Con el casi estreno de la película Barbie, la cual se espera que sea un éxito en taquilla, me parece importante hablar de esta protagonista desde otro punto de vista más allá del juguete con el que crecimos las generaciones actuales de mujeres. Su historia inicia inspirada en Bild Lilli, una muñeca alemana creada para la vista masculina, la cual físicamente era lo bastante atractiva para consumo del hombre.
Bild Lilli se vendía principalmente en bares y tiendas de tabaco, su ropa era bastante corta y “provocativa”; solían llamarla un símbolo sexual que atraía mucho la atención, sin ser una muñeca para uso masculino. Fue hasta los años cincuenta que Ruth Handler, en un viaje que hizo a Alemania, se percató del éxito de Bild y al regresar a Nueva York y ver a su hija jugar con muñecas a las cuales podía vestir con diferentes atuendos, decidió basarse en Bild para crear su muñeca.
Fue en 1959 que ella sacó la primera Barbie, la cual fue exhibida en Nueva York, vestida en traje de baño, con pechos y piernas bien definidas y un peinado dorado al estilo sesentero. Aunque las intenciones de Ruth al crear a Barbie no eran las mismas que las de los alemanes (ella la creó inspirándose en ver jugar a su hija), en esa época creó mucho disgusto y rechazo por parte de los padres.
Desde una perspectiva diferente a la que vemos todos los días como “juguete para niñas”, se puede ver un punto crucial en los estereotipos de belleza, de género y, por supuesto, desde la mirada machista; y es que a las niñas nos encantaba todo lo relacionado con esa muñequita tan bonita, desde la famosa canción del 2010, Barbie Girl, interpretada por Aqua, letra que, por cierto, me parece muy peligrosa, ya que para empezar, salió en una época en la que las perspectivas de género eran muy diferentes a lo que vemos hoy en día.
You can brush my hair, undress me everywhere, y demás frases en toda la canción son palabras que tal vez antes no tomábamos mucho en cuenta porque sólo queríamos cantar Come on Barbie, let´s go party! Pero en la actualidad, razonamos que la letra es machista, que en realidad habla de una muñequita la cual pertenece a “Ken” y que él puede hacer lo que sea con ella porque ella vive en un mundo de fantasía y perfección como propiedad del muñeco precioso que va con ella a todos lados. En 2020 salió una nueva versión llamada Not Your Barbie Girl, de Ava Max, la cual, me parece una mejor versión a la original, ya que habla de que no somos propiedad de nadie, especificamente de Ken.
Barbie tiene dos perspectivas y dos puntos de vista bastante complejos, uno nace desde que su slogan es que podemos ser lo que queramos ser, que originalmente era un empoderamiento para las mujeres de que todo lo que quisieramos lograr era posible, que no había ningún obstaculo para nosotras; nuestro género era capaz de ser piloto de autos de carreras, doctora o veterinaria.
La otra perspectiva, bastante peligrosa y machista, es que Barbie tiene un esterotipo de belleza inalcanzable; tiene pechos perfectos, piernas fornidas, una cintura muy pequeña y unos gluteos esteticamente perfectos. Una carita que siempre está maquillada, con unos labios pronunciados y ojos grandes; cabello perfecto, sedoso y, casi siempre, rubio. Un estandar de belleza que hizo que en la vida real una mujer, Valeria Lukyanova, se hiciera llamar la “mujer Barbie”, por haber llevado su vida al límite de las cirugias para ser lo más parecida posible a la muñeca Barbie.
Otro punto importante, es la persectiva racializada de la muñeca. A pesar de los esfuerzos de Mattel por hacer muñecas de todo tipo y por meter la inclusión, la Barbie con la que las personas se siguen inclinando es con la original, que aparte de tener una belleza especficamente para los hombres, es rubia y güera. Al final la inspiración es europea y la creadora es americana.
Para rematar esta perspectiva, es muy importante mencionar la cosificación, que, aunque el motivo principal era el empoderamiento de la mujer, en la canción y en la misma muñeca en sí, se persive completamente una mujer atada a un hombre, una mujer que permite que él haga lo que quiera con ella y que ella sólo debe estar bonita para él. Ambos son perfectos en el mundo de fantasía, pero esa fantasía atraviesa la realidad y altera la percepción de los niños y adolescentes que la juegan.
De igual manera durante muchos años se ha pensado que es un juguete exclusivo para niñas, demeritando la perspectiva de género que hoy se intenta cambiar. Los carros no son exclusivamente para niños y las muñecas ya no las juegan sólo las niñas. Es importante recalcar que los juguetes no tienen género, y que a pesar de los colores que maneja Barbie, en su esencia rosa, debemos reconocer que ese color tan bonito NO tiene género.
Sin duda, es una película que valdría la pena ver y reflexionar esos cambios que dice tener, ya que por años nos han enseñado que todas podemos ser lo que queramos ser, siempre y cuando al hombre le guste lo que decidas ser.
Todas hemos crecido con Barbie y con ese slogan que nos quiere hacer parecer empoderadas, pero el empoderamiento real no viene de una muñeca que hace lo que su muñeco de accesorio le pide sin oponerse a nada, sino de nosotras mismas.