La menor Camila Cano Domínguez y su padre Luis Alberto Cano fueron sepultados la mañana de este domingo 4 de septiembre en el panteón municipal del puerto de Veracruz.
El sepelio de padre e hija, quienes murieron atropellados por un tráiler en la autopista Veracruz-Cardel el pasado viernes 2 de septiembre, se llevó a cabo alrededor de las 11:00 de la mañana de este domingo.
La madre de la menor, María de Jesús Domínguez, quien sobrevivió al accidente, aún se recupera en el Hospital Regional de Veracruz.
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El accidente en donde Luis Alberto Cano y su hija Camila murieron se registró poco después de las 7:00 de la mañana del pasado viernes 2 de septiembre, a la salida del fraccionamiento Colinas de Santa Fe, en Veracruz.
Luis Alberto Cano y su esposa María de Jesús Domínguez viajaban a bordo de una motocicleta junto con su hija, a quien llevarían a la escuela; todos llevaban casco.
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A la salida del fraccionamiento Colinas de Santa Fe, un tráiler los arrolló. Luis Alberto y la menor murieron instantáneamente, mientras que la madre se fracturó seis costillas y tuvo daños en los pulmones por el impacto.
El conductor del tráiler que arrolló a los tres miembros de la familia Cano Domínguez huyó cuando vio que padre e hija murieron.
Sobre la autopista Veracruz-Cardel quedó abandonado el vehículo con placas 18-AS-8S, con razón social Transportes RELF, con domicilio fiscal en la ciudad de Veracruz.
Aunque el personal de la empresa se presentó al lugar junto con la aseguradora, los familiares de las víctimas aseguran que aún no se hacen responsables de los daños.
Camila iba a la escuela
Como todos los días desde que comenzó el ciclo escolar 2022-2023, Luis Alberto Cano y María de Jesús Domínguez se despertaron a las 5:00 de la mañana el pasado viernes 2 de septiembre.
Aquella mañana salieron de casa para llevar a Camila a la Escuela Primaria Licenciado Benito Juárez García, en la colonia Adolfo Ruiz Cortines, en la zona norte del puerto de Veracruz, que se ubica a 30 minutos de la casa de su abuela Felipa.
Camila tiene dos hermanos mayores, uno de 17 años y otro de 12, que toman transporte público. La menor y sus padres se trasladaban en motocicleta, para ahorrar dinero.
La niña, de seis años, estaba feliz por el regreso a clases. Su abuela Felipa Sandoval asegura que soñaba con ser enfermera para curar a las personas.
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