VERACRUZ, VER.- Caminar por la avenida Miguel Hidalgo del centro de Veracruz este martes 24 de diciembre, es como hacerlo un sábado. Zizaguear entre la gente para evitar chocar, mirar hacia ambos lados de la avenida para prevenir a un motociclista que maneja en sentido contrario mientras miras precios, es un arte que los jarochos han dominado con el paso de los años.
Si caminas sobre la avenida Hidalgo, el corazón del centro donde venden carne de cerdo, piñatas, dulces, juguetes, ropa y aparatos electrónicos, tal vez escuches Santa Claus Llegó a la Ciudad. O una canción de salsa, o una de Yeri Mua. Depende del espíritu navideño del vendedor.
En medio de las compras, en la esquina de la calle Cortés y la avenida Miguel Hidalgo, encontrarás un par de tránsitos que manejan el flujo de vehículos en medio de un concurso de claxons; pero si te acercas a la avenida González Pagés, tal vez escuches un altercado entre un vehículo particular y un camión de pasajeros.
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La razón claramente son las calles utilizadas como estacionamiento, las prisas por las compras de última hora y, por no obviar, el carácter veracruzano.
Aunque en dos horas se escucharon gritos que recriminaban a conductores por su irrespeto hacia el peatón y el sentido de las calles, Luz Dariana, comerciante de piñatas desde hace 13 años en la zona de mercados, explica que el tráfico de este 24 de diciembre es menor al de años pasados.
Explica que, en los pollos asados La Luna, ubicada en la esquina de las calles Juan Soto y Gonzáles Pagés, años atrás se formaba una fila de decenas de personas.
Hoy, el establecimiento está vacío. En su puesto de piñatas, por ejemplo, explica que ya ha tenido que reducir la mercancía a menos de la mitad debido a las bajas ventas.
"Para estas temporadas ya no debería tener piñatas", explica. Sin embargo, donde las personas llegan en masa a comprar y hacer largas filas, son las tiendas departamentales como Coppel Hidalgo, donde pueden pagar con tarjetas bancarias.
Entre el clima, alguna alarma que indica que alguien movió un objeto de lugar y personas que corren por toda la tienda, familias enteras acuden para comprar los estrenos de Navidad y fin de año.
Ropa, cinturones y aparatos electrónicos es lo que más llevan en las manos, mientras que los puestos con adornos navideños siguen repletos de mercancía.
En la zona de mercados, si caminas un rato, podrás ver la dualidad. De un lado, los comerciantes informales que, entre sí, hablan sobre que este año ha sido el más bajo para ellos.
"Ni siquiera parece 24 de diciembre, parece un fin de semana cualquiera", es lo que comentan entre sí.
Por el otro lado, los trabajadores de tiendas como Coppel deben mantener la mirada en todas direcciones. En niños, adultos y personas de la tercera edad que buscan, entre la variedad de artículos y la posibilidad de pagar a meses, un regalo para esta Navidad.
