VERACRUZ, VER.- Con motivo del 8 de marzo colectivas feministas del estado de Veracruz se organizaron para renombrar calles y avenidas principales de distintos municipios con el nombre de Digna Ochoa y Plácido, como exigencia para que se dignifique su trabajo en el ámbito de derechos humanos.
En el puerto de Veracruz la avenida Independencia ubicada en el Centro Histórico y la calle Revolución que está en el centro de la ciudad boqueña se les cambió la nomenclatura esta mañana del 8 de marzo.
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De acuerdo con Nancy Torres Castañeda, integrante de la colectiva Colmena Verde, este cambio permanecerá durante este miércoles; no obstante, junto con otras colectivas de distintos municipios exigen que en al menos una calle principal exista un reconcomiendo para las y los defensores de derechos humanos con sus nombres.
“La intención es que amaneciera la intervención en el espacio público, dar a conocer el posicionamiento, estará en todas las redes sociales de las agrupaciones que participaron”, dijo.
Los municipios que participaron en esta actividad fueron Poza Rica, Misantla, Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Córdoba y Orizaba, pero esperan que se sumen más colectivas para realizar esta actividad con la finalidad de que se extienda a todos los municipios.
“Lo que vamos a proponer en el contexto municipal es que sea renombrada una calle principal, que no sea en una calle diminuta o colindando con otros estados. La intención es que sea una calle principal y que se pueda dignificar el nombre de Digna Ochoa”, dijo.
¿Quién fue Digna Ochoa?
Digna Ochoa y Plácido fue una abogada defensora de los derechos humanos en México, también fue integrante del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
Nació el 15 de mayo de 1954 en el municipio de Misantla, Veracruz y murió el 19 de octubre del 2001 en la Ciudad de México, antes Distrito Federal (DF). Digna Ochoa se caracterizó por ayudar en casos de violencia de derechos humanos como el de la Masacre de Aguas Blancas en 1995, donde 17 campesinos fueron asesinados por policías estatales de Guerrero.
Debido a su trabajo sufrió de diversas amenazas y fue víctima de dos secuestros en 1999, después de estar autoexiliada en Washington, volvió a la Ciudad de México en marzo del 2001.
Siete meses después fue asesinada de manera violenta. Los primeros dictámenes indicaron que su muerte fue homicidio, debido a las cartas y mensajes amenazantes que con anterioridad había recibido; sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) difundió una tesis de suicidio, sus familiares denunciaron que la investigación estuvo plagada de irregularidades y fallas en la autopsia.
El caso fue cerrado en 2002 las autoridades refrendaron que la causa de la muerte fue suicidio, pero los familiares no estuvieron de acuerdo con esa teoría, por lo que llevaron sus quejas a organismos nacionales e internacionales.
fm