VERACRUZ, VER.- Rosa María Hernández Espejo tiene muy presente su origen y lo comparte de memoria con un tono que la emociona. Escucharla hablar de su niñez en una colonia popular de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y su consolidación como profesionista, explica el papel que ha asumido en la Cuarta Transformación como diputada federal de Morena en el puerto jarocho.
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El pasado 2 de junio, la diputada compitió en las urnas y logró ser reelecta para un segundo periodo legislativo, con la diferencia de que la redistritación que realizó el Instituto Nacional Electoral (INE) la llevó a postularse por el distrito XII y no por el IV que había ganado en las elecciones anteriores, consiguiendo de esta forma dos victorias al hilo en los bastiones políticos dominados por el PRI y el PAN en los últimos 12 años.
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Con esa carta de presentación, aspira a ser elegida como la candidata a la alcaldía del puerto de Veracruz por Morena en las elecciones de este 2025, en la que se renovarán los 212 ayuntamientos del Estado.
Sin embargo, su atención sigue enfocada principalmente en el trabajo legislativo y los resultados desde la Cámara de Diputados. Antes de iniciar la entrevista da un repaso rápido con su equipo de los pendientes que tiene en la jornada, para cumplir con las gestiones que atiende en su distrito, fuera de la curul de diputada federal en San Lázaro, a nivel de mar en el puerto de Veracruz.
A penas será mediodía cuando recibe a La Silla Rota Veracruz en la Casa del Pueblo, un espacio en la esquina de la avenida Hernández y Hernández, a una cuadra del malecón de Veracruz, en donde atiende las peticiones de las y los ciudadanos.
Su primera participación en política llegó cuando fue electa regidora del ayuntamiento de Veracruz para el período de 1998 al 2000, luego de que recibió la invitación que hizo el entonces presidente del extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, quien en octubre pasado concluyó su gestión como presidente de la República.
Desde entonces presume que es obradorista, pero su camino por la izquierda comenzó mucho antes, inspirada en la lucha de su madre por sacarla adelante junto con sus hermanos.
Vivir los problemas de cerca
Rosa María Hernández Espejo nace el 8 de mayo de 1962, su madre campesina que solo sabía sembrar café y hacer labores del hogar, decide trasladarse desde Comapa a Huatusco y después al puerto de Veracruz, para darles una mejor calidad de vida a sus hijos.
Le tocó crecer entonces en la colonia Revolución, barrio que fue fundado por varias familias más que vivían en las mismas condiciones de precariedad y esfuerzo. La desigualdad social la afrontó con trabajo, a los 13 años su madre le dijo que era momento de ayudar en los gastos, pero también la inspiró para no dejar sus estudios.
Parte del dinero que llevaba a su casa del empleo que consiguió como niñera, era sigilosamente ahorrado por su madre para pagarle la inscripción en la escuela y comprar sus libros, alcanzó para que pudiera entrar a la universidad.
En ese momento su sueño era estudiar Derecho, pero las limitaciones para trasladarse a vivir a otra ciudad la llevaron a inscribirse en la Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana (UV), en donde formó parte de la primera generación de Licenciados en Ciencias de la Comunicación, en donde fue catedrática ya como una profesionista consolidada.
Sin planearlo, fue ahí donde descubrió su pasión por el periodismo, que ejerció siempre con responsabilidad y con un activismo que le permitía ayudar siempre a los sectores vulnerables.
A penas cursaba el cuarto semestre, cuando fue recibida en la estación de radio XEU para hacer sus prácticas. Su profesionalismo la llevó a que unos meses después fuera nombrada directora de noticias del medio más influyente en aquel entonces en Veracruz.
En una época en la que los medios de comunicación estaban controlados, Rosa María abrió micrófonos a figuras como Heberto Castillo y Cuauhtémoc Cárdenas, dándoles una plataforma en un Veracruz donde las voces disidentes eran censuradas.
"Yo sí los entrevistaba y los pasaba al aire", recuerda. También desafió las normas al denunciar temas de interés público, como el caso de leche contaminada proveniente de Chernóbil, y se convirtió en portavoz de comunidades vulnerables. Estas experiencias moldearon su visión de un periodismo cercano a la gente.
Su trayectoria la ubicó como una persona reconocida entre los veracruzanos y a transitar del activismo social que ejercía en el periodismo al activismo político, como parte de la Cuarta Transformación.
Trabajar para cambiar las cosas en la política
En los turbulentos años ochenta, una generación de jóvenes mexicanos comenzó a manifestar su hartazgo ante el dominio hegemónico del PRI, cuenta Rosa María Hernández Espejo, quien comparte que -desde su espacio- fue parte de ese movimiento.
La consolidación de su pensamiento político nació del desencanto por la corrupción y las prácticas autoritarias de un partido que, según recuerda, se había "derechizado".
El surgimiento de corrientes de izquierda dentro y fuera del PRI, como el Frente Democrático Nacional liderado por Cuauhtémoc Cárdenas y fortalecido por figuras como la del expresidente Andrés Manuel López Obrador, marcó un parteaguas en su vida y definió el rumbo de su carrera.
"Nos pusimos felices cuando supimos que un grupo de priistas de ala izquierda se había salido. Coincidíamos con sus ideas y nos fuimos con esa corriente", comenta Rosa María, rememorando aquellos días en que el país comenzaba a romper el paradigma de un partido de Estado.
Su transición de periodista a funcionaria pública ocurrió de la mano de una figura central en su carrera: Andrés Manuel López Obrador. Fue él quien, en los noventa, le propuso incursionar en la vida política como candidata del PRD a una regiduría.
Aunque inicialmente indecisa, aceptó con el respaldo de su entonces jefa y amiga, la periodista Socorro Aubry. "Dejamos el periodismo para empujar un cambio", asegura. Su primera candidatura fue un éxito que consolidó al PRD en Veracruz, siendo uno de los dos distritos ganados por el partido en esa elección.
La carrera de Rosa María ha estado marcada por la fidelidad a sus principios y su lealtad al movimiento de la izquierda. Tras la salida de Andrés Manuel del PRD, ella también abandonó el partido, alineándose con el proyecto de la 4T. "Siempre compartí sus ideas y lo seguí a donde fuera", afirma con firmeza.
En 2018, fue candidata por Morena a una diputación federal. Aunque no logró ganar en ese momento, su participación fue crucial para fortalecer al movimiento. Posteriormente, se integró a la Secretaría de Bienestar, donde recorrió Veracruz implementando programas sociales.
"Fue una experiencia histórica y enriquecedora. Dormí en salones ejidales y vi la bondad de la gente que, pese a las carencias, estaba profundamente agradecida", cuenta.
En 2021, Rosa María logró un triunfo histórico al ganar el Distrito 4 de Veracruz, anteriormente dominado por el PAN. Con la redistritación, su victoria en el Distrito 12 reafirmó su cercanía con la gente y su capacidad de trabajo.
"Conozco mi ciudad como la palma de mi mano. He caminado cada rincón y mantenido contacto constante con las comunidades", asegura. Su estrategia ha sido mantenerse presente: jueves en la Cámara de Diputados y fines de semana en Veracruz, organizando asambleas y repartiendo información.
En el Congreso, ha impulsado 11 iniciativas, destacando una para agravar las sanciones a quienes dañen monumentos históricos y otra enfocada en fortalecer la identidad cultural de Veracruz. Actualmente, forma parte de las comisiones de Marina, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial y Cultura y Cinematografía.
Su trabajo fue clave para consolidar el "primer piso de la transformación" que lideró López Obrador y que continúa con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, cuya campaña impulsó en 2024 desde el puerto.
"La oposición cree que puede manipular con mensajes dirigidos, pero ya no es así. La gente está bien informada y sabe distinguir quién está con ellos y quién no", concluye con determinación.
Busca seguir con la transformación en el ayuntamiento
Rosa María Hernández Espejo, diputada federal por Morena, ha manifestado su aspiración de competir por la candidatura de su partido para la presidencia municipal del puerto de Veracruz.
Su trayectoria política, sus luchas desde la izquierda y su compromiso con la transformación del país la han llevado a este momento, que considera clave para consolidar el papel de las mujeres en la política local y por primera vez trabajar para garantizar la justicia social que urge en el puerto de Veracruz.
“Yo siempre he creído que es tiempo de las mujeres”, asegura. Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador incluyó a Claudia Sheinbaum en la contienda interna para definir la coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, Hernández Espejo decidió apoyar su candidatura.
Su convicción en el liderazgo de las mujeres también se manifestó en su apoyo a Rocío Nahle, gobernadora electa de Veracruz. “Este estado, donde la mayoría del padrón electoral son mujeres, necesitaba ser gobernado por una mujer. Y ahora, el puerto de Veracruz también debe serlo.”
La diputada explicó que su decisión de inscribirse en la encuesta interna de Morena para la alcaldía de Veracruz responde a su compromiso con la Cuarta Transformación y su deseo de aterrizar ese proyecto en el puerto.
“Morena no es un partido de cúpula; es un movimiento del pueblo. Por eso las encuestas son abiertas, no sólo a la militancia y simpatizantes, sino a toda la ciudadanía.”
Para Hernández Espejo, la transparencia en el proceso interno es fundamental. Confía plenamente en la dirección nacional de su partido y en la limpieza del mecanismo de selección.
“Si el pueblo decide que sea una servidora, pediré el apoyo de toda la militancia y la ciudadanía para lograrlo. Pero si el pueblo elige a otra persona, respaldaremos esa decisión, porque solo el pueblo tiene el derecho de decidir y, si se equivoca, también tiene derecho a corregir.”
vtr