XALAPA, VER.- Las bases de los caminos virreinales en la zona de Veracruz tienen como antecedentes trazos de las culturas prehispánicas. Los caminos reales de Veracruz-México fuero de los más importantes para intereses de la corona española, y uno de ellos pasaba por la ciudad de Xalapa.
La investigación del “Camino Real de Veracruz-México por las veredas de la historia”, de Francisco Muñoz Espejo, publicado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, data que el primer camino real que conectaba a Veracruz con la ciudad de México era por Córdoba.
“El Camino Veracruz-México, vía Córdoba o Perote, se identificaba en su momento como el Camino de las Ventas, ya que era el camino de llegada de viajeros, virreyes, comercio exterior, correo y de toda la influencia cultural europea; duraba el trayecto 22 días recorriendo aproximadamente 412 km.” Dice la investigación.
La otra ruta pasaba por Xalapa y fue usado para comercio y traslado de personas “ya que en la ciudad de Xalapa se detonó una feria comercial destacada en la región”, explica Muñoz. Algunas de las calles por la que iba el camino real son las que hoy conocemos como Xalapeños Ilustres, Enríquez y Revolución, todas en el Centro de la ciudad.
La calle Revolución es una de las más importantes de Xalapa. Su ubicación ha sido desde el virreinato un punto referencia para el desarrollo del comercio, no solo de la ciudad, sino del país. Comercios antiguos, planteles educativos y una iglesia son parte de esta céntrica calle que pasa a un costado de la Catedral.
Empinada y empedrada, en temporada de lluvias puede ser peligrosa para transeúntes. En otoño, las espesas capas de neblina o el típico “chipichipi” la convierten en un escenario de película, sin embargo, guarda una leyenda que entristece a alagunos.
La calle de la amargura
Revolución es también conocida, no tan popularmente, como la “calle de la amargura” y una leyenda sería la causa de ello. La página de Xalapa Antiguo, dedicada a la difusión de la historia de la ciudad, detalla la narración de esta leyenda.
Antes de la Revolución, esta calle se le conocía como “calle de la amargura” porque se cuenta que una joven vivía ahí y cuando salía de la mano con su novio, los vecinos fueron testigos de su amor.
“Por las mañanas el muchacho acostumbraba saludar a su prometida y después se dirigía a su trabajo. Mientras tanto, ella se quedaba en su casa, ayudando a la madre en quehaceres domésticos y preparándose para el matrimonio. En la tarde, él regresaba a visitarla; así, pasaron el noviazgo felices y tranquilos durante muchos meses.” Dice Xalapa Antiguo.
El novio, tendría después que enlistarse al ejército para la Revolución Mexicana y le juró a la joven que a su regreso se casarían, sin embargo, nunca volvió. Al paso de los meses la mujer perdería la esperanza de que su amado regresara.
“Fue inútil el esfuerzo que realizó su familia para sacarla de la profunda tristeza en la que se hallaba. Ella comenzó a hacer cosas extrañas; entre sus rarezas, recorría la calle entera con un ramo de jazmines en la mano” dice la página.
La mujer pasaría el resto de sus días preguntando por su “futuro esposo” hasta su muerte. “la calle de la amargura” sería testigo de como la joven se convirtió en anciana, siempre triste por la partida de su enamorado.
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