XALAPA, VER.- Aldyn Jiménez, de 19 años, quien se define como gótica, que es una subcultura o movimiento underground, asegura que ha sido víctima de acoso laboral y sexual, solo por su aspecto físico. La gente cree que por vestir de negro ella hace brujería.
La joven que llegó a Xalapa hace un mes, reconoce que son pocas las empresas en las que le ofrecen empleo, y cuando es contratada, es explotada laboralmente, incluso dice, fue víctima de acoso laboral y sexual. Eso ocurrió en la Ciudad de México, de donde es originaria.
Su salud estaba en riesgo, fue diagnosticada con anemia, por lo que cambió de residencia. Para obtener dinero para la renta se autoempleó como vendedora de stickers, calcomanías o pegatinas, que ofrecía en los bajos de Palacio de Gobierno. Sin embargo, a partir del 8 de marzo, ella y otros comerciantes fueron retirados de la acera y ahora no tienen dónde vender sus productos.
Hace un par de años, decidió adoptar la cultura gótica. Ella viste de negro y ese color, afirma, le da seguridad, sin embargo, las demás personas no la aceptan, ni respetan su decisión, “solo por vestir del mismo color”. Reconoce que por su aspecto físico ha encontrado muchas trabas, “piensan que hacemos brujería y solo es un color, por eso empezamos a vender, necesitamos comer, tenemos gato, no tenemos familia, somos semi huérfanos, no tenemos de otra, por eso estamos aquí”, explica la joven.
Dice que sus padres la obligaron a abandonar la preparatoria, lo que también limita la posibilidad de encontrar un empleo formal. Ha trabajado como guardia de seguridad, secretaria y atención a clientes.
“El último trabajo era de una marca Mi Linda Moda, ahí explotan muy cabrón, solo es para mujeres, pero, hay multas por cruzarse de brazos, por poner música, por comer en el local, estaba muy extremo, me diagnosticaron principios de anemia”.
A un mes de que llegó a Xalapa, buscando reducir el estrés y dejar de estar bajo presión, no ha encontrado paz, pues no tienen un espacio para vender y poder obtener dinero para lograr una vida digna.
Su breve historia en Xalapa
Su vestido, botas y sombrilla negra, contrastan con su rostro amable y su banco rosa, incluso, con los coloridos stickers que colocó sobre una lona negra en la banqueta en la avenida Enriquez, frente al Pasaje Tanos, el domingo 23 de marzo de este 2023.
Al lado de Aldyn, hay otros dos puestos ambulantes con mujeres que ofrecen artículos y ropa para perros, pulseras, aretes y lectura de tarot, que tampoco tienen un espacio fijo para vender. El sábado 25 de marzo de este 2023, fueron intimidadas por elementos de seguridad pública, que buscaban desalojarlas.
Con tres cartulinas reprochan: “Los ladrones no piden permiso para robar, pero ¿los trabajadores si hemos de pedir permiso para trabajar?; En un trabajo real me han explotado, acosado sexualmente, mal pagado y discriminado. Ahora quiero emprender y el gobierno me pone trabas. Solo quiero una vida digna o de mínimo para pagar mi renta”; Al que no trabaja lo llaman huevón; a los que sí, nos llaman revoltosos”.
Al llegar a Xalapa empezó a vender stickers, pegatinas o calcomanías, con apoyo de un amigo logró instalarse en los bajos de palacio de gobierno, en donde un promedio de 20 vendedores, artesanas y personas de la tercera edad instalaban sus puestos ofreciendo artículos hechos a mano y comida.
A raíz de la marcha del 8M, personal de seguridad de Palacio de Gobierno les pidieron no instalarse, pues con motivo de la marcha del día Internacional de la Mujer, se apostaron granaderos para resguardar el inmueble. A partir de ese día, cuenta, les han impedido vender. Les piden permisos municipales para poder vender en los bajos de Palacio de Gobierno; mientras que en el Ayuntamiento les dicen que es personal de gobierno el que les debe permitir colocar sus puestos.
“Siempre habían buscado la forma de quitarnos, pero habíamos agarrado un espacio que no se usa, no estorbábamos tratábamos de manteneros a raya. El 08 de marzo, rodearon con granaderos y todos pensamos que al día siguiente nos iban a dejar, pero no. Como un señor tuvo un accidente, se cayó y se abrió (la cabeza), lo agarraron de pretexto y no nos han dejado”.
Explica que algunos de los vendedores que se instalan en el primer cuadro de la ciudad tiene más de seis años, “Nos han estado diciendo que vayamos a ver los permisos a Comercio, pero en Comercio nos mandan a palacio y no nos están atendiendo.
Dice que entre los vendedores hay otras personas góticas. Se dedican a las ventas, pues en los trabajos no los aceptan por su aspecto, “Un trabajo no es una opción, entonces tengo que empezar mi propio negocio, pero, simplemente nos dan largas o nos dicen que no”.
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