y de acuerdo con Héctor Ronzón García, titular de la Dirección de Servicios Periciales, de esas víctimas fueron identificados nueve y siete entregados con sus familias.
De acuerdo con el oficio 0001300080218, del cual La Silla Rota Veracruz tiene una copia, los cuerpos de los tres marinos fueron encontrados en una primera diligencia en Arbolillo del 18 de marzo de 2017, donde se hallaron siete fosas y 44 cadáveres.
Lo anterior fue informado por la dependencia a la periodista Wendy Selene Pérez y forma parte de la investigación “La tierra de las fosas”, una tesis del posgrado de la Universidad de San Andrés, en Argentina. El oficio fue compartido por la periodista para revelarse en este reportaje.
Arbolillo es el único caso, entre 2010 y 2018, donde se confirma la muerte e identificación de elementos de la SEMAR hallados en una fosa clandestina en toda la república mexicana.
El 6 de septiembre de 2018, el entonces fiscal Jorge Winckler anunció el descubrimiento de 32 fosas con hasta entonces 166 cráneos. El hallazgo lo calificó como “un logro” de la institución pero no dio la ubicación del cementerio clandestino, ni explicó por qué las familias fueron excluidas de la búsqueda.
Días más tarde, Lucía Díaz Genao advirtió ante medios de comunicación que ese predio ya había sido investigado por la Fiscalía en marzo de 2017 y que se trataba del mismo en Arbolillo.
La declaración de la activista enardeció al entonces gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares. “Es una mentira total de la señora que el hallazgo sea en Arbolillo, forma parte de todo este discurso de mentiras que constantemente trae y da a conocer para sentirse importante, ella opina una cosa y dice hasta los nombres de quienes están ahí prácticamente”, arremetió el exmandatario.
De acuerdo con la Dirección de Servicios de Periciales de la FGE en aquella segunda búsqueda, esta vez a cargo de autoridades federales, se encontraron 190 cráneos, de los cuales solo diez fueron identificados, y solo seis entregados con sus familiares.
El dos de julio de 2018, nueve madres del Solecito solicitaron por escrito a la Fiscal Cuarta de la Unidad de Procuración de Justicia del XVII del distrito judicial de Veracruz que comisionara personal a su cargo para que, junto a víctimas indirectas, buscaran restos humanos en Arbolillo.
El dos de julio de 2018, nueve madres del Solecito solicitaron por escrito a la Fiscal Cuarta de la Unidad de Procuración de Justicia del XVII distrito judicial de Veracruz, que comisionara personal a su cargo para que, junto a víctimas indirectas, buscaran restos humanos en Arbolillo.
“Por esa razón Jorge Winckler se negó a dar el nombre del lugar (durante la conferencia). Eso fue hasta infantil, porque si pensaba que la gente no iba a escudriñar fue muy ingenuo. Ellos ya habían estado ahí, pero optaron por una acción indolente de abandonar ese lugar y después anunciarlo como un logro”, declaró Lucía Díaz.
Hubo abandono y falta de transparencia en Arbolillo: autoridades
Marcela Aguilera Landeta, directora de Investigaciones Ministeriales, vio una falta de interés en las diligencias de Arbolillo y en general “en el manejo de atender un tema tan delicado como el de las personas desaparecidas en Veracruz”.
¿Estas presuntas omisiones de fiscales derivarán en carpetas de investigación? “Así es. Se han iniciado carpetas de investigación, por la secrecía no podemos dar detalles, pero sí se han interpuesto (denuncias) en Fiscalía Anticorrupción, en general, por el manejo que le dieron al tema de desaparecidos, denuncias contra los anteriores, incluyendo este tema también”, respondió Aguilera Landeta.
Explicó que los trabajos en Arbolillo se reiniciaron en noviembre de 2019 por los comentarios de colectivos en el sentido de que no se habían hecho los trabajos de manera correcta por parte de la anterior administración de la Fiscalía. “Los colectivos pedían que se hiciera nuevamente la búsqueda y al realizarla nos damos cuenta que les asiste la razón”, agregó.
En tanto, Héctor Ronzón García, director de Servicios Periciales, reconoció que los 500 restos óseos encontrados se han registrado en los mismos lugares que ya se habían trabajado previamente en dos veces.
“Las familias referían que no se habían manejado (las diligencias) con protocolos apegados a arqueología tradicional, suponían que la recuperación de restos no se había hecho de manera adecuada. Se han encontrado restos óseos, pequeños, quizá correspondientes a falanges”, dijo el funcionario.
Ante referencias de familiares de que la zona de fosas se inundada en épocas de lluvia, a Ronzón García se le preguntó si estas condiciones pudieron interferir en el trabajo de sus antecesores.
“Sí es cierto, las características geográficas sí afectan en cierto sentido, pero al final, tomando la responsabilidad de cada quien al respecto de esos trabajos, correspondía de ellos decir que no era momento para poder hacer una correcta recuperación y reguardo de restos; yo recomendaría posponer hasta que en esa zona haya una baja de las aguas, sin embargo, quisieron hacerlo con esas condiciones y que sí dificultaban los trabajos”, respondió.
De acuerdo con oficiales, en las diligencias de Arbolillo (la tercera aún en curso) se han localizado 238 cráneos, 47 en la primera intervención; 190 en la segunda y uno más en la tercera; a ello se suman cientos de restos óseos. La desaparición más antigua de los cuerpos identificados es del 11 de julio de 2016 y la más reciente del 31 de enero de 2017.
De acuerdo con las autoridades, en las diligencias de Arbolillo (la tercera aún en curso) se han localizado 238 cráneos, 47 en la primera intervención; 190 en la segunda y uno más en la tercera; a ello se suman cientos de restos óseos. La desaparición más antigua de los cuerpos identificados es del 11 de julio de 2016 y la más reciente del 31 de enero de 2017.
Lucía Díaz Genao pide, a nombre del Solecito, que las probables omisiones en Arbolillo sirvan como prueba para castigar a los responsables. “Hemos pedido al gobernador Cuitláhuac García sentar un precedente en estos casos tan lamentables”, consigna la activista.
Fotografías: Marcelo Bermúdez y Yahir Ceballos
ygr