Habitantes de la colonia Remes del municipio de Boca del Río se enfrentan a la falta de agua desde hace aproximadamente 20 días en medio de temperaturas que rebasan los 30 grados Celsius en la zona conurbada con Veracruz.
Mientras algunos llegan tinacos y cubetas con el agua que la Compañía de Agua de Boca del Río (CAB) manda a la colonia a través de pipas, otros aseguran que el personal de la empresa solo les da el servicio si sus pagos están al corriente.
De las llaves de las casas de los colonos, entre ellos Aurora López, Gaudencia Molina y Sergio Alberto Cruz Amaya, no sale una sola gota de agua. Piden pipas, compran agua a través de servicios de pipas o simplemente esperan hasta la noche a que el servicio se restablezca, aunque la presión en las tuberías sea mínima.
“Llamamos a CAB para que nos dijera por qué no había agua y nos dijeron que era por la temporada de estiaje, que esperáramos hasta junio cuando hubiera agua”, dice Aurora López, vecina de la calle Margaritas.
CAB comunicó en sus redes sociales el pasado 1 de abril que debido a la temporada de estiaje de 2022, los niveles del Río Jamapa y la disponibilidad de agua que se potabiliza y distribuye en Boca del Río disminuyó considerablemente.
Días más tarde, el 12 de abril, la compañía anunció que las plantas potabilizadoras de El Tejar I y II, que abastecen de agua a la mayor parte de los habitantes de Boca del Río, se mantienen desde entonces con períodos de intermitencia en su capacidad de producción.
CAB también informó que el suministro de agua causaría afectaciones por baja presión o desabasto en colonias y fraccionamientos que reciben el servicio a través de las plantas potabilizadoras El Tejar I y II, el tanque Médano del Perro y el tanque Morro.
Entre las colonias que se verían afectadas y que fueron parte de los tandeos, la Compañía de Agua de Boca del Río nunca incluyó a la colonia Remes. Aurora López afirma que nunca se les permitió prepararse para el desabasto.
Fue entonces cuando Aurora y su esposo iniciaron llamadas telefónicas constantes a la empresa para pedir explicaciones sobre el desabasto y, posteriormente, para solicitar que se enviara a personal con pipas de agua a la colonia.
“Nos dieron el número de folio para mandarnos la pipa. Pasaron como cinco días, creo, y no llegó la pipa, entonces habló mi marido otra vez y le dieron otro número de folio. Que la anterior ya quedaba cancelada porque no vinieron”, relata.
De acuerdo con Aurora López, personal de CAB llegó a la colonia Remes el pasado miércoles 20 de abril con una pipa y le llenó su tinaco y algunas cubetas con agua que duró solo hasta la tarde del sábado 23 de abril.
Asevera que el personal sondeó la colonia para saber en cuáles domicilios sus habitantes tenían al corriente los pagos del servicio. Fue únicamente en esas casas donde los trabajadores de la compañía surtieron el agua, comenta.
“A los que decíamos que teníamos el recibo pagado nos daban agua, a la demás gente no y eso también está feo”, menciona.
En casa de Aurora viven cinco personas. Para que el agua que les surten les alcance, miden el agua con cubetas para todo. Para bañarse, lavar los trastes a la ropa y hasta para bajarle al baño. Si antes se bañaban hasta tres veces al día por el calor, ahora solamente lo hacen una vez.
Gaudencia Molina, otro vecino de la colonia Remes, asegura que nunca le contestan cada vez que habla a CAB. Sólo suena “una musiquita”, dice. Sin un número de folio para que le mandaran una pipa, afirma que tuvo casi que rogarle al personal de CAB para que el pasado miércoles le surtieran agua en su tinaco.
“Yo les demostré que había pagado todo el año”, expresa.
Para tener más agua, hay noches en que aprovecha lo que sale de la llave directa. Tiene una que está a ras de suelo, no mide más de medio metro porque la presión impide que el agua llegue a una altura mayor.
El agua sale sucia y con bichos, afirman.
Sergio Alberto Cruz Amaya es otro de los vecinos de la colonia Remes que enfrenta el desabasto de agua debido al estiaje que se registra desde el pasado 29 de marzo en el Río Jamapa, que surte a la población de Boca del Río.
Además, el vecino de la Remes afirma que la calidad de agua que suministra la Compañía de Agua de Boca del Río “es una porquería”. En su casa tiene dos filtros que depuran el agua. Por los dos, gasta 300 pesos semanales, afirma.
“Ni así sirve, el agua viene asquerosa. Anteriormente el agua no estaba tan sucia, huele horrible, huele como a fango”, señala.
Según Sergio Alberto Cruz Amaya, este 2022 la Compañía de Agua de Boca del Río le aumentó de dos a seis mil pesos el pago anual del servicio de agua potable y saneamiento, pese a que, afirma, la calidad es mala y existe desabasto.
Debido al desabasto y la calidad del agua, Sergio rentó el servicio de dos pipas en las últimas dos semanas. Cada una le costó mil pesos. Junto con su esposa explica que a veces compran garrafones para bañarse, pues el agua que CAB les da les causa afectaciones en la piel.
Aurora López recibió la mañana de este domingo 24 de abril otra pipa de CAB que le surtió el tinaco de su domicilio, sin embargo, afirma que cuando abrió la llave el agua salió sucia, con un color chocolatoso. Como prueba recolectó agua en una jarra.
“Aquí en esta calle (Margaritas) empezamos a tener problemas con el agua. Nos salía sucia, con bichos, horrible el agua, saladísima. Hicimos quejas a CAB, vinieron unos señores a tomar muestras”, externa.
Aun cuando el personal de CAB ya tomó muestras del agua que sale en las casas de la colonia Remes, los vecinos acusan que todavía reciben un servicio de mala calidad.
El Jamapa, río que surte a Boca del Río a punto del colapso
La Silla Rota Veracruz constató el estado que enfrenta actualmente el Río Jamapa, que surte de agua a la mayor parte del municipio de Boca del Río, a través de un recorrido cerca de las plantas potabilizadoras ubicadas en la localidad de El Tejar, ubicada en Medellín de Bravo.
El Río Jamapa también abastece a los municipios que complementan la zona conurbada con Boca del Río, es decir, el puerto de Veracruz y Medellín de Bravo. En total, son más de un millón de personas las que reciben agua de él.
La corriente que pasa por la localidad de El Tejar luce a un nivel bajo, cubierta en su mayoría por lirios y vegetación que evita que el río se extienda. Además, el agua se ve y huele sucia, tiene un aspecto chocolatoso.
“¿No ves que se está sacando?”, grita uno de los habitantes de El Tejar mientras camina por el puente de la localidad, en medio de las vías del ferrocarril.
Al lado del Río Jamapa se ubica el fraccionamiento Casablanca, en El Tejar, donde viven decenas de familias cuyos integrantes son extrabajadores del extinto Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS) que, antes del Grupo MAS y CAB, operaba el servicio de agua en Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo.
Miguel es uno de ellos, pero pide que no se le tomen fotos ni se exhiban sus apellidos debido a que sostiene una lucha legal contra el Grupo MAS que, de paso, dice, no sabe darle tratamiento al Río Jamapa como lo hacían los extrabajadores del SAS.
“No le dan mantenimiento al río. Anteriormente como trabajadores del SAS se le daba mantenimiento. El río está fatal y falta mayo, está sequísimo”, manifiesta.
El extrabajador del SAS recuerda que el Río Jamapa nunca llegó a niveles tan bajos como los de ahora cuando se registraban las temporadas de estiaje. Queda un hilo de agua, relata.
En el fraccionamiento Casablanca el agua también sale con un aspecto chocolatoso, sobre todo en las mañanas y noches. Allí el agua no es apta para consumo y a veces ni para bañarse. Miguel asegura que les causa ronchas.
A la fecha, más de cien colonias y fraccionamientos enfrentan falta de agua y tandeos en Boca del Río, según el último informe sobre la actualización de estiaje que CAB hizo a través de sus redes sociales el pasado 22 de abril.
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