JALCOMULCO, VER.- Con destreza y fuerza Gustavo pasa una y otra vez su segueta por encima de una jícara, un fruto verde de cáscara leñosa y que tiene aspecto esférico, el cual, desde tiempo atrás se utiliza para confeccionar artesanías y recipientes.
Hace cinco años, esta es una de las principales actividades que tiene como trabajo. Luego de jubilarse como maestro decidió invertir su tiempo y recursos en la elaboración de artesanías, que fabrica a base de jícaras, bejucos, bambús y güiros, con los cuales crea infinidad de objetos que adornan los estantes de su taller y local.
Artesanías Aketzali es uno de los 453 negocios que existen en Jalcomulco, cuyos principales clientes eran visitantes que llegaban al lugar atraídos por las diferentes actividades turísticas que ofrece el sitio, ubicado a una hora y 41 minutos de Veracruz y tan solo una hora de Xalapa.
La llegada de la covid-19, fue para los pobladores uno de los retos más grandes a los que se tienen que seguir enfrentando, pues a causa de la suspensión de actividades no esenciales, las cuales incluían al sector turístico, los jalcomulqueños vieron dañada su economía.
“Desgraciadamente la economía bajó, pasó Semana Santa, una época esperada para poder generar un poco de recursos y desgraciadamente no se dio, pero lo más importante es que estamos bien de salud y seguimos trabajando y almacenando producto, para que cuando llegue la temporada un poco regular podamos seguir trabajando”, contó.
Desde principio de los años 90 el ecoturismo es parte importante de la economía del lugar, con más de una docena de hoteles, operadores de turismo de aventura y artesanos.
Algunos de ellos tuvieron que cambiar por algunos meses de giro, ya que, a inicios de la pandemia, en abril, las autoridades del municipio colocaron un retén en la entrada para controlar el flujo de personas que ingresaban al lugar, esto como una medida para evitar el contagio y propagación del virus.
Pese a que esta medida solo fue implementada en la época de Semana Santa y después retirada, los negocios no esenciales continuaron cerrados, incluidos los ocho locales de artesanías, entre ellos el de Gustavo, quien brindaba trabajo en temporadas altas a más personas.
Después de permanecer cuatro meses cerrados, fue en el mes de julio que volvieron a retomar actividades, pero tras 15 días de esto la localidad había registrado su primer contagio de covid, por lo que de nueva cuenta tuvieron que cerrar.
Ahora, tras un año, los pobladores y artesanos siguen resistiendo a la crisis de la covid, mientras paulatinamente esperan recuperar sus ventas con las próximas temporadas altas.
Falta de apoyo a artesanos, desde antes de pandemia
“Al artesano no se le toma en cuenta”, dice Gustavo; la falta de apoyo y difusión con la que a diario luchan es otra de los problemas que ya existían incluso antes de la covid, a pesar de que el lugar cuenta con una gran variedad de talento artístico como ballet folclórico, jarana, música, artesanías y demás recreaciones artísticas, aseguró Gustavo.
La falta de una casa de cultura donde puedan promocionar estas actividades también genera el olvido en el que permanece este sector de los jalcomulqueños.
“Necesitamos la proyección. Aunque se les ha hecho peticiones (a las autoridades municipales), pero desgraciadamente hasta el momento no se ha hecho, esperemos que las nuevas autoridades sean diferentes y nos puedan apoyar”.
Actualmente, el municipio de Jalcomulco registra siete casos confirmados a covid y dos defunciones, según el Mapa Covid de la Secretaría de Salud. Pese a ser uno de las demarcaciones que más tardó en presentar contagios de covid, fue uno de las más golpeadas económicamente por las medidas sanitarias que se implementaron.
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