Cuando Arminda Vázquez habla del teatro con títeres se le ilumina el rostro y le brota una sonrisa, sus más de 35 años de trayectoria en la disciplina demuestran cuánto le apasiona este arte.
Junto con su esposo, el maestro de arte Sergio Peregrina, fundaron la primera compañía de teatro con títeres en el puerto de Veracruz, llamado Dragón Rojo.
“Antes de nosotros no había un grupo estable que fuera de Veracruz, sí hubo gente y otros grupos que llegaban de fuera, pero no uno local. En Veracruz sí ha habido teatro en títeres, pero como siempre el teatro local queda relegado”, cuenta.
En octubre de 2012 su esposo falleció por complicaciones de salud, Arminda se hizo cargo de la compañía que, pese al paso del tiempo y la pandemia por covid-19, se mantiene viva.
Arminda lamenta que entre la sociedad y los nuevos alumnos de arte se va pendiendo el interés por el teatro de títeres, es por eso que cada que tiene la oportunidad invita a las nuevas generaciones a practicarlo.
“Hace falta desarrollar más el teatro de títeres en Veracruz, en la actualidad casi no se ve el teatro guiñol que es el teatro de guantes, que en algún momento tuvo una época de oro, pero ahora se le menosprecia un poco”, dice la mujer con 40 años de trayectoria.
Actualmente, hay cuatro compañías que se dedican a dar estos espectáculos en Veracruz, sin embargo, muchos de sus integrantes cuentan con trabajos extras para generar ingresos, ya que no es un espectáculo que dé lo suficiente para vivir.
Además, con la pandemia muchas fechas y presentaciones tuvieron que ser canceladas.
“La pandemia fue algo que nos vino a dar al traste todos los proyectos escénicos, los que dependemos del público sufrimos por esta situación”, dice Arminda.
De acuerdo con la encuesta del Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (Modecult), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el promedio de personas de 18 y más años que asistieron a un evento cultural bajó 25.9 por ciento de septiembre de 2020 a mayo de 2021.
La pandemia de la covid-19 y el confinamiento fueron de los principales motivos de este deceso en la asistencia de eventos culturales, según la fundadora de Dragón Rojo.
Arminda sobrevivió a la pandemia gracias a que contaba con un segundo ingreso, ella es maestra de teatro en la escuela Centro de Teatro y Cultura ANDA Delegación Veracruz, donde enseña a las nuevas generaciones el arte de la actuación y cuando tiene oportunidad, sobre el espectáculo de títeres.
Pandemia también suspendió homenaje a su esposo
Otra de las consecuencias que trajo la pandemia fue la suspensión del Festival Internacional de Títeres de Veracruz “Sergio Peregrina Corona”, un homenaje que realizaba el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), en coordinación con Arminda.
Este festival inició en 2013, un año después de que fallecería su esposo. Él también fue fundador y coordinador del Festival Internacional de Títeres de Veracruz, que después de su muerte llevaría su nombre.
El festival apoyaba a otros artistas veracruzanos y de otros estados que se dedican al espectáculo de títeres; alrededor de 13 compañías dedicadas al teatro de títeres participaban en el evento.
“Veníamos haciéndolo año con año; durante los primeros cuatro años tuve apoyo del IVEC, invitábamos a grupos de acuerdo a la cantidad de apoyos que podíamos lograr. Se hacía una convocatoria y concursaban”, comenta.
Sergio Peregrina Corona nació el 17 de septiembre de 1950 en México, en ese entonces Distrito Federal, fue precursor del arte en títeres en el estado de Veracruz y un reconocido maestro de la Universidad Veracruzana, quien inició el Taller Libre de Teatro, del que fue titular por 31 años.
Se especializó en dramaturgia, escenografía, pantomima, artes plásticas, poesía, música y todo lo relacionado con el arte de los títeres.
Más de mil títeres que guardan historias
Arminda perdió la cuenta de cuántos títeres fabricó durante 35 años. En la bodega de su casa hay más de mil títeres de todos los tamaños, hechuras, modelos y personajes.
Debido a que cambió de casa se deshizo de una gran parte de ellos, se quedó solo con los que tiene un cariño especial, como dice ella.
“Hay algunos que los hizo mi esposo, o que los hicimos entre los dos, o que los hicimos en un espectáculo que nos costó muchísimo como los de marionetas”, cuenta.
De acuerdo con Arminda, los títeres suelen tener un precio elevado, rondan entre los 400 a 3 mil pesos dependiendo de su complejidad, en promedio se puede tardar entre una semana y tres meses en realizarlos.
Por esta razón, gran parte de los artistas que se dedican a este trabajo optan por realizar sus propios títeres.
“Para hacer un títere se necesita saber esculpir, utilizar los materiales, mezclarlos para que no pesen mucho, que se muevan bien, vestirlos bien, hacer las historias, primero que nada, también se necesita mucha práctica para que realicen los movimientos que quieras”, explica.
El teatro de títeres es un arte complejo, ya que reúne todos los aspectos que requiere un artista; la imaginación para crear los personajes y sus historias y el saber actuar para trasmitir las emociones por medio de las marionetas.
Arminda confía que el espectáculo de títeres dure por más tiempo en el puerto de Veracruz y espera que las nuevas generaciones puedan mantener vigente esta disciplina.
mb